EL
MIEDO ANCESTRAL A LOS CAMBIOS Y A LOS IMPUESTOS.
En lo que sigue
vamos a tratar de explicar por qué la masa social de entrada es conservadora
(no quiere cambios, ni impuestos).
Da impresión de que
de la misma manera en que existe en la Física algo que llamamos Inercia y que
nos dice que todo cuerpo tiende a seguir quieto si está quieto, o con
movimiento uniforme si está en movimiento (recuerda lo que te ocurre cuando el
autobús frena de golpe), pues de la misma manera que ocurre eso con la materia,
da la impresión de que pasa lo mismo con la mente de la mayoría de las
personas, no quieren cambios, les asustan los cambios.
Y este fenómeno le
ocurre a la mayoría absoluta de cualquier sociedad. Sea la persona ideológicamente
conservadora o no.
Pero, debemos preguntarnos
¿Por qué ocurre eso si por otro lado los
cambios son inevitables? La ley universal del universo dice que todo está cambiando
sin parar.
Siendo la
explicación más plausible el pensar que siempre existió un recuerdo remoto de
que hubo un paraíso (en que la tribu tenía todo en común para satisfacer sus 2
instintos básicos, las ganas de seguir vivos y las ganas de disfrutar de los
placeres sexuales).
Y fue por culpa de
los cambios (que no vienen al caso, sea la conversión de la mujer en propiedad
privada o sea que Adán y Eva comieron del árbol del saber) que esa vida se acabó.
Es decir el presunto
cambio a un mundo mejor resultó ser
peor. Cosa que igualmente ocurrió con todas las guerras que en el mundo
han sido. Se iniciaban ellas con la promesa, por parte de los mandamases, de
que ganada esa guerra ya todo sería Jauja. Cosa que para el pueblo llano nunca
ocurrió pues no hay mayor desastre que vivir una guerra
Queda pues explicado
el por qué la mayoría absoluta de todos los pueblos es inerte, no quiere
cambios, les asustan los cambios. Por eso rechazan medidas tan buenas como una
Renta Universal Básica (que cada persona por existir reciba 500 € mensuales).
Pero es que lo mismo
ocurre con los impuestos. De entrada, la masa rechaza los impuestos, haciendo
suya, aunque les perjudique, la aspiración actual de los ricos de que no haya
impuestos.
¿Por qué al no
entendido, que ni siquiera paga impuestos por sus pocos ingresos, le suena bien
lo de que se bajen los impuestos y mal el que se suban?
De nuevo la
explicación posiblemente la tengamos en el remoto pasado. Ese pasado en que el
poderoso explotaba al ciudadano común no ofreciéndole un trabajo mal pagado
(plusvalía), sino, simplemente pidiéndole
bienes o dinero, es decir impuestos,
para vivir ellos mejor y sin trabajar.
Reflejan bien el
fenómeno de la explotación del pueblo por los ricachones, vulgo señores
feudales, esas películas en las que nos
cuentan cómo cuando los señores del castillo querían aumentar sus ingresos, por
una boda, o una guerra, o la avaricia, simplemente emitían un bando anunciando
a los vasallos que si antes pagaban la protección que les daba el caballero,
con un cerdo ahora lo tendrían que hacer con dos.
O por poner otro
ejemplo más grafico, recuérdense los
diezmos y primicias que se pagaban a la Iglesia, pura y simplemente para que
los ministros del Señor pudieran vivir dedicados a la oración y la meditación.
Es decir los
impuestos tenían como fin explotar al pueblo para beneficio de los nobles. Eran
pues un atraco a ley armada. De la misma manera que cobra la mafia a cambio de
proteger tu local.
Por eso los
impuestos tiene aún tan mala fama
Únase a ello que los
ejércitos eran de mercenarios y había
que pagar a los soldados. ¿Cómo? Con el
dinero de los impuestos que el Señor Feudal le exigía al pueblo. Es decir
muchas subidas de impuestos se asimilaron durante siglos a las guerras.
Con lo que los dos miedos ancestrales, el de
que todo cambio era ir a peor (los
tambores de guerra son la marcha fúnebre de los pueblos) se unía con el miedo a
la subida de impuestos (ya que les quitaban a las gentes parte de lo producían
para su subsistencia )
Resumiendo y
extrayendo conclusiones. Si históricamente los cambios fueron malos para las
gentes sencillas, y los impuestos eran la forma burda en que eran explotadas, podemos
deducir que está en el ADN de las personas el ser conservadoras (que nada
cambie) y el no pagar impuestos (que no me quiten lo mio ).
Lo que supone que en
democracia, y ante cada elección, la izquierda transformadora sale con
desventaja. Siendo por lo tanto imprescindible, en los periodos intermedios, explicar
que precisamente los cambios son necesarios y los impuestos imprescindibles,
para devolver al pueblo lo que es del pueblo.
Eso sí, haciendo que
las decisiones se tomen por mayoría (democracia radical), como en aquel paraíso
lejano, y que subiendo impuestos (de manera que pague más quien más gana) se pueda
conseguir que el reparto de la riqueza que durante siglos fue de abajo a
arriba, sea por fin un reparto de arriba a abajo (para el pueblo recupere lo que
le han robado y para ser justos).
Amén de por todas
las ventajas que da el tener todo en común: una sanidad buena, una educación de
calidad, una justicia rápida, unas atenciones necesarias a quienes las precisen
y protección ante la diversidad.
Es decir, únicamente
con cambios e impuestos se puede conseguir que la patria sea tuya tanto como de
otros.
Paco
Molina. Zamora. 27 de Noviembre del 2020
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