INMOBILIARIA
DIOCESANA.
La almendra urbana (o
zona de la ciudad) que en Zamora va de
la plaza Viriato a la Catedral está perfectamente dotada de servicios, con un
colegio dentro, un instituto al lado y una zona de esparcimiento junto al rio,
suerte a la que encima pueden unir el que están a dos pasos de la Plaza Mayor.
Sin embargo dicho
barrio está vacío, lo que hace que no tenga apenas vida y por lo tanto
comercio, hostelería y bullicio.
Dicho problema solo
tendrá solución cuando en los solares semiabandonados, cuando no abandonados
del todo, edifiquen. Y cuando la Iglesia se decida a vender o dar uso pagano a
los edificios que por allí tiene vacios.
Si bien en este
aspecto debemos celebrar la política emprendedora (de negocios) que ha iniciado
la diócesis, como ya se ha visto en la cesión y alquiler de terrenos por la
parte de atrás del Seminario para que el Ayuntamiento haga aparcamientos a cambio
de una cantidad que no está mal.
Dentro de esta línea
de acción (de ahí lo de inmobiliaria) hemos leído estos días que han conseguido
vender, por algo más de medio millón de euros, el edificio que fue convento de
las Concepcionistas, a 3 ramas de una misma familia para que hagan allí
viviendas, lo cual es magnífico para
nuestro afán: que el casco artístico y viejo pase a ser solo artístico.
Aunque antes de
continuar con nuestra tesis (la de que hay que hacer viviendas para que la
gente viva allí) conviene recordar 2 detalles
sobre el edificio citado y vendido, un tanto extraños para entidad tan
desprendida.
Uno de los asuntos
fue el desahucio al que se sometió a la “demandadera”,
que estuvo trabajando durante 37 años para las monjitas antes de que estas
vendieran el edificio al obispado, y “a la
que pagaban en especie” dejándole vivir a ella y su marido en el edificio
contiguo (Rúa de los Notarios 30). Todo esto cuando normalmente al comprar un
edificio con algún inquilino dentro el comprador debe recompensarle para que se
vaya, cosa que no se hizo. Por cierto,
dado que el convento estaba en el número 32 ¿se sabe si la reventa del mismo
incluyó el número 30?.
Y el otro detalle es
el siguiente (aunque apenas fue noticia en esta ciudad tan callada). El numero
30 de la Rúa de los Notarios hace esquina con la calle de San Isidoro, que
lleva a la Ermita del mismo santo (la que está por donde la Puerta de la
Traición).
Pues bien,
colindante con la Rúa de los Notarios, y a la entrada del callejón de San
Isidoro, había una especie de pórtico (2 columnas y un arco de media punta) que
fue desmontado e instalado en la parte de atrás del convento ya citado entorno
a una imponente puerta. De hecho aún se puede ver desde la plaza de la ermita.
Pero sigamos con la
operación: “rellenar el casco artístico”.
Como indicábamos, la Iglesia debe seguir la senda
de hacer caja. Para ello debe llegar a acuerdos con el ayuntamiento para adecuar, en todos los conventos y residencias
que van desde el templo de San Ildefonso hasta el callejón del Troncoso pisos
turísticos, viviendas sociales, etc. Lo que sea, para que se llenen de gente
pues hoy están tristemente vacios y sin uso. Eso sí, respetando las fachadas y
su aspecto externo.
Esta acción además
permitiría abrir el mirador sobre el Duero por la parte trasera de estos
edificios.
Y respectos a los
solares vacios de otros propietarios, pues “palo y zanahoria”. Como “zanahoria”,
recordemos que en Madrid, para incentivar la
construcción desde la plaza de
Cibeles hasta casi la Estación de Chamartín, dejaron exentos de IBI durante 25
años a los nuevos propietarios. Y como “palo”, se puede sobrecargar el IBI de
los solares vacios como se pretende hacer con las viviendas vacías.
Paco Molina. Zamora. 5 de Febrero del
2024
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