Como
profesor de matemáticas explico qué es SUMAR.
El éxito de la
religión católica en cuanto al número de creyentes se debe sin duda a su
sistema organizativo. Sistema que descubrió, o por sabiduría popular o porque
Dios se lo recomendó.
Estudiemos por qué
la estructura organizativa de la Iglesia es la que es. Usemos para ello la
tesis de que hay Dios y que éste les inspiró. En ese caso, Dios, en la medida
en que sabe lo que ha creado (“un humano tonto como él solo y sin arreglo”)
sabe de qué pie cojean sus criaturas.
En esa línea, condenados
los humanos a “tropezar 2 veces con la misma piedra” (pecado mortal donde los
haya) sabe que en el fondo todos los líderes acabarán queriendo ser un Mesías
que salve a la Humanidad entera.
Por esa manía de querer ser un Mesías, Dios sabe
que los líderes en vez de coger el camino de la Unidad cuando su grupo es
pequeño (por aquello de que “el pueblo unido jamás será vencido” e incluso por
lo de la Internacional al subrayar el “agrupémonos todos en la lucha final”) van
a crear, cada uno, un sanedrín que, según cada cual, predica y sabe cuál es “la
verdad verdadera”.
Así que buena gana
de ir contra las fuerzas de la naturaleza. Como cada uno se va a creer el
ombligo del mundo, que lo sea.
Y por eso inventa
Dios la estructura perfecta: la Iglesia Católica
En ella, distintas
organizaciones tienen, cada una, sus posesiones, jefes y manías, pero están todas unidas en la
defensa del programa común: la salvación de los fieles (“o cielo o infierno”,
tú verás). Y eso les ha permitido aguantar más de 2 mil años.
Porque imagine usted
qué habría pasado si por un lado los franciscanos dijeran: “Para ir al cielo
tienes que hacer lo que te decimos nosotros y sólo nosotros”. Que a su vez los
jesuitas dijeran lo mismo. Y que también
fueran las carmelitas descalzas las que advirtieran a los creyentes: “Oíd
majos, al cielo solo se puede ir si se hace lo que predicamos nosotras. Imitaciones,
no”.
Los fieles acabarían
siendo infieles por aburrimiento,
Bueno, pues ese es
el problema de las izquierdas en España. Izquierda Unida dice que tiene la
pócima para la salvación de la clase obrera. Lo cual está muy bien si no fuera
porque Podemos dice lo mismo (que su mejunje es el bueno). Cosa que también
hacen las izquierdas de las 17 autonomías.
Por eso surge SUMAR,
que trata de crear una organización estructurada como la Iglesia Católica
(aunque tal vez no lo sepa).
Es decir, cada
partido seguirá siendo cada partido para que así cada cual mantenga su banderín
de enganche, creciendo según su fama y méritos. Prestigio y energía que se usará
para que la estructura electoral, SUMAR, aumente en estima ciudadana (que sólo
el número de diputados puede llevar al paraíso o al infierno).
Con esta idea, SUMAR
nació con 15 partidos (varios de carácter autonómico y algunos de ámbito
estatal).
Entre los partidos
más grandes, están IU, Podemos y Mas País.
Sin embargo ocurrió
algo: que apareció un cuarto partido nacional, creado en paralelo a la aparición
de la coalición electoral “SUMAR”. Ese partido pasó a llamarse “Movimiento
Sumar” (en el que por cierto se integró todo el partido Más País, salvo los de Mas
Madrid que sigue existiendo).
Es decir SUMAR es
una plataforma electoral, mientras que “Movimiento Sumar” es un partido
político como otro cualquiera
El usar la misma
palabra para el paraguas que para uno de los que van protegidos bajo él, es un error que está haciendo que hasta los
periodistas nos armen un lio cuando de SUMAR se habla.
Bueno, nada es
perfecto, pero la idea de crear SUMAR es útil por necesaria, sobre todo
mientras las izquierdas no estén muy católicas. Paradojas de la vida.
Paco
Molina. Zamora. 31 de diciembre del 2023
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