MANIFIESTO DE LA PLATAFORMA : ZAMORA POR LA PAZ
Con
motivo de 2º aniversario de la guerra en Ucrania y el genocidio del pueblo
palestino por parte de Israel.
1º.- El 24 de febrero
se cumplen dos años del comienzo de la guerra en
Ucrania. Esta cronificación de las hostilidades no solo ha ido acumulando más
muertes, dolor y destrucción, sino que además aumenta las probabilidades de que
el conflicto se extienda al mundo entero, arruinando además
de su economía, la vida de las personas y su expulsión de muchos de sus
territorios. Por eso entendemos que la fecha no debe pasar desapercibida,
pues nos recuerda la destrucción ya generada y los peligros que aún se ciernen.
2º.- A su vez, el día
25, domingo, en toda España están convocadas manifestaciones para intentar
parar el genocidio, despiadado y cruel del pueblo palestino, encerrado en la franja de Gaza de la que el Gobierno
de Israel no le permite salir para matar a las personas como a ratas o provocar
su muerte por enfermedades, hambre y sed. Por eso la Plataforma Zamora por la Paz,
apoya e invita a participar a los ciudadanos en estas concentraciones (plaza de la
Marina a las 12 horas) que recuerden a los gobiernos que existe un rechazo
contra sus políticas si es que no están a favor de hacer entrar en razón al Estado
de Israel.
3º.- Pero además de lo
dicho, queremos señalar a un culpable: a EEUU. Este belicoso país (con 8000
bases militares en todo el mundo, más sus flotas y portaviones) está en el origen de los tres conflictos más dañinos para
el mundo en este momento: alienta la guerra en Ucrania sin proponer la paz, sostiene el genocidio de palestinos sin
castigar a Israel, e incluso ha iniciado un nuevo foco de guerra en el mar Rojo
con la disculpa de mantener la circulación de naves por el Canal de Suez, en lo
que no es más que una extensión del genocidio en Gaza, por lo que bastaría el
final del mismo para que pararan los conflictos en el mar Rojo.
4º.- Por tanto, entendemos
que los gobiernos y los pueblos deben exigir a EEUU que renuncien a incendiar
el mundo para defender sus propios intereses
geoestratégicos y económicos, y que permitan que se propicie la paz en
todas partes para que los pueblos puedan dedicarse a subsistir en un planeta cada vez más afectado por las crisis derivadas
del cambio climático.
Es desesperanzador observar cómo los gobiernos de muchos países occidentales,
lejos de promover la convivencia pacífica en el mundo, secundan este sistema
cada día más militarizado para controlar cualquier respuesta a ese poder que se
pretende omnímodo.
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