Hace
10 años escribí esto sobre Eugenio González Alonso. Ahora resulta que va a ser
nº 1 al Congreso de los Diputados en Zamora representando a SUMAR.
Es
independiente, es decir no pertenece a ninguno de los 15 partidos que
configuran el Movimiento SUMAR. Hay miles como él.
Este
mismo año, el 2023, se acaba de jubilar, aunque sigue yendo a las asambleas
para ayudar a los trabajadores a mejorar sus condiciones laborales, a mejorar
su vida.
La
propuesta de SUMAR.
Según
el medio “65 y más”, en estas elecciones generales sólo se presentan 9 cabezas
de lista con “65 años o más”.
De
esos 9, resulta que 4 ponen su esfuerzo y su fuerza para que triunfe SUMAR. Uno
es él.
Véase
como es Eugenio, descrito hace 10 años. Y ahora.
TÚ,
EUGENIO
Antes de nada debo
indicar que no me une a Eugenio González ningún grado de amistad especial.
Aunque si desearía que fuese, ésta, la mayor posible
Dicho eso me
permito, con vuestro permiso, hacer una caricatura o un “retrato robot” de él
En el Congreso en el
que dejaba de ser Secretario General de CCOO de Zamora, ya le envié un
telegrama donde le felicitaba por haber ejercido ese puesto de una manera
MAGNÍFICA.
Pero hoy, que se le
rinde un homenaje, quiero que quede escrito lo que titularía:
TÚ,
EUGENIO
Al saber de
este Homenaje a Eugenio y sentirme en la obligación moral de hablar
bien de él porque entiendo que se lo merece (siempre hay que ensalzar las figuras ejemplares, para premiarlas y
para convertirlas en “ejemplo para otras personas”), entonces, digo, repasé la
visión, lejana, que tengo de él.
Y me vino a la mente
la imagen de aquella serie de televisión titulada “YO, CLAUDIO”.
Esta historia,
basada en hechos reales, narra que Claudio, quien fue tal vez el mejor Emperador Romano, reunía las
siguientes condiciones:
1.- No quería ser
Emperador, ni meterse en líos.
2.- En consecuencia
se hacía el “despistado” (rozando la SIMPLEZA) entre los otros aspirantes, para
no participar en conspiraciones, que encima solían acabar mal.
Pero esa conducta,
paradójicamente, hizo que ante las peleas que mantenían entre si los gallitos,
todos buscaran una salida inteligente, y pensaran en él para Emperador, tal vez
con la intención, si era tan simple como parecía, de luego manejarlo, cada cual
según su criterio.
Y así, parecidito,
fue como Eugenio llegó al puesto de Jefe de las CCOO de Zamora.
Que yo lo vi; que yo
estaba allí, que compartíamos cuarto de máquinas cuando aún no “vivíamos por
encima de nuestras posibilidades”, y Eugenio, como casi todos, lo único, y nada menos, que aportaba a la
organización, es que era una gran persona, una bella persona, una buena
persona. Valiente y comprometido, también, como todos, con la lucha social, y
la lucha de clases, que no en vano, entró en el sindicato cuando éste tenía
mala fama por ser “el sindicato comunista” (definición que le dieron, en
aquellos años, los mismos que ahora le dan “peor fama”, los poderosos a través
de sus medios de confusión de masas)
Así las cosas
Eugenio destacaba por ser un gran compañero (se hablaba con todos) y como
decíamos, prácticamente sólo por eso. Por tanto no estaba en ninguna quiniela y
él ni se postulaba, ni hacía campaña en pro de sí mismo. Prefería pasar
desapercibido Era más bien, la suya, una conducta como la de CLAUDIO.
Y para sorpresa de
todos, pero seguro que no de él, persona
inteligente y conocedor de su inteligencia (de lo contrario, no hubiera
aceptado tal responsabilidad) todos
lo eligieron para un puesto difícil, complicado y expuesto.
Y Eugenio empezó su
tarea al estilo de Yo Claudio.
Y fue aprendiendo. Y
fue tanteando. Y fue apostando.
E hizo una gran
labor. Qué discursos le oí diciendo cosas, articulando argumentos, insuflando
fuerza, imprimiendo moral, dando ejemplo.
Pero eso sólo fue
posible porque Eugenio no sólo era honrado. También es, y sobre todo, lo
dijimos ya, una buena persona. Amén de una persona inteligente, valiente y
respetuosa
Y por ser buena persona tuvo la fuerza que
parecía no tener, y llevó, en la medida de lo posible, el agua del sindicato
por donde mejor podía, por el bien del sindicato.
Y por ser inteligente empezó a buscar contacto
continuo y creciente con todo lo que políticamente se movía a favor,
sinceramente, de los trabajadores.
Y por ser valiente, dio una imagen del sindicato
en Zamora, digna.
Y por ser educado, respetuoso y afable en el
trato, trató todo, y a todos, con mimo.
Por eso desde hoy le debe quedar claro que como persona,
líder y sindicalista, merece el afecto, la admiración, el aplauso y el abrazo
cariñoso de todos.
AVE
Eugenio. Los que van a recordarte…. te saludan. Larga vida.
Pacomolina-1 de
Marzo del 2013