viernes, 7 de junio de 2024

SIN IMPUESTOS NO HAY PARAISO

 


SIN IMPUESTOS NO HAY PARAISO

Suele ser fácil saber si un partido político (ahora que hay tanto camaleón) es de derechas o de izquierdas, para ello basta escuchar qué dice sobre los impuestos.

Si es partidario de bajarlos es un partido de corte conservador. Y cuanto más quiera bajarlos más de la extrema derecha.

Mientras que si propone subirlos en función de lo que gana cada persona (o sea, que a mas ingresos más deba pagar también en porcentaje) entonces estamos ante un grupo de izquierdas.

La postura primera está basada en el “tanto tienes tanto vales”. Que leída al revés significa: si te va mal la culpa es tuya, o porque eres un vago o simplemente porque no vales para nada, porque eres tonto.

La postura segunda (la de usar los impuestos para repartir la riqueza de arriba a abajo) está basada en el “hoy por ti mañana por mí” (vulgo solidaridad).

En la tribu comunista (perdón por el nombre pero es que como tenían todo en “común” pues eran “comunistas”) aún no existía el dinero, y por tanto no existían los impuestos como los conocemos hoy. Pero si existía la solidaridad como mecanismo inteligente para subsistir ante las adversidades de la Naturaleza (frio, hambre, enfermedades, ataques de animales o de otras tribus).

Y esa solidaridad inteligente (no solo sentimental y de buenas personas) eran los impuestos que tenían. Cada uno y cada una aportaba según su capacidad y recibía según sus necesidades.

De manera tal que al niño no se le pedía salir a cazar, y si no lo hacia se le privaba de comida; lo mismo que al anciano se le dejaba quedar en la choza mientras se salía a por leña  y comida, y no se le castigaba por vago. Tratamiento similar al que se le daba a quien enfermaba, no privándole de nada con el argumento de que no trabajaba.

Pero en el proceso evolutivo, al aparecer la propiedad privada como concepto hizo que los más fuertes acapararan mas riquezas (tierras y mujeres) e incluso que inventaran los impuestos para sacarle al pueblo de los bolsillos lo que era del pueblo (con la disculpa de prometer  defenderles si les atacaban otros: vamos el mismo  trabajo, o sistema de extorsión que usa la mafia)

Un ejemplo del enriquecimiento de los poderosos mediante los impuestos son los diezmos y primicias que cobraba la Iglesia Católica Apostólica y Romana

De ahí viene la antipatía (e incluso el odio ancestral) contra los impuestos, de manera tal que al pueblo, de entrada, le cae bien eso de que le bajen impuestos (lo mismo que le cae bien que le prometan libertad porque en sus genes añora la libertad que le robaron los que ahora se la prometen: los ricachones).

Sin embargo, actualmente, la única manera de redistribuir la riqueza de arriba a abajo es con los impuestos.

Redistribución que beneficia a todos, pero sobre todo a los autónomos (colectivo que se cita porque suele ser el que muestra más angustia con el tema de las tasas).

Usemos para demostrarlo la situación de Zamora. Gracias a los impuestos el gran numero de jubilados que hay, o cobra lo suficiente para vivir bien o cobra menos. Pero si cobra menos va a consumir menos (todo jubilado trabaja de consumidor) y si así es, el negocio del autónomo se va a resentir por pérdida de clientes.

Lo mismo ocurre con lo que despectivamente se llaman “paguitas”.  Si se suprimen entonces el consumo (pieza esencial del sistema capitalista) se viene abajo.

Es más, soy de la idea de que la España Vaciada solo se podrá rellenar, aparte de dotándola de más y mejores servicios   dándolo a cada ciudadano 500 euros al mes si vive en poblaciones de menos de 1.000 habitantes. Y eso requiere impuestos.

Paco Molina. Zamora. 3 de Junio del 2024

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