SI
LA PATRIA NO
TE QUIERE: TÚ VERÁS
Tal vez porque tenemos
2, y sólo 2, instintos básicos (seguir vivos y gozar del sexo) desde que
nacemos queremos a quienes nos facilitan esos logros.
La figura de la
madre y la de cualquier otro elemento protector que vayamos conociendo,
configuran un entramado que culturalmente definimos como “la familia”.
A la familia la queremos
porque nos quiere. O para que se entienda mejor, si la familia no nos quiere no
la queremos, ni tenemos por qué quererla.
La familia en la
niñez muestra su cariño por nosotros no sólo con palabras, sino también, y básicamente,
satisfaciendo nuestro instinto de supervivencia. Nos alimenta, nos protege, nos
defiende.
Pasado el tiempo la
cultura nos induce a fundar otra familia, que también servirá para apoyarnos en
la lucha por la vida, pero sobre todo que nace para dar más oportunidades para
la obtención del placer sexual.
En el intermedio (infancia,
niñez, adolescencia) por esa bella ley de la naturaleza según la cual ningún
animal de ninguna especie ataca a una cría de otra (por lo que podemos llamar
ternura), resulta que en tu pueblo, en tu entorno, todo es acogedor, y
desarrollas así un gran afecto por tu patria chica.
De nuevo tienes un
noble sentimiento porque así lo activa tu egoísmo innato. A quien te quiere le
quieres.
Como la palabra egoísmo
está muy desprestigiada conviene aclarar, llegados a este punto, que hay 2 clases
de egoísmo. El tonto, basado en la filosofía de “sálvese quien pueda”; o el egoísmo
inteligente, más conocido como “solidaridad” o ley del “hoy por ti, mañana por
mí”.
Y llegamos así al
término patria. Vocablo bonito que encierra en sí el concepto de Estado, algo
no tan bonito (aunque te vendan lo contrario).
Porque resulta que
por pertenecer a una patria, si te lo ordena, tú tienes que morir por ella, te
haya tratado bien o te haya tratado mal.
Algo que no ocurre
en tu familia de nacimiento, de la que si te trata mal te puedes desvincular o
huir. Ni en tu familia sexual, de la que si no te satisface te puedes divorciar.
Sin embargo, la familia
llamada Patria es ante todo lo contrario de una familia que te quiere y te resuelve
problemas si no se rige por los principios de la familia común.
Y recordemos que los principios de la familia de
todos los días son: el primero que te quieren,
y el segundo, que si a algún miembro le va mal, aquellos familiares a los
que les va bien ayudan a quien le va mal.
En consecuencia, si
la patria no hace leyes que repartan la riqueza de arriba a abajo, y encima
invita a despreciar a los que lo pasan mal porque dice que es por su culpa (acusándoles
de vagos), o sea, si esa Patria no quiere a amplios sectores de la sociedad;
esa Patria de las Derechas, esa “Patria sólo para los ricos”, no tiene derecho
a pedirte que mueras por ella, porque sería simplemente morir por los intereses
de los poderosos, y no por los tuyos, ya que a ti te ha tratado con desprecio y sin solidaridad.
Esa Patria no es una
familia porque no te trata como te trata
tu familia. Es un cortijo donde en épocas de paz produces para el amo
(que no quiere pagar impuestos) y en las
de guerra mueres por él. Un engaño.
Paco
Molina. Zamora13 de Noviembre del 2022
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