HISTORIA
DE UN IMPARABLE AMOR : LA REVOLUCIÓN.
La Mantis Religiosa y el Amante Ateo
Nacieron ambos en el
año 1921. Tienen pues, cuando se escribe este relato para que no pasen al
olvido, 100 años cada uno.
Las fechas de sus
nacimientos vinieron a coincidir por ahí, por ahí, con la fundación del Partido
Comunista de España, es más, como todo el mundo, fueron engendrados (eso del espermatozoide y
el óvulo) unos meses antes; algo similar a lo que ocurrió con el PCE, pues sabido
es que éste surgió del constituido el año anterior con el nombre de Partido
Comunista Español.
Estos pormenores se
citan por si pudieran explicar el resto de la historia de estas 2 personas, por
más que el materialismo dialéctico lo prohíba, e incluso nuestros
protagonistas, de saberlo, lo repudien: ya que, según ellos y la ciencia, todo
lo que pasa en el universo ocurre de carambola, como bien asevera la realidad.
Nuestros 2 camaradas
viven ahora en una Residencia de Mayores. Resulta que la pandemia de la Covid
19 causó tal número de fallecimientos en estos establecimientos que la lista de
espera avanzó deprisa, y tanto ella como él han encontrado por fin plaza en uno
de carácter público.
Lo sorprendente del
caso no está sólo en que cada uno tenga ahora 100 años, sino más bien en que sus vidas
fueron paralelas; aunque quizás por eso y por definición de lo que son las
líneas paralelas, nunca llegaron a encontrarse. Hasta ahora, claro está, que
están encontrándose, como nos decían en la escuela, en el infinito; en el
infinito de la ternura.
Una pirueta del destino
quiso que una trabajadora de la residencia, a la que cayeron simpáticos,
descubriera entre sus escasas pertenecías algunos objetos significativos.
Entre los de ella un
pañuelo rojo, con una hoz y un martillo en amarillo, y las iniciales: PCE.
Entre los de él, un llavero con los mismos símbolos y colores.
Tal casual hallazgo se
unió a otra carambola. Para esa fecha ya se habían ligado entre sí (bien
entendido este concepto más en términos marineros que de discoteca).
Lo cual tiene más
merito aún porque no se conocían de nada, hasta el punto de que él no tenía ni
idea de que ella había sido una heroína apodada con el sobrenombre de “La
Mantis Religiosa”; ni ella sabía que a él le llamaron en sus tiempos “El Amante
Ateo”.
La razón de estos
estrambóticos nombres estaba fundamentada, según la leyenda, en su pasado de
carácter aventurero y revolucionario.
Habiendo tenido nuestra
protagonista que huir de España al final de la Guerra Civil por ser su familia
republicano/comunista y ella también; lo hizo sola, y después, en la Europa
ocupada por los nazis, pasó a formar parte de la primera guerrilla que
encontró.
Ese ímpetu, “ímpetu
comunista” decía su madre, le venía posiblemente de que sus padres, como buenos
fanáticos de la solidaridad, y con corazón hermoso, ya al nacer la afiliaron al
Partido Comunista de España, comentando, entre besos y sonrisas que eran más
bien risas de felicidad: “Es que si no se siembra no hay cosecha”.
Veinteañera y
atractiva, le pidieron que sirviera de señuelo para pescar nazis, fascistas o
traidores (esos tipos que venden a su patria para hacer negocios). Ella debería
engatusarlos, llevarlos al lugar adecuado, en casos un lecho, y después alguien
se encargaría de que desaparecieran. De esa tarea le devino el sobrenombre de
Mantis Religiosa, ese insecto en que alguna hembra, tras aparearse, devora al
macho.
El alias de él, El
Amante Ateo, fue consecuencia de su divertida de demostración de que no había
Dios a partir de una botella de Anís del Mono. “Os voy a demostrar que no hay
Dios con una botella de anís, y sin necesidad de que os la bebáis - decía zumbón-
¿Veis la etiqueta? En ella hay un mono
con una botella de anís del mono, que a su vez tiene una etiqueta con un mono
que sostiene una botella de anís del mono, etc. etc. ¿Puede llegar esa sucesión
de etiquetas hasta el infinito? -preguntaba con más guasa aún y una sonrisa
pícara- No ¿verdad? Pues por eso no hay Dios, porque si pensamos que alguien
inteligente está obligado a discurrir que alguien más inteligente que él lo
tuvo que crear, por lo mismo y a su vez, ese ser más inteligente y presunto “Dios
sub 1”, debería deducir que alguien aún más inteligente que él lo tuvo que
crear, siendo éste “Dios sub 2”. etc. etc. Dándose el caso de que ese ente tan
sumamente inteligente estaría al final de una serie infinita, y sabido es que
una serie infinita lo es, precisamente, porque no tiene final, porque no hay
nada al final. Y como no hay nada al final, no hay Dios”.
