LOS 4
PUNTOS CARDINALES DE UNA DEMOCRACIA
Anda el país muy
angustiado por la crispación que nos acompaña. Incluso distintos santones del
conocimiento nos informan de que zozobra la democracia y que España no estuvo
tan partida y “guerracivilista” desde 1936.
Pues bien este
escrito pretende llevar la paz a sus corazones queridas y queridos lectores. Porque
lo que algunos están calificando interesadamente como momento histórico
especialmente peligroso no es otra cosa que el pan nuestro de cada día en la
Historia de la Humanidad desde que es conocida. Es lo que Karl Marx bautizó
como “lucha de clases”-
Si a usted le
produce urticaria hablar de Marx no lo llame lucha de clases, pero reconocerá
que desde que el mundo es mundo en toda sociedad, cada cierto tiempo, estalla una
guerra civil, porque los explotados (o mal tratados) suelen llegar a un punto
en que: lo mismo que el agua hierve a los 100 grados las clases trabajadoras
estallan a las 100 humillaciones.
Así que si Vd. no quiere
llamar a eso lucha de clases póngale el nombre que quiera, pero reconozca que
es así. Lo mismo que históricamente las clases ricas de un país con reiterada
frecuencia han decidido ocupar y robar a otro país, declarando guerras en las que mueren los que ya eran explotados
en épocas de paz. Cosa que como no suele gustarles propicia revoluciones.
¡Ah! Antes de seguir les invito a asimilar 2
verdades: En una guerra la culpa de todos los muertos que haya se deben atribuir
(culpar de ello) a quien la empezó. Y en
toda revolución la violencia la provoca la contrarrevolución que trata de
evitar el cambio social, es decir, las clases altas son muy dadas a no querer
repartir sus riquezas, ni por las malas, ni por las buenas.
Pero afortunadamente
desembocar en una democracia puede paralizar el estallido de guerras civiles y
golpes de estado. Así que no es malo que repasemos las 4 posturas políticas
fundamentales que se dan en un estado democrático.
Empecemos
bautizándolas: Estas serían, de derecha a izquierda: Retrógrada. Conservadora.
Progresista y Revolucionaria.
“Conservadores”. Se trata de personas a las que como les va bien
o muy bien en lo material quieren que nada cambie (“virgencita que me quede
como estoy”) y que si algo cambia que sea para tener más y más. Estamos pues ante gente que votará
partidos que no cambien nada; salvo cosas
como bajar impuestos o conquistar otros países (para explotarles). Esto último con la disculpa de que si no lo harían ellos
con(tra) nosotros. Porque el conservador comulga con el “si quieres la paz
prepara la guerra”, más el viva la guerra preventiva y nada de “buenismo”). No
quieren el reparto de la riqueza de arriba abajo, ya que el reparto diario de
abajo a arriba les beneficia.
Los “retrógrados” (del
verbo “recular”) odian todo tipo de cambio redistributivo, justo y solidario de
riquezas, pero no son conservadores porque pretenden volver a su feliz infancia
(¿quién no fue feliz de pequeño?), es decir, tengan bienes materiales
suficientes o no, quieren solventar su
insatisfacción permanente con una vuelta al pasado (incluso imaginando “hazañas
bélicas” históricas). En términos políticos son la extrema derecha. Por eso
pueden decir frases como que “con Franco se vivía mejor”, cuando ni vivieron
con él, ni quieren reconocer que incluso en cualquier cárcel del mundo se vive hoy mejor que hace 50 años.
Llegamos ahora a los
“progresistas”. Son aquellos que entienden que en el mundo hay un proceso
continuo de mejoría, y que siempre que se cuide y proteja llevará a un mundo
mejor.
Y por último los “revolucionarios”,
que también creen en el progreso natural de la humanidad, pero que a su vez entienden que ese avance a veces es
tan lento e injusto que la “evolución” hay que “re-evolucionarla”. Favorecerla.
Están por la revolución. En estos tiempos por la Revolución Democrática, por ejemplo
pidiendo que todos los votos valgan lo mismo, cosa que no ocurre.
Paco
Molina. Zamora. 15 de Diciembre del 2025

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