Si bien es verdad
que por la boca muere el pez, cierto es a su vez que por la boca muere el facha.
Y sirva lo que sigue de ejemplo.
Conocida es la anécdota
de los 2 colegios mayores (uno masculino y otro femenino) en que desde el de los chicos le gritan a las chicas
que saben que son unas salidas y viciosas, pero que tranquilas que ellos las
sabrán satisfacer, sin ir más lejos en una capea o charlotada que suele inaugurar
el curso académico.
(Si, ya se que las palabras
no fueron exactamente así, pero si
ustedes hacen de ellas un comentario de texto, lo dicho es la verdad).
A la vez oímos que
en la fiesta de vox para recordarnos que “como los españoles no hay nada y como
ellos ninguno”, un grupo musical, a ritmo de rap, amenazaban al país con “volver al 36” (o sea con una guerra civil
de ricos contra trabajadores si no se hacia lo que ellos quieren: que no se reparta
la riqueza de arriba abajo) y de paso le daban un repaso a la izquierda en
general, y a los revolucionarios en particular (a los que calificaban como “pajilleros
de sofá”).
Pues bien, considerando
que según los medios informativos el
alumno expulsado del colegio mayor de los agustinos, por decirle 4 frescas a
las agustinas, parece ser también de vox, analicemos:
Si nos fijamos bien
el mensaje a las chicas de que “sabemos que sois unas puercas pero tranquilas que
aquí estamos nosotros para calmar vuestros sucios apetitos”, y el de señalar a
los revolucionaros como pajilleros de sofá, en el fondo son el mismo mensaje.
Que el potencial
atractivo sexual de ellos, de los machotes de extrema derecha, es la caraba
(que follan de perlas y cuando les place)
Veámoslo: Broma o
no, lo que le viene a la mente al autor o autores del mensaje a las chicas es éste,
y no otro: “Aquí estamos los que os haremos felices, suerte habéis tenido de tenernos
tan cerca (el colegio mayor de los agustinos está frente por frente al de las
agustinas). Es decir eso es lo que le ha salido de su subconsciente al de la
berrea: Nuestra sexualidad es la hostia.
Pues bien, comprobemos
ahora que es lo mismo que escupe el subconsciente del grupo rapero “volvamos al 36”.
Usan como insulto u
ofensa, la denuncia de que los malos (los otros, los de izquierdas) se hacen pajas
(que sean en el sofá, la cama o el baño, sin duda es lo de menos en el mensaje).
Y tíos y tías, sabido
es que el mensaje de la moral religioso puritana que nos inunda tiene su
esencia en la prohibición y persecución de todo lo sexual. Y dentro de ese orden
de cosas, la masturbación es lo peor de lo peor, porque como es fácil de practicar
(o sea difícil de impedir), por eso mismo es conveniente demonizarla.
¿Y cómo se demoniza?
Uniendo al reproche religioso (cielo o infierno) el reproche social (poco
macho). Ya que, si fulanito se masturba es porque no es lo suficientemente
hombre como para encontrar una pareja
con quien hacerlo.
Es decir, “pajillero
es sinónimo de poco hombre”, y en consecuencia “No pajillero es sinónimo de
follador”.
Mensaje que buscaba la satisfacción (cuasi sexual) del
auditorio: “Yo no soy pajillero porque follo cuando quiero. Y los rojos si lo
son porque se pajean en un rincón”.
Entonces, es
evidente que los ultra del colegio mayor y los del "vamos al 36" envían un mismo
mensaje: “pa poya la mía”.
Es decir, subyace en
sus mensajes un supremacismo no solo étnico, o social, o patriótico, o religioso,
sino también sexual. Se creen por encima de los demás mortales machos. Se consideran
machotes donde los haya.
Además así resuelven
la contradicción entre sus apetitos sexuales (los todo el mundo) y la moral católica;
porque esta prohíbe todo lo carnal, salvo jugar a tener descendencia, pero socialmente
no pudo evitar (ni quiso) que esté mejor considerado follar que hacerse una
paja.
Y en verdad, en
verdad os digo, que “a falta de pan, buenas son tortas”. Y que “como la
masturbación no hay nada, salvo que haya algo”.
Amén de que la expulsión de semen en el hombre
le da placer y temple, y el orgasmo en la mujer relax y belleza.
Venga el orgasmo de donde venga, de una amiga o de una mano
amiga, de un amigo o de un dedo bien conocido.
Resumiendo: El caos
sexual y el cacao mental de los extremistas de derecha es extremo. Se consideran
superiores, en todo, hasta en lo que les
prohíbe su religión, la libertad sexual. Son supremacistas machistas.
Paco
Molina. Zamora 13 de Octubre del 2022
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