Por lo demás su trabajo
político se desarrolló fundamentalmente durante la dictadura, haciendo de informador
y contra inteligencia en ambientes de postín y alto nivel.
Pero nuestros
simpáticos y agradables personajes, recordad que con 100 años cada uno, no
recordaban ya los detalles de su pasado. Aunque sí, sorprendentemente, tenían
aún lúcida la mente en todo lo concerniente a su pasión revolucionaria.
Por eso….cuando se le
propuso a la Residencia y a sus familiares que compartieran habitación por
razones múltiples, consultados ambos, sin pestañear y con una mirada cómplice e
inmensa alegría, dijeron sí con su guasa habitual: “Agrupémonos todos….….”.
Enfrascados en lo que
fue una vida de lucha política y social, parecía ser eso lo único que
recordaban o lo único que les mantenía
con vida; explicando ellos mismos, cuando se les alababa su buen humor, que no
hay mayor placer, a parte de los prohibidos, que haber batallado sin tregua y
sin descanso a favor los Parias del Tierra y de la Humanidad en su conjunto.
Esa expresión, “no hay
mayor placer, aparte de los prohibidos, que la lucha por la clase obrera”, es,
tal cual, de ellos, y sabían lo que decían, pues aún ahora, sumamente viejiños
y convertidos en sendos sacos de huesos, de vez en vez, bueno todos los días,
decían, se decían, cuando acababa la sobremesa de la cena: “Ven, vamos a (com)penetrarnos”,
para acabar explicando que no hay nada más penetrante que el cariño absoluto.
Y con la felicidad de
quienes han luchado toda la vida, ella le decía, coqueta: “Ven, que te mato de
amor”. Respondiendo el eco de su hombre: “El amante ateo devorado por la mantis
religiosa; y luego dicen que no existe la divina providencia”
Debido a la política de
protección de datos no se pueden proporcionar ni los nombres, ni la dirección
actual de estos camaradas. Sin embargo….
Siguen trabajando para
la revolución y ahora, tras comentar felices…. “¿Recuerdas que nos dijeron que si
se es comunista hay que serlo en cualquier momento o lugar, predicando nuestros
ideales o combatiendo por ellos? Pues vamos a hacer un test que mida cuánto de marxista
tiene la gente dentro”.
Y a ello se pusieron, a
hacer un test sencillo que lo pudiera entender cualquiera. Y así salió el borrador:
En él hay 10 principios
o teoremas (todos enunciados por Carlos Marx); de manera tal que si estás de
acuerdo con los 10 eres un comunista de 10, si con 9 de 9, si con……
Juguemos con él para
hacer ver a todo el mundo que es más comunista de lo que se cree. Porque si se
usa la cabeza no se puede ser otra cosa que marxista. Compruébenlo:
1º.
– No existe ninguna verdad absoluta.
Éste principio lo
ratifica hoy en día la Física, cuando afirma que todo lo que ocurrió y ocurre
en el Universo es por casualidad.
Ahora bien, si nada es
absoluto es que entonces todo es relativo, por lo que en consecuencia todo
puede ser sometido a discusión.
De ahí surge el
“PRINCIPIO DE DEMOCRACIA”. Pues si todo es relativo, entonces la democracia se
convierte en una necesidad, dado que al no existir garantía sobre lo que es
bueno y lo que es malo, sólo la mayoría debe decidir el camino a seguir.
También de ahí nace
el “PRINCIPIO DE TOLERANCIA”. Que hunde
sus raíces en la no existencia de absolutos, en la no existencia de verdades
inamovibles, en definitiva, en la no existencia de nada que justifique la
intolerancia.
2º.-
Todo lo material, y lo que entendemos por espiritual, está en movimiento y por
tanto en continuo cambio.
Lo que debe recordarnos
que ¡todo puede ser mejorable! Nada quedará quieto en una foto fija, ni
petrificado en una presunta perfección. Por lo que el derecho a la crítica, por
parte de aquellos que quieren cambios para introducir mejoras, debe respetarse.
Ese cambio continuo de
todo lo existente desemboca en el “PRINCIPIO DE OPTIMISMO”. Pues sabido es que
el cauce de un rio es más fácil de modificar que el lecho de un lago, precisamente
porque el agua del rio está en movimiento y la del lago estancada.
