ESCLAVOS
Y PATERAS. De traerlos a la fuerza a repelerlos a patadas.
Apuesto doble contra
sencillo a que quienes ahora no quieren que vengan negros en pateras sin
embargo, en su época, hubieran sido partidarios de que se les secuestrara en su
país de origen, se les encadenara y se les metiera en barcos con todos los
papeles en regla para traerlos como esclavos (“el papel en regla” diría de qué
dueño y señor es el esclavo adquirido en pública subasta).
Estos ciudadanos no
son mala gente pero es que tienen estropeada
“la brújula del egoísmo” (han olvidado lo del “hoy por ti mañana por mí”). Y en
vez de aplicar eso del que: “si quien peor viva vive bien todos viviremos bien”,
prefieren el sálvese quien pueda, y por tanto son devotos del dicho que dice:
“quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija” (y por eso, aunque no lo sean, trabajan para los ricos,
esperando unas propinillas).
Por todo ello, vivan
en la época que vivan, viven en una contradicción de bigotes, como lo es el que
serían partidarios de traer inmigrantes a la fuerza (esclavos) en su época, y
ahora, en la actualidad, de repelerlos a lo bestia (de hecho han propuesto que
para parar el flujo de pateras actúe la Marina de Guerra)
A favor de la
necesidad de la esclavitud argumentarían con gran patriotismo: que faltaba mano
de obra, que la esclavitud (el hacer trabajar a la gente a la fuerza) crea
riqueza a punta pala (cosa que les mola); que sin esclavos caería el producto
interior bruto una barbaridad; que si en otros países hubiera esclavos y en el
nuestro no, España perdería competitividad, etc.
Partidarios pues de
la esclavitud, no cabe duda de que no dudarían en decirnos que cuantos más esclavos
tuvieran nuestros ricos, más ricos seríamos todos.
Con este discurso,
si el pueblo, que es soberano, les diera el poder, organizarían safaris
(expediciones a África) para secuestrar negros (y negras) y traerlos a la fuerza
con el fin de que trabajaran por un salario mínimo equivalente a la mera manutención.
Eso sí, todo en nombre de la Civilización Occidental.
El derecho de
esclavitud (viva la libertad ¡carajo!) o el de obtener mano de obra barata,
generaría además millones de puestos de trabajo indirectos, nos añadirían, dado
que sería necesaria la construcción de barcos negreros, amén de que las FP de
marinería y milicia estarían a tope de matriculaciones.
Además todo eso con
la bendición de los estados (nada de mafias). Incluido el Estado Vaticano, que
no en vano uno de los motivos por lo que
creció tanto el islam (y eso que no es la religión verdadera) fue porque
se opuso a la esclavitud en su momento.
De aquella política
tan rentable para el mundo rico es por lo que ahora vemos que hay gente de raza negra en
toda América y en infinidad de países de Europa (a pesar de que en estos
continentes no había ni negros, ni pateras).
Sin embargo,
actualmente, esos mismos políticos partidarios de raptar negros para que
vinieran a trabajar aquí a la fuerza, como las circunstancias económicas han
cambiado (las maquinas están suplantando a los obreros) son partidarios ahora de
prohibir la inmigración (sobre todo la de humanos con piel oscura).
Repudian a los
africanos porque han venido “explotados” por mafias (ay! la legalidad). Aunque
eso sí, respetan que se queden si tienen papeles, o sea un contrato de trabajo,
porque eso significaría que a alguna empresa si le vino bien la visita.
Estos compatriotas andan un poquito despistados y no
han caído en la cuenta de que los robots (en posesión de los