EL
CERCO DE ZAMORA Y LA ESTUPIDEZ DE LAS GUERRAS.
En este año 2022
celebramos en Zamora el 950 aniversario del Cerco de Zamora. Se pretende con
tales fastos hacer más atractiva la ciudad, que vengan turistas en abundancia y
que así podamos ofrecer al Dios Dinero la pasta gansa que se merece (que nos
merecemos).
El acontecimiento conocido
como el Cerco de Zamora fue el clásico problema entre hermanos en disputa por una
herencia (por dinero pues).
Sobre los pormenores
basta buscar en Google pero para lo que se pretende en este texto baste fijarse
en que el hermano al que le había tocado Castilla al morir su padre (un rey) la
emprendió a tiros contra los otros herederos (a los cuales les había tocado a
uno el reino de León, a otro el de Galicia, y a las chicas, a una la ciudad de Toro
y a otra la de Zamora).
El hermano ambicioso
(Sancho de nombre) decidió coger lo que no era suyo y mediante las necesarias guerras
así lo logró (tomen la primera nota: las guerras existen para que se enriquezcan
quienes mandan).
Sin embargo se encontró
con que su hermana pequeña (de nombre Urraca) se resistió a darle la plaza de Zamora
que acababa, como dijimos, de heredar de su padre.
Entonces el tal Rey
de Castilla y para entonces también de los otros reinos, decidió cercar Zamora
(de ahí lo de el Cerco).
Estando así las cosas
un zamorano (Bellido Dolfos) sale de la ciudadela a escondidas y mata al Rey. Pero,
heroicidades a parte, ganaron los buenos, o sea los más poderosos, y desde entonces
el portillo por el que salió el tal Bellido a matar al sitiador se llamó de la
Traición, que fue la penitencia que impuso
a los zamoranos el incipiente estado español (que diría Agustín García Calvo).
Pero desde hace apenas
una docena de años, a iniciativa del profesor, historiador y a la sazón
político, Don Miguel Ángel Mateos, el Ayuntamiento de la Ciudad decidió llamar a la
que fue Puerta de la Traición, Puerta de la Lealtad, y como la Casa Real
Española no se quejó (tal vez por ser Borbones, o sea de otra dinastía) aquí celebramos
que hemos matado un Rey que se lo merecía y no pasó nada.
Llegados aquí cabe
hacerse las preguntas de rigor. ¿Los que murieron por tener que obedecer a su
Rey que ventajas obtuvieron por ser obedientes? ¿Y los zamoranos que murieron
por resistir el cerco, qué ganaron? ¿El Rey felón, que no respetó ni la herencia
que dejó su padre, otro Rey, qué buscaba a parte de gloria y oro para él? ¿Doña
Urraca, cuando ante la desproporción de fuerzas decidió resistir, en qué pensaba,
en sus súbditos que morirían o podrían morir por la decisión de ella y sus
nobles, o en su orgullo e interés material (heredar una ciudad sin esperárselo
no estaba nada mal)?
En esta mini guerra,
como en todas las que hay y ha habido entre naciones, mueren los pobres para
gloria y enriquecimiento de los ricos. Y además, sufren y mueren hasta los pueblos
del ganador.
Sirvan pues estas
enseñanzas para tomar postura contra la guerra y por la paz.
PD: Por si hace falta
insistir imaginemos que los dueños de El Corte Inglés deciden iniciar una
guerra contra los de Inditex (lo cual no sería raro, pues mientras Zara y ese
emporio prospera, los del Corte han llegado a deber 3.000 millones de euros).
El discurso seria
así: “Queridos empleados, nuestro futuro, el vuestro y el de vuestras familias e
hijos, está en peligro. Las malas artes de la competencia nos están abocando a
la ruina. Debemos defender nuestros derechos en el campo de batalla, solo con
el exterminio de esos traidores la libertad de mercado volverá, y con ella la prosperidad para
todos y para la humanidad entera”.
Entonces para pasmo
de todos, esos empleados (unidos por lazos afectivos, como tener el mismo
uniforme, poseer algunas acciones de la empresa, etc.) irían felices a la
batalla creyendo que tras la guerra y como mucho la muerte (que no es el final) sus hijos
serán felices por los siglos de los siglos amén.
Acabando todo con X muertos
de quien ganara y X+1 de quien perdiera (que siempre mueren más por parte de
quien pierde), al tiempo que los dueños de ambas corporaciones, cuando vieran
oportuno según sus intereses personales, firmarían la paz (se rendirían), de
manera tal que ninguno de los poderosos perdería.
Y es que las guerras
entre naciones o territorios son así. Guerra NO.
Paco
Molina. Zamora 2 de Mayo del 2022
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