3º.- Las ideas no son más que lo material
traducido y traspuesto a la cabeza del hombre.
Este es el concepto que
más cuesta entender. Pero veamos. Todos pensamos que lo que se puede tocar es
lo que llamamos “materia”, y que lo demás, por ejemplo, lo que tenemos en la
cabeza, en el pensamiento, que eso no es materia, que es “espíritu”.
Pero no es así en
absoluto. Supongamos una habitación a oscuras. No se ve nada. Imaginemos ahora
que se da la luz. Entonces no sólo vemos todos los objetos que allí están, sino
que también los vemos con distintos colores. Eso ocurre gracias a la luz, algo
que no se ve. Pero la luz no es algo espiritual, la luz es energía, y gracias a
la conocida fórmula E=mc2 (donde “c2” es una cantidad constante = a la
velocidad de la luz elevada al cuadrado) hoy se sabe que la energía (E) y la masa
(m) están unidas por un “igual”, o sea, que
son la misma cosa, que todo es material; siendo el remate final de ésta
demostración que cuando alguien muere sus pensamientos desaparecen, lo mismo
que cuando se estropea un ordenador toda su capacidad de hacer cosas, se
esfuma.
4º.- El
modo de producción de bienes va a condicionar el proceso de la vida social,
política y espiritual.
Veámoslo. El ser
humano, como cualquier otro animal, para atender su instinto básico de
supervivencia siempre tuvo que realizar tareas (cazando, construyendo refugios,
buscando agua… ). Pero al principio, cuando vivía en la tribu comunista, todo
lo que se producía era de todos, del común. Deberes y derechos eran pues los
mismos para todos (siendo eso, precisamente, lo que les permitía ser, a todas y
todos, totalmente libres).
La tribu comunista, la
tribu primitiva, es la estructura social que eligieron para vivir nuestros
antepasados en cuanto empezaron a ser sapiens (homo sapiens), en cuanto
empezaron a tener una inteligencia superior a la de otros animales, ya que
gracias a esa capacidad para discurrir más y mejor, eligieron vivir en común y
compartir en común todo lo que tenían, por la sencilla razón de que eso les
resultaba más ventajoso para satisfacer
sus 2 instintos básicos, el de querer sobrevivir y el de querer sentir placer.
Pero en el momento en
que se aceptó la existencia de la propiedad privada de un medio de producción,
el producto que salió de dicho medio pasó a ser del dueño de ese taller, de esa
fábrica, de ese medio de producción; ocurrió que lo producido, lo creado, pasó
a ser del propietario del taller. Algo trascendente pues desde entonces los
bienes salidos de los medios privados de producción ya no son de la tribu, son
de unos particulares.
Según fundadas teorías,
el primer medio de producción que pasó a manos privadas fue la mujer, a partir
del momento en que los machos la consideraron medio de producción (o sea, un
objeto), siendo el bien que (re)producían las mujeres los bebés que parían.
El fenómeno consistente
en que algunos van a apropiarse de lo que produce la fábrica de su propiedad,
va a hacer que ciertos elementos de la tribu, de la sociedad, sean más
poderosos que otros, por lo que a partir de ahí utilizarán
su poder y su fuerza para crear normas, leyes y religiones que les favorezcan.
Nacieron así las desigualdades.
5º.- La historia de las sociedades es la
historia de la lucha de clases.
Al saltar la tribu
comunista por lo aires, y haber en cada sociedad unos ciudadanos, los
potentados, que van a vivir mejor que otros, como esto se impone por la fuerza,
la convivencia desemboca en un equilibrio inestable, pues lógicamente y cada
cierto tiempo, los de abajo estallan, se rebelan y quieren que la tarta de la
riqueza se reparta de arriba abajo, porque intuyen que, injustamente, se está
repartiendo de abajo a arriba.
Surgen así revueltas y
revoluciones, generadas por la lucha, consciente o no, de clases.
6º.- La “fuerza de trabajo” del hombre y la
mujer es una mercancía, algo que se compra por parte del empresario y se vende
por el trabajador. Siendo el “valor de uso” de esta mercancía el hecho
de que lo que hace el trabajador produce riqueza.
Todo aquél que trabaja
para otro le vende su fuerza de trabajo, y el que compra dicha fuerza, dicha
capacidad de transformar las cosas, lo hace porque esa capacidad le produce
valor. ¡Lo que crea riqueza es el trabajo de las mujeres y de los hombres!
