ZAMORA:
EL PAÑUELO, LA BANDERA Y UN REFERENDUM.
Con alegría he visto
que éste año el pañuelo que se va a usar para lucimiento de las peñas durante
las fiestas de San Pedro está basado en la bandera de Zamora (ocho franjas
rojas y una verde).
La alegría me
proviene de que hace 15 años ya sugerí esta opción (no estoy pecando de falta
de humildad, es que fue así).
La razón del
acierto, hoy reconocido, es que no tenía ningún sentido que cada año se usara
una pañoleta (pañuelo al cuello) para celebrar las mismas fiestas en la misma
localidad.
Como tampoco lo
tiene el que cada año se recuerde en qué año estamos, poniéndolo en el pañuelo
festivo. Mejor sería que el mencionado complemento festivo e identificativo
(soy de Zamora) estuviera descontaminado de menciones absurdas (por evidentes)
sobre qué se celebra y en qué año. Pero bueno, eso llegará (de momento ya se ha
quitado el año de marras).
Pero la nueva pañoleta
aún comete el pecado original de la versión comercial de la bandera de Zamora
(aunque muy mejorada).
Sabido es que las
franjas de la bandera de Zamora son 8 rojas (que simbolizan las victorias de
Viriato contra los romanos) y una verde (que simboliza la victoria de los Reyes
Católicos contra alguien de Portugal por un problema de herencia, victoria en
la que los zamoranos colaboraron lo suyo y fueron premiados con esa franja).
El caso es que a
causa de ese parto, la bandera de Zamora es única porque está hecha a girones,
a trozos (es decir no es un paño de una
pieza como las demás).
Ello porque Viriato,
al ganar su primera batalla, recibió del procónsul romano derrotado la banda
que indicaba su mando, y nuestro héroe al no saber qué hacer con ella, la ata a
su lanza. Cosa que continúa haciendo batalla tras batalla que ganaba.
Así la bandera de
Zamora durante siglos fue roja, a
franjas, pero roja (La Seña Bermeja). Hasta que a Fernando el Católico le llamó
la atención, preguntó por qué esa bandera era tan rara, y tras oír lo que aquí hemos
contado, le quitó a su querida esposa la banda que como reina ostentaba, y la
puso como un girón más, arriba de la bandera bermeja (quedando así la banda
verde encima y las 8 rojas debajo).
El caso es que la verdadera
bandera de Zamora es así de llamativa y publicitaria (como dice la publicista
Questiondeimagen: “lo que no es diferente es indiferente”).
Pero claro, una bandera
echa a girones, o por bandas separadas unas de otras, presentaba una dificultad
para ciertas situaciones, y por eso algún comerciante se la inventó uniendo las
franjas con el color blanco.
El caso es que, aunque
las banderas son sagradas y están descritas con precisión y medidas exactas en
todo documento oficial que se precie, la bandera de Zamora con las tiras
blancas es una impostora.
Por eso entiendo que
el Ayuntamiento o quien sea, debería de impulsar
un concurso de ideas entre los artistas zamoranos (que son muchos y muy buenos)
para que discurrieran cual sería el mejor color y tamaño de la tela que une las
franjas rojas y la verde, para casos en
que no se pueda usar la bandera de verdad.
El color de ese
añadido, y el ancho (porque veo con horror que el color blanco cada vez ocupa más
espacio en nuestra bandera impostora) es lo que hay que elegir.
Ese concurso de ideas
luego podría ser refrendado en un plebiscito, que resolviera para siempre una anomalía sin
sentido y bastarda.
Paco
Molina. Zamora. 17 de Junio del 2024