viernes, 30 de julio de 2021

YO CONFIESO: “SOY MARXISTA”. Y tú también aunque no lo creas.

 


YO CONFIESO: “SOY MARXISTA”. Y  tú también aunque no lo creas.

Ser marxista es considerar la teoría que expuso Carlos MARX, en colaboración con Federico Engels, como la más útil hasta ahora para analizar la vida.

Dicha teoría se basa en 10 principios o teoremas tales que si estás de acuerdo con los 10 eres un marxista de 10, si con 9 de 9, si con……

Repasémoslos para hacer ver a todo el mundo que es más comunista de lo que se cree. Porque si se usa la cabeza no se puede ser otra cosa que marxista. Compruébenlo:

1º. – No existe ninguna verdad absoluta.

Éste principio lo ratifica hoy en día la Física, cuando afirma que todo lo que ocurrió y ocurre en el Universo es por casualidad.

Ahora bien, si nada es absoluto es que entonces todo es relativo, por lo que en consecuencia todo puede ser sometido a discusión.

De ahí surge el “PRINCIPIO DE DEMOCRACIA”. Pues si todo es relativo, entonces la democracia se convierte en una necesidad, dado que al no existir garantía sobre lo que es bueno y lo que es malo, sólo la mayoría debe decidir el camino a seguir.

También de ahí nace el  “PRINCIPIO DE TOLERANCIA”. Que hunde sus raíces en la no existencia de absolutos, en la no existencia de verdades inamovibles, en definitiva, en la no existencia de nada que justifique la intolerancia.

2º.- Todo lo material, y lo que entendemos por espiritual, está en movimiento y por tanto en continuo cambio.

Lo que debe recordarnos que ¡todo puede ser mejorable! Nada quedará quieto en una foto fija, ni petrificado en una presunta perfección. Por lo que el derecho a la crítica, por parte de aquellos que quieren cambios para introducir mejoras, debe respetarse.

Ese cambio continuo de todo lo existente desemboca en el “PRINCIPIO DE OPTIMISMO”. Pues sabido es que el cauce de un rio es más fácil de modificar que el lecho de un lago, precisamente porque el agua del rio está en movimiento y la del lago estancada.

3º.- Las ideas no son más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre.

Este es el concepto que más cuesta entender. Pero veamos. Todos pensamos que lo que se puede tocar es lo que llamamos “materia”, y que lo demás, por ejemplo, lo que tenemos en la cabeza, en el pensamiento, que eso no es materia, que es “espíritu”.

Pero no es así en absoluto. Supongamos una habitación a oscuras. No se ve nada. Imaginemos ahora que se da la luz. Entonces no sólo vemos todos los objetos que allí están, sino que también los vemos con distintos colores. Eso ocurre gracias a la luz, algo que no se ve. Pero la luz no es algo espiritual, la luz es energía, y gracias a la conocida fórmula E=mc2 (donde “c2” es una cantidad constante = a la velocidad de la luz elevada al cuadrado) hoy se sabe que la energía (E) y la masa (m)  están unidas por un “igual”, o sea, que son la misma cosa, que todo es material; siendo el remate final de ésta demostración que cuando alguien muere sus pensamientos desaparecen, lo mismo que cuando se estropea un ordenador toda su capacidad de hacer cosas, se esfuma.  

4º.-  El modo de producción de bienes va a condicionar el proceso de la vida social, política y espiritual.

Veámoslo. El ser humano, como cualquier otro animal, para atender su instinto básico de supervivencia siempre tuvo que realizar tareas (cazando, construyendo refugios, buscando agua… ). Pero al principio, cuando vivía en la tribu comunista, todo lo que se producía era de todos, del común. Deberes y derechos eran pues los mismos para todos (siendo eso, precisamente, lo que les permitía ser, a todas y todos, totalmente libres).

La tribu comunista, la tribu primitiva, es la estructura social que eligieron para vivir nuestros antepasados en cuanto empezaron a ser sapiens (homo sapiens), en cuanto empezaron a tener una inteligencia superior a la de otros animales, ya que gracias a esa capacidad para discurrir más y mejor, eligieron vivir en común y compartir en común todo lo que tenían, por la sencilla razón de que eso les resultaba más ventajoso para  satisfacer sus 2 instintos básicos, el de querer sobrevivir y el de querer sentir placer.

Pero en el momento en que se aceptó la existencia de la propiedad privada de un medio de producción, el producto que salió de dicho medio pasó a ser del dueño de ese taller, de esa fábrica, de ese medio de producción; ocurrió que lo producido, lo creado, pasó a ser del propietario del taller. Algo trascendente pues desde entonces los bienes salidos de los medios privados de producción ya no son de la tribu, son de unos particulares.

Según fundadas teorías, el primer medio de producción que pasó a manos privadas fue la mujer, a partir del momento en que los machos la consideraron medio de producción (o sea, un objeto), siendo el bien que (re)producían las mujeres los bebés que parían.

El fenómeno consistente en que algunos van a apropiarse de lo que produce la fábrica de su propiedad, va a hacer que ciertos elementos de la tribu, de la sociedad, sean más poderosos  que  otros, por lo que a partir de ahí utilizarán su poder y su fuerza para crear normas, leyes y religiones que les favorezcan. Nacieron así las desigualdades.

5º.- La historia de las sociedades es la historia de la lucha de clases.