Es decir, desde que los
medios/fábricas de producción son privados, la razón por la que el empresario
“compra” (contrata) la fuerza de trabajo del obrero es porque la usa para que
cree una riqueza que será para él; una riqueza que el patrón sólo no podría generar.
Si fuera el empresario
quien crea riqueza la humanidad no hubiera progresado, por la sencilla razón de
que hubo épocas y pueblos donde no había empresarios, y aún así, sin embargo,
sí prosperó la comunidad en lo material, porque
lo que siempre existió sobre la Tierra fueron hombres y mujeres
trabajando para sobrevivir.
7º.- La plusvalía es la parte del valor creado
por el trabajador que no se le paga a éste.
Es elemental que si el
patrón le pagara al obrero absolutamente todo lo que éste le da a él con su trabajo,
pues no le compensaría al empresario el contratarlo. Por eso, si la mercancía
(fuerza de trabajo) que el trabajador le da al patrón vale, por ejemplo, X, el
empresario lógicamente le pagará X-P. Siendo esa cantidad que no le paga
(P), lo que se llama Plusvalía (riqueza
que crea el obrero y sin embargo se queda el patrón)
8º.- El capital, generado por el trabajo del
obrero, acaba oprimiendo al trabajador, arruinando al pequeño patrono y creando
un ejército de parados.
Esto es evidente
repasando la Historia, la de la humanidad y la de cada pueblo. Pero se ve aún
mejor mirando al futuro. Ya está aquí, a la vuelta de la esquina, la generación
de los robots (maquinas que harán casi todo por nosotros: proporcionarnos
comida, construir edificios, curarnos, enseñarnos, transportarnos, etc.).
Ahora bien, la clave
está en saber de quiénes van a ser los robots. ¿Serán de la sociedad,
trabajaran ellos para que nosotros vivamos dignamente, sin apenas currar,
mientras esas máquinas crean bienes para todos? ¿O serán de unos particulares
que tendrán que endurecer las leyes del Estado para reprimir las protestas,
para frenar a los millones de parados y pobres, a la multitud de Parias de la
Tierra que generarán entonces los robots?
9º.- Todas las cosas y cuestiones, todo en
todo, está relacionado.
Lo psíquico y lo
material son un continuo; el cuerpo y el alma la misma cosa; lo sindical y lo
político no tienen frontera natural que los separe; la vida personal y la
pública podrán ser más o menos esquizofrénicas, pero una repercute en la otra y
al revés; la injusticia social y la inseguridad ciudadana son magnitudes
directamente proporcionales porque vibran al unísono; nuestro lugar social y
nuestra forma de actuar se sugestionan una a la otra, etc. etc.
Precisamente
por eso de que todo está relacionado con todo, se explica la conciencia social ya
que cada persona es un ser social dado que “es lo que es” en relación a los
demás, sin poder por otro lado vivir aislado. Siendo
esto tan evidente que hace entender el fenómeno por el cual, por poner un
ejemplo, vemos que según el país en el que se nace las probabilidades de creer
en una u otra religión son diferentes.
“Todo en todo está
relacionado”, así que también habrá que recordar que pasando de política no se
puede evitar estar en política,
siendo la única diferencia, entonces, que quien pasa de política se encontrará
en desventaja ya que no se le tendrá en cuenta.
10.-
UNIDAD. Este importante principio universal de la lucha de clases lo razona
Marx de forma irrefutable.
Marx, el autor junto
con Engels del Manifiesto Comunista, dice que los empresarios tienen derecho a
ganar más. Y dice también que los obreros tienen derecho a ganar más.
Pero
nos recuerda que ambos derechos son contrapuestos (si los obreros ganan más el
patrón ganará menos, y al revés). Para preguntar entonces Marx en nuestro
nombre:
¿Qué ocurre cuando se
encuentran frente a frente dos derechos legítimos pero que se dan de bofetadas?
Sencillo, responde: ¡QUE SE IMPONE EL MÁS FUERTE!
En consecuencia, para
el trabajador -quien vende su fuerza de
trabajo a otro- sólo hay una forma de hacer que su derecho a ganar más
prevalezca sobre el del empresario a hacerse más rico, ¡asociándose con otros
trabajadores!
Y de ahí el grito que
nunca nadie debe olvidar si quiere mejorar las condiciones de vida de su gente,
de sí mismo, y de su clase, ..…..
¡¡¡Proletarios
del mundo uníos!!!
Paco Molina de Zamora. Julio del 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario