viernes, 1 de julio de 2022

IRPF : YO CONFIESO.

 


IRPF : YO CONFIESO.

En lo que sigue se va a demostrar que no sólo es necesario subir los impuestos directos (aquellos que recaen sobre lo que se gana) sino que es factible sin que llegue la sangre al rio.

Para que así se vea utilizaré mi propia declaración del IRPF del año 2021 (o sea la última).

Dicha declaración me ha supuesto pagar unos 100 euros menos que el año anterior. O sea he pagado 8 euros menos al mes que el año pasado.

Como soy de quienes han tenido suerte en la vida mis ingresos brutos estuvieron en el 2021, entre unas cosas y otras,  en torno a los 43.000 € brutos.

Por esa causa, y tras los perceptivos ajustes, hube de pagar a Hacienda por mis ganacias del año pasado unos 8.300 €, es decir el 19 % (siempre redondeando).

La razón por la que este año pague 100 € menos debe deberse sin duda a que las derechas gobernantes en mi región (Castilla y León) decidieron bajar el tramo autonómico de dicho impuesto dentro de su política de engaño, según la cual si se bajan los impuestos todo el mundo será feliz.

Dicha bajada de impuestos directos son una estafa y además improductivos. No me cabe duda de que a quienes tienen grandes ingresos anuales  la bajada les habrá reportado más riqueza, pero a la inmensa mayoría de la población, en absoluto (en el caso que comentamos 8€ más al mes no suponen nada).

Pero es que además esas bajadas de impuestos son improductivas para el país por partida doble.

Una es su  inutilidad respecto al consumo. Con lo que yo ganaba ya me sobraba dinero al mes (es decir ya había un dinero en mi cuenta que no gastaba, que no lo usaba en consumir, que no movía la máquina de la economía capitalista: el consumo desenfrenado).

Y encima ahora, hay otros 100 € (8 al mes), que ingresarán mis ahorros y no contribuirán al consumo y circulación de bienes.

Pero encima, si me los han dado a mí que no los necesitaba, es que se los han quitado a otros que por su escasez de bienes todo lo que ingresan lo tienen que convertir en consumo.

Para que se entienda mejor, si usted le da 1 € a un mendigo ese mismo día él se lo da al panadero, éste al fontanero, éste al casero, éste al vendedor de coches y éste a los directivos de los grandes bancos. Ahora bien, si usted le da 1€ a un banquero ese euro se pierde en su bolsillo, no circula, no crea bienestar.

Y sigamos, si mis 100 euros los tiene el estado (y no yo que no los necesito) podrá seguir haciendo tantas cosas que son necesarias y que crean puestos de trabajo y servicios de calidad para una vida de calidad.

En consecuencia, cualquier gobierno social debe subir, gradual y progresivamente, el IRPF a toda persona que gane por ejemplo más de 40.000 euros brutos (en mi caso, una subida del 1% considero que nos vendría bien a todos, incluso a mí, que si me toca la primitiva querré que haya buenos puertos de mar para atracar mi yate).

Pero no atreverse ni con quienes tienen la fortuna de ingresar más de 50.000 € anuales, y encima anunciar más gastos militares, me parece un error de bulto y un desprecio a quienes más lo necesitan.

O redistribuimos la riqueza de arriba a abajo o vamos al desastre

Paco Molina.   Zamora. 1 de Julio del 2022

 

 

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