EL
MAZÓ DE MAZÓN: MORIR MATANDO
El PP ha decidido
convertir a Mazón (el expresidente de la Comunidad Valenciana) en un “hombre bala”.
Tras pedirle que
resistiera porque la dimisión al día siguiente de la catástrofe hubiera sido una
confesión de negligencia (por no parar la actividad social en Valencia cuando
desde las 7 de la mañana existía un aviso de alerta roja o sea de peligro para
las personas), llegó un año después el Funeral de Estado donde el entorno de
Mazón cree que ante un acto tan solemne (con los Reyes y todo) nada iba a pasar.
Pero el dolor de las
victimas vivas es tan insoportable (por las muertes de sus seres queridos al no
ser alertados a tiempo de que corrían peligro), su dolor es tan profundo ante
la negligencia cometida, que retratan a Mazón de manera firme y contundente.
Entonces, el funeral
de estado, que en la fantasía de la derecha iba a ser el punto final del vía
crucis de Mazón y luego ya resucitaría con
la reconstrucción, le da un vuelco a
todo (hasta su madre le dice “Carlos, hasta
aquí”).
Hay pues que cambiar
la defensa, y se decide que Mazón se convierta en un “hombre bala”, en un
kamikace, tiene que morir matando. De ahí su rueda de prensa y su: “No es lo
mismo un hombre que comete un error (él) que una mala persona (se supone que
Pedro Sánchez)”. Sin reparar en que un
error que causa muertes puede ser considerado “homicidio involuntario”.
Pero de todo esto es
importante que no queden en el aire, como válidos, 2 mensajes falsos sobre el
tema: “Que es machismo creer que la comida duró tanto por ser la comensal una
mujer de buen ver”, y que “no se debe politizar el dolor de las víctimas”.
Contrarrestemos:
Mozón desapareció porque no quería cerrar la actividad económica de Valencia
por si luego no pasaba nada y ciertos empresarios se lo echaban en cara y adiós
carrera política. Además no cree en el cambio climático como confirmó al decir
que ya había habido otras alertas rojas y no había pasado nada, pero que ahora
lo ocurrido era de una magnitud distinta.
Entonces movido por
esta “indiferencia intelectual” mantiene el plan que tenía concertado desde
días antes y se va a comer con una periodista de un cierto atractivo (según el
“CIS” social) para ofrecerle 2 ofertas
de trabajo. Ella le dice que no a ambas cosas, y él entonces, en vez de pagar e
irse, le pide que le explique cómo
habría que dirigir una tele regional. Entre pitos y flautas, la comida y la
despedida, pasan ¡¡¡4 horas!!!
Esa ausencia del
timón de mando no le permite cambiar su
opinión y persiste en su indiferencia ante el peligro. Son las 8.
Pues bien ¿cree
alguno o alguna de ustedes que si con quien tuviera concertada la comida fuera
un machote con bigote también la habría mantenido? ¿O creen que después de
rechazar el bigotudo 2 buenos trabajos le habría pedido al interfecto que le
contara cómo funciona la tele para prolongar el encuentro?
Moraleja, no es
machismo creer que estaba especialmente a gusto. Es algo de sentido común.
Y vamos con el otro
mensaje que hay que rechazar. Es ese que cada vez se oye más de que “no se debe
usar la tragedia de las victimas para hacer política”.
El disparate es
mayúsculo porque si ha sido la aplicación de una mala política la que origina victimas y dolor, eso es
precisamente un mal acto político por excelencia y por tanto censurable por
naturaleza en el ámbito político. Porque si no ¿dónde?
Dicho de otra forma,
los políticos deben ser criticados y cambiados cuando en vez del bienestar que
prometieron crean malestar, pero si encima sus errores o intereses de clase
(por ejemplo declarando una guerra) causan muertes y destrucción, la acción
política de las víctimas y de todos contra ellos es un deber.
Paco
Molina. Zamora 10 de Noviembre del 2025

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