VIVA
LA DEMOCRACIA Y UNA AMNISTÍA CADA DÍA
No hay democracia
sin tolerancia, ni votaciones, ni referéndums.
España, como tal,
tiene un problema con el independentismo catalán. Tiene un problema con
Cataluña.
En el siglo XX
España tuvo un problema, infinitamente más grave, con el País Vasco, porque
parte de los independentistas de allí usaban el terrorismo como método para
lograr sus fines.
Este problema se
resolvió por la fuerza y con la razón, al hacerles entender que el ser
independentista (es decir el creer que para tu tierra es mejor ir por libre) no
era malo siempre que se usaran las vías democráticas (es decir la no violencia
y las urnas, los votos).
Así lo comprendieron
nuestros compatriotas vascos, y tras renunciar ETA a su existencia, decidieron
jugar todas sus cartas a la vía democrática para resolver conflictos o
discrepancias.
Pues bien, aún se
les sigue acosando diciendo que si quieren lo que quería ETA es que son de ETA.
Con lo que, aunque los de ETA han sido juzgados según las leyes españolas y
tras cumplir una pena “quedan libres de pecado”, como dice la justicia
constitucional, se les sigue tildando de asesinos.
Todo esto ocurre
porque hay un sector en España que para que no haya justicia social sacan a
relucir temas que entretengan a la gente en discusiones que no mejoren su
calidad de vida ( como serían: mejor sanidad, mejor enseñanza, mejor justicia,
mejor protección social, mejores servicios, mejores infraestructuras,…).
Y esa misma idea
(ocultar con un problema resoluble un problema de reparto de la riqueza) es lo del
embrollo catalán.
Veamos: Resulta que
los independentistas catalanes habían ganado unas elecciones en Cataluña con la
promesa de que harían un referéndum sobre si independencia Sí o independencia No.
Acabando su mandato
podrían no haber cumplido su promesa como suelen hacer los partidos políticos
de derechas o de la socialdemocracia clásica, y no hubiera pasado nada.
Pero como no habían
conseguido convencer al Parlamento Español para articular un referéndum pactado
(en el que se discutiera entre otras cosas qué porcentaje de Siees garantizarían
la independencia o qué tipo de independencia sería, si absoluta, federal o
confederal, etc), deciden hacer una acto de protesta.
E imaginan lo más original
del mundo, “hacer ellos el referendum” (algo así como si yo, para reivindicar
algo y que se entere todo el mundo decido escalar el cimborrio de la Catedral
de Zamora por su lado más difícil).
Son advertidos sobre
que el asunto es ilegal (a pesar de que cumplían todos los requisitos, que son
los mismos que para una manifestación, avisar con tiempo).
En dicho referendum
(u acto de protesta democrático) puede participar todo el que quiera. Lógicamente
la mayoría de los que usan su derecho al voto son independentistas y gana el Sí
a la independencia (cuando si el referéndum hubiera sido pactado casi seguro
que ganaría el No, entre otras cosas porque hubiera habido una campaña electoral donde hasta SUMAR pediría el
No a la independencia (se insiste en que no hay que confundir derecho a la
autodeterminación con pedir la independencia).
Como gana el Sí,
siguiendo con la escenificación, ante España y ante el Mundo, del acto de protesta,
el presidente declara la independencia durante unos segundos, y vuelve a la
legalidad constitucional al instante.
Pero los zoquetes (que
no han entendido que los problemas políticos no se resuelven con violencia, pues
ni Franco acabó con el problema catalán), y que no quieren ver que la mano dura
no sirvió nunca, se agarran a una ley de la dictadura (el delito de sedición) y
bautizan la protesta (original, simpática, valiente y democrática) como Golpe
de Estado.
Y a partir de ahí
empiezan a ser juzgados los lideres catalanistas y sus “cómplices”, como si
fueran militares sublevados que han intentado dar un Golpe de Estado subvirtiendo
el orden democrático (como lo de Chile, vamos).
Todo esto cuando, sin
brazo armado y sin violencia, ni se sedice (de sedición), ni se da un Golpe de Estado
como muy bien muestra la historia y saben los EEUU.
Tan es así, que aunque
en España son condenados ante tribunales de justicia, en el resto de Europa los
fugados no son detenidos porque allí, lo que han hecho, no es delito.
Llegados aquí, hay
que elegir si se forma un gobierno que aplique las políticas económicas y de pérdida
de libertades que hunden a los pueblos en la miseria (el ppvoxismo) o se
configura una mayoría democrática, redistributiva de la riqueza, garante de
libertades y valiente para resolver problemas eternos, etc.
Pero para lograr esa
mayoría civilizada, los partidos independentistas catalanes piden una amnistía
(es decir un borrón y cuenta nueva en lo referente al golpe de estado que nunca
existió). Y ante eso, dado que no piden
nada descabellado concédase esa amnistía a los españoles que protestaron de
aquella manera sin la más mínima violencia.
Porque no hay
democracia (ni convivencia sana) sin tolerancia, urnas, ni referéndums.
PD: Puigdemont es
representante de España en el Parlamento Europeo por soberanía popular española,
mal que nos pese. Por eso no ha sido detenido a pesar de estar localizado.
Paco
Molina. Zamora 15 de Septiembre del 2023
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