Había un servidor
preguntado al común de los mortales “¿Por qué la celebración del Toro de
Tordesillas se considera una tradición y sin embargo a las orgías no?”.
Como esto ocurría en
un foro abierto (Facebook) el magnífico periodista (y mejor director) don
Francisco García (actualmente por Asturias, en La Nueva Españ), zumbón él,
comentó que como yo siguiera así acabaría por pasar a la historia como “homo
eróticus”.
Como la cosa tenia
gracia, reí. Pero luego di en pensar. Y me dije: “A ver si los árboles del
placer no nos dejan ver el bosque de la represión???”.
Así que vaya este
escrito para explicar porqué mi descaro sexual (consistente en hablar de lo
prohibido precisamente por eso, por estar prohibido) debe considerarse como una
batalla política más.
El 11 de Septiembre
del año 2.001 (el día de los atentados contra las Torres Gemelas) hacia las 2
de la tarde, hora española, veía yo Televisión de Galicia que comenzaba su
informativo, y salvo la embestida del primer avión pude presenciar toda la
información en directo.
Pero con un detalle
añadido. En mi cuarto de estar hay 2 televisores, y los 2 estaban enchufados. A través de uno vi lo
ya descrito, mientras en el otro estaba
viendo y seguí viendo, aunque sin apenas prestar atención desde ese momento,
una película pornográfica.
Esta feliz
circunstancia hizo más evidente que nunca lo que ya sospechaba y contra lo que ya luchaba.
Mi inquietud
política empezó en la pubertad (situada en mi caso en pleno nacional
catolicismo franquisto fascista) cuando comencé a preguntarme : ”¿Por qué está
prohibido el placer sexual si es lo más rico que existe, está al alcance de
cualquiera y todos y todas lo quieren?”.
La respuesta la tenía
en 2 pantallas a la vez. En una unas escenas pornográficas, sucias, malditas, perseguidas,
repudiadas, ocultadas, anatemas, etc. y en la otra…En la otra una batalla más
de una guerra eterna, la de los poderosos de un país luchando contra los poderosos
de otro por serlo aún más, y todo mientras mueren personas sencillas e
inocentes.
Pero ahora con un
detalle contundente: los 4 aviones fueron secuestrados por unas 20 personas,
los llamados terroristas suicidas. 20 personas que sabían que iban a morir y
les daba lo mismo porque les habían dicho que eso quería Dios (en la versión de
Alá) o que la muerte no es el final (versión Occidental), pues tras ella iban a
encontrar todos los placeres, huríes, etc, a los que habían renunciado en la
Tierra (O sea en el más allá podrían disfrutar como protagonistas de la pornografía
que querrían gozar acá si hubiera libertad).
Las minorías
gobernantes han venido dominando a los pueblos usando las supercherías de las
religiones, en realidad todas iguales,
basadas en el miedo, el machismo y la represión sexual.
Unamos aquellos
acontecimientos a lo que hoy sabe la gente sobre Afganistán. El Islam (rama del
cristianismo, como éste lo fue del judaísmos) es la caricatura ideal para
percibir que una de las cadenas con las que el Poder ata a los pueblos es el
rollo de Dios, la religión y el tabú sexual.
Por eso, en
Afganistán a las mujeres se les prohíbe hasta reír porque saben o sospechan los
machos que una mujer que ríe y es feliz es porque se ha hartado de comer del
árbol prohibido.
El adulterio, la
homosexualidad, la prostitución gratuita, la carne, la pornografía, los pezones
en facebook, todo lo que tiene que ver con el placer proveniente del sexo es
prohibido, perseguido o anatema.
Si nunca lo habían
pensado, háganlo, y verán que no hay problema individual, salvo los materiales,
que no tenga que ver con el sexo, mientras al tiempo las guerras pueden ser y
son, todas santas.
Eros y Tanatos. En
una televisión Eros y en la otra, al mismo
tiempo Tanatos. La vida y la muerte. La pornografía como caricatura del placer sexual
y el atentado de las Torres gemelas como caricatura de la civilización
imperante, con unos inocentes suicidas matando inocentes completos para placer de
los Poderosos de distintos países que nunca ven saciado sus ansias de grandeza
y dinero.
Pero la diferencia
está en que Eros, el placer sexual, es producto de la evolución del Universo
(como lo es el lóbulo de la oreja), mientras que el matar miembros de tu misma
especie es una aberración producto de la civilización conocida hasta ahora.
Más, hay otra
posible, y hacia ella debe desplazar sus pasos la Humanidad.
Nota
del autor: En el libro “LA ESTAFA SEXUAL” de Francisco
Molina Martínez se abordan estos temas en profundidad explicándose incluso como
se forja un humano suicida por parte de quienes nunca mueren en las guerras,
los Poderosos.
Paco
Molina. Zamora. 17 de Septiembre del
2021
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