Al saltar la tribu comunista por lo aires, y haber en cada sociedad unos ciudadanos, los potentados, que van a vivir mejor que otros, como esto se impone por la fuerza, la convivencia desemboca en un equilibrio inestable, pues lógicamente y cada cierto tiempo, los de abajo estallan, se rebelan y quieren que la tarta de la riqueza se reparta de arriba abajo, porque intuyen que, injustamente, se está repartiendo de abajo a arriba.

Surgen así revueltas y revoluciones, generadas por la lucha, consciente o no, de clases.

6º.- La “fuerza de trabajo” del hombre y la mujer es una mercancía, algo que se compra por parte del empresario y se vende por el trabajador. Siendo el “valor de uso” de esta mercancía el hecho de que lo que hace el trabajador produce riqueza.

Todo aquél que trabaja para otro le vende su fuerza de trabajo, y el que compra dicha fuerza, dicha capacidad de transformar las cosas, lo hace porque esa capacidad le produce valor. ¡Lo que crea riqueza es el trabajo de las mujeres y de los hombres!

Es decir, desde que los medios/fábricas de producción son privados, la razón por la que el empresario “compra” (contrata) la fuerza de trabajo del obrero es porque la usa para que cree una riqueza que será para él; una riqueza que el patrón sólo no podría generar.

Si fuera el empresario quien crea riqueza la humanidad no hubiera progresado, por la sencilla razón de que hubo épocas y pueblos donde no había empresarios, y aún así, sin embargo, sí prosperó la comunidad en lo material, porque  lo que siempre existió sobre la Tierra fueron hombres y mujeres trabajando para sobrevivir.

7º.- La plusvalía es la parte del valor creado por el trabajador que no se le paga a éste. 

Es elemental que si el patrón le pagara al obrero absolutamente todo lo que éste le da a él con su trabajo, pues no le compensaría al empresario el contratarlo. Por eso, si la mercancía (fuerza de trabajo) que el trabajador le da al patrón vale, por ejemplo, X, el empresario lógicamente le pagará X-P. Siendo esa cantidad que no le paga (P),  lo que se llama Plusvalía (riqueza que crea el obrero y sin embargo se queda el patrón)

8º.- El capital, generado por el trabajo del obrero, acaba oprimiendo al trabajador, arruinando al pequeño patrono y creando un ejército de parados.

Esto es evidente repasando la Historia, la de la humanidad y la de cada pueblo. Pero se ve aún mejor mirando al futuro. Ya está aquí, a la vuelta de la esquina, la generación de los robots (maquinas que harán casi todo por nosotros: proporcionarnos comida, construir edificios, curarnos, enseñarnos, transportarnos, etc.).

Ahora bien, la clave está en saber de quiénes van a ser los robots. ¿Serán de la sociedad, trabajarán ellos para que nosotros vivamos dignamente, sin apenas currar, mientras esas máquinas crean bienes para todos? ¿O serán de unos particulares que tendrán que endurecer las leyes del Estado para reprimir las protestas, para frenar a los millones de parados y pobres, a la multitud de Parias de la Tierra que generarán entonces los robots?

 9º.- Todas las cosas y cuestiones, todo en todo, está relacionado.

Lo psíquico y lo material son un continuo; el cuerpo y el alma la misma cosa; lo sindical y lo político no tienen frontera natural que los separe; la vida personal y la pública podrán ser más o menos esquizofrénicas, pero una repercute en la otra y al revés; la injusticia social y la inseguridad ciudadana son magnitudes directamente proporcionales porque vibran al unísono; nuestro lugar social y nuestra forma de actuar se sugestionan una a la otra, etc. etc.

Precisamente por eso de que todo está relacionado con todo, se explica la conciencia social ya que cada persona es un ser social dado que “es lo que es” en relación a los demás, sin poder por otro lado vivir aislado. Siendo esto tan evidente que hace entender el fenómeno por el cual, por poner un ejemplo, vemos que según el país en el que se nace las probabilidades de creer en una u otra religión son diferentes.

“Todo en todo está relacionado”, así que también habrá que recordar que pasando de política no se puede evitar estar en política, siendo la única diferencia, entonces, que quien pasa de política se encontrará en desventaja ya que no se le tendrá en cuenta.

10.- UNIDAD. Este importante principio universal de la lucha de clases lo razona Marx de forma irrefutable.

Marx, el autor junto con Engels del Manifiesto Comunista, dice que los empresarios tienen derecho a ganar más. Y dice también que los obreros tienen derecho a ganar más.

Pero nos recuerda que ambos derechos son contrapuestos (si los obreros ganan más el patrón ganará menos, y al revés). Para preguntar entonces Marx en nuestro nombre:

¿Qué ocurre cuando se encuentran frente a frente dos derechos legítimos pero que se dan de bofetadas? Sencillo, responde: ¡QUE SE IMPONE EL MÁS FUERTE!

En consecuencia, para el trabajador  -quien vende su fuerza de trabajo a otro- sólo hay una forma de hacer que su derecho a ganar más prevalezca sobre el del empresario a hacerse más rico, ¡asociándose con otros trabajadores!

Y de ahí el grito que nunca nadie debe olvidar si quiere mejorar las condiciones de vida de su gente, de sí mismo, y de su clase, ..…..

¡¡¡Proletarios del mundo uníos!!!

Paco Molina  Zamora 31 de Julio del 2021

 

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