Un hecho evidente es que todo lo que existe en el Universo, o sea todo lo que realmente existe, está en un continuo cambio; siendo otra máxima de la Física que el citado Universo funciona porque nada en él es perfecto, es decir todo lo existente es imperfecto.
Por lo tanto aquellos que vemos como necesaria la Revolución debemos de ir asimilando que cuando se produzca ésta, al otro lado de la puerta el mundo será mejor, pero no perfecto (es decir a quien gobierne se le deberá seguir criticando para ir limando imperfecciones).
Si usted no lo ve claro a través de los 2 principios de la Física citados, tal vez lo entienda mejor si recuerda las Revoluciones que en el mundo han sido. Todas susceptibles de mejora.
Bueno, llegado aquí tal vez deberíamos acordar qué entendemos por Revolución. Si aceptamos que todo va “evolucionando” para mejor, podemos aceptar también que esa evolución a veces se enquista y hay que acelerar los cambios. Ese acelerar los cambios sería una “Revolución”.
Si usted no se siente muy revolucionario porque le parece que todas las revoluciones son violentas y usted es de carácter más bien pacífico, conviene que el recordemos que ninguna Revolución es sangrienta en lo que respecta a los revolucionarios, hasta que quienes pierden privilegios se cabrean y se oponen a los cambios que trajo dicha revolución; es decir hasta que los contrarevolucionarios inician una guerra civil, una guerra entre hermanos por una herencia.
Asimilado esto, que toda Revolución no es el fin de la Historia y que por lo tanto tendrá que seguir asimilando y permitiendo criticas, vamos a anticipar por dónde le van a venir los fallos a cualquier Revolución.
Para ello conviene que traigamos a cuento la genética. Que las razas mejoran en su aspecto, salud e inteligencia es algo indudable. Pero si nos fijamos bien (centrémonos en una familia) esa mejoría es compatible con el mantener, por herencia, un cierto parecido en los rasgos físicos, incluso en el timbre de voz y hasta en muchos gestos, con los antecesores.
Pues bien, estos hechos, esta transmisión de rasgos de los padres en los hijos, también se da en las Revoluciones.
Tomemos como ejemplo de lo dicho las últimas revoluciones pro comunistas.
En lo económico eran verdaderas Revoluciones, saltos adelante en la evolución. Pero sin embargo heredaron de la sociedad que las parió algunos rasgos. Como le ocurre a casi todos los hijos respecto a sus padres. Siendo el más marcado de esos rasgos el de la represión sexual de los ciudadanos. Algo enfermizo (por parte del estado no de los ciudadanos).
Y así nos encontramos con que en el periodo de Lenin (1917-1923) y algún año más, en que ese tipo de libertades existieron y se permitían en la URSS; después, desde Stalin (¿influyo que era exseminarista?) se prohibieron, y se persiguió la homosexualidad, y el desnudo.
Afortunadamente en lugares como Cuba han reconocido y reconducido su error, corrigiéndolo. Pero en China, dicen que, aún hoy, no te dejan entrar con un play boy (revista de desnudos que homologaría como catecismo el padre Astete).
Y es que los pueblos quieren que la política les resuelva el problema económico y en lo demás libertad. Dame pan y llámame tonto.
Por tanto bobaditas como decir que el arte abstracto es una muestra de la decadencia de la burguesía y cosas similares, siempre serán criticables, por mayúscula que sea la Revolución, puesto que ninguna será la definitiva.
Paco Molina. Zamora 15 de Septiembre del 2020
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