VIRREYES.
POSESIONES. LOBO. DIPUTACIÓN. CASTILLO.
El filósofo Ortega y
Gasset tal vez dio la definición más precisa de lo que somos: una persona es “ella”
y sus circunstancias.
El “ella”, por
simplificar mucho, sería su cuerpo, mientras que sus circunstancias son las
demás cosas que acompañan su vida (nacer en Gaza o en Zamora, que le toque la
lotería o no, etc).
Tomemos un ejemplo.
El actual Rey Emérito dicen que es muy campechano, simpático y ligón. Pero
dadas “sus circunstancias”, ¿tendría perdón de dios que no fuera un cachondo?.
Entronco lo anterior
con algo que percibí en la Diputación de Zamora nada más llegar a ella como
diputado provincial (1995). Entonces, aunque había pasado un montón de tiempo
desde que reinventamos la democracia, lo cierto es que se había decidido hacer
lo lógico: que los centros de enseñanza pasaran todos a depender del Ministerio
de Educación, y los hospitales y similares, al de Sanidad.
En aquellos años, en
Zamora, el Hospital Provincial recibía ese nombre porque pertenecía a la
Diputación. En consecuencia esa posesión, ese servicio, debería pasar a ser del
Ministerio de Sanidad, como lo es hoy y sin mayor problema.
Pero sí hubo
problemas. Resulta que aunque casi todos los trabajadores (médicos, enfermeras,
administrativos, etc) querían dar ese
paso (lo se porque hablé con ellos y además estuve en sus asambleas) sin
embargo el mando político (entonces PP, como siempre en esa casa) puso mil
problemas y trató de evitarlo.
¿Por qué? La
explicación es sencilla. El presidente de una diputación es una especie de
virrey (dícese de quienes nombraba el Rey para gobernar una colonia), y claro
más grande e importante se ve así mismo el señor virrey cuanto mayor es la colonia o territorio que regenta.
Por eso no querían
aquellos soltar el hospital (era perder el control de mucho personal y pasta). Y por eso mismo no quieren los de
ahora soltar el Palacio Viejo de la Diputación (un gran e importante edificio, incluso
artísticamente hablando, que lamentablemente lleva sin uso casi todo lo que va
de siglo). Ay los pecados del Virrey.
Ahora, ante la pelea
política y cultural sobre dónde colocar el Museo del escultor Baltasar Lobo es
claro que una opción de síntesis entre
quienes dicen (IU+PSOE sobre una propuesta que fue en su día del PP de Rosa
Valdeón) que debe instalarse en el Ayuntamiento Viejo porque es lo mejor, y quienes dicen (resto de partidos + amigos
de la obra del escultor) que es preferible el Castillo porque es más grande y
dinamiza el casco antiguo, está la opción o síntesis que se bautizó como “Un
museo 2 sedes” .
Una sede sería el
Ayuntamiento Viejo con el grueso de la obra de Lobo (y las ventajas de rápida
puesta a punto, y economía de euros y medios) y la otra el Palacio Viejo de la
Diputación (a 100 metros de la anterior, con una parte noble de calidad
indudable más espacios de sobra de carácter funcional para ser sede de artistas
zamoranos y museo de arte contemporáneo).
De esta manera se
resolvería el tema de si es o no lo suficientemente grande el Ayuntamiento
Viejo. Y respecto a la dinamización del Casco Antiguo hay que hacerse esta
pregunta. Dado que el Castillo es el monumento de Zamora más visitado (sin duda
porque es gratis y chocante en cuanto destruido) ¿se quedaría la gente a ver un
museo de pago? Es decir, ¿se dinamizaría el entorno de la catedral, o por el
contrario, ojeada ésta y el castillo desde afuera, no diría el visitante:
“Adiós y si te he visto no me acuerdo”.
Ah! pero para esta
opción el problema es el Virrey, pues el Palacio Antiguo de la Diputación como
su nombre indica es de la Diputación y se es más Virrey cuanto más se “posee”.
Paco
Molina. Zamora 8 de Enero del 2024
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