IRPF
: YO CONFIESO.
En lo que sigue se
va a demostrar que no sólo es necesario subir los impuestos directos (aquellos
que recaen sobre lo que se gana) sino que es factible sin que llegue la sangre
al rio.
Para que así se vea
utilizaré mi propia declaración del IRPF del año 2021 (o sea la última).
Dicha declaración me
ha supuesto pagar unos 100 euros menos que el año anterior. O sea he pagado 8
euros menos al mes que el año pasado.
Como soy de quienes
han tenido suerte en la vida mis ingresos brutos estuvieron en el 2021, entre
unas cosas y otras, en torno a los
43.000 € brutos.
Por esa causa, y tras
los perceptivos ajustes, hube de pagar a Hacienda por mis ganacias del año
pasado unos 8.300 €, es decir el 19 % (siempre redondeando).
La razón por la que este
año pague 100 € menos debe deberse sin duda a que las derechas gobernantes en
mi región (Castilla y León) decidieron bajar el tramo autonómico de dicho
impuesto dentro de su política de engaño, según la cual si se bajan los impuestos
todo el mundo será feliz.
Dicha bajada de impuestos
directos son una estafa y además improductivos. No me cabe duda de que a quienes
tienen grandes ingresos anuales la
bajada les habrá reportado más riqueza, pero a la inmensa mayoría de la
población, en absoluto (en el caso que comentamos 8€ más al mes no suponen
nada).
Pero es que además
esas bajadas de impuestos son improductivas para el país por partida doble.
Una es su inutilidad respecto al consumo. Con lo que yo
ganaba ya me sobraba dinero al mes (es decir ya había un dinero en mi cuenta que
no gastaba, que no lo usaba en consumir, que no movía la máquina de la economía
capitalista: el consumo desenfrenado).
Y encima ahora, hay
otros 100 € (8 al mes), que ingresarán mis ahorros y no contribuirán al consumo
y circulación de bienes.
Pero encima, si me los
han dado a mí que no los necesitaba, es que se los han quitado a otros que por su
escasez de bienes todo lo que ingresan lo tienen que convertir en consumo.
Para que se entienda
mejor, si usted le da 1 € a un mendigo ese mismo día él se lo da al panadero,
éste al fontanero, éste al casero, éste al vendedor de coches y éste a los
directivos de los grandes bancos. Ahora bien, si usted le da 1€ a un banquero
ese euro se pierde en su bolsillo, no circula, no crea bienestar.
Y sigamos, si mis
100 euros los tiene el estado (y no yo que no los necesito) podrá seguir
haciendo tantas cosas que son necesarias y que crean puestos de trabajo y
servicios de calidad para una vida de calidad.
En consecuencia, cualquier
gobierno social debe subir, gradual y progresivamente, el IRPF a toda persona
que gane por ejemplo más de 40.000 euros brutos (en mi caso, una subida del 1% considero
que nos vendría bien a todos, incluso a mí, que si me toca la primitiva querré que
haya buenos puertos de mar para atracar mi yate).
Pero no atreverse ni
con quienes tienen la fortuna de ingresar más de 50.000 € anuales, y encima anunciar
más gastos militares, me parece un error de bulto y un desprecio a quienes más
lo necesitan.
O redistribuimos la riqueza de arriba a abajo o vamos al desastre
Paco
Molina. Zamora. 1 de Julio del 2022
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