¿QUIÉN
TEME A AGUSTÍN GARCIA CALVO?
Recientemente el
Presidente de la Diputación de Zamora, Sr, Faúndez, para caernos a todos bien,
ha dicho que tendrá las puertas de su despacho abiertas para cualquier
ciudadano.
Con ganas me he
quedado de aceptar el envite y pasarme por allí para ver si es verdad (o hay
que ir en otro momento que ahora está ocupado), y en caso de serlo, soltarle lo
que sigue.
Máxime cuando encima
los astros han querido que en estas fechas se conmemoren los 40 años de
existencia del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián Do Campo”.
Pero no voy a ir,
para no robarle su precioso tiempo, y porque se que diariamente le pasan un
dosier de prensa con los comentarios que le mencionan o afecten por razón de su
cargo.
Así que me ahorro la
visita con esto:
Agustín García Calvo
es un pensador zamorano, un antifilósofofilósófico de categoría mundial.
Pero, aunque es de esos
muertos que están vivos (como él decía de algunos humanos excepcionales) en
contraposición con la mayoría de los mortales, que somos vivos que estamos
muertes, lo cierto es que físicamente falleció hace años.
Y por tanto su
saber, su obra, si no se pregona, se divulga y se hace asequible, se la llevará
el viento.
Nos referimos aquí a
la obra que él califica como “política” en el catálogo de sus libros de la Editorial
Lucina (ubicada en Zamora). Porque respecto a sus otras creaciones no hay
problema, pues siendo bellas y al tiempo menos “dañinas para el orden imperante”,
son cantadas hasta en cantares.
El interés para la
Diputación, el Ayuntamiento, la Junta y España si se tercia, debe ser
económico, en comunión con el primer descubrimiento de Agustín: hoy Dios es el
Dinero.
Y por ello, cuanto
más dinero logren esas instituciones multiplicar mejores feligreses seremos y en
consecuencia más nos lo agradecerá Dios. Siendo prueba de lo dicho que en ese
afán de voltear el botafumeiro del incienso económico, hoy día se financian con
la misma intención (crear riqueza turística): la Semana Santa, el Toro
Enmaromado, la Vendimia de Toro, las Mascaradas, y todo lo que pueda potenciar
la marca Zamora.
Pero es que además,
el pensamiento político de Agustín García Calvo, aparte de estar completamente alejado
de lo que la mayoría de los mortales entendemos por política, va sembrando el
camino de afirmaciones útiles para la vida cotidiana, como que: “lo bueno es bueno y lo malo es malo” (no te
creas que lo tienes tan claro), o que “las mujeres respecto al amor, aman o no
aman, sin medias tintas, mientras que los hombres, aman por cantidades: mucho,
poco, a medias”.
A lo mejor no son
estos los 2 ejemplos más apropiados para hacer evidente la valía de lo que dejó
escrito el zamorano, pero por eso precisamente, la Diputación, a través del
Instituto de Estudios Zamoranos, debe ofrecer unas becas anuales para el
estudio y desmenuce de la obra política (vulgo filosófica) de Agustín García
Calvo.
A su vez, todas las
instituciones zamoranas (aunque el autor del que hablamos estaba contra la
filosofía) deben promoverle para que sea incorporado a los libros de dicha
materia en toda España.
Enarbolar el
prestigio mundial de un pensador mundial, es algo elemental que debemos de
hacer por acá. Porque se lo merece y porque lo merecemos. Ah. Y queridos
Alcalde de Zamora y Presidente de la Diputación, usen como regalo protocolario,
su libro “La Comuna Antinacionalista Zamorana”, que dará que hablar en todas
las cancillerías de nuestro territorio y de cosas buenas.
Paco
Molina. Zamora 21 de Octubre del 2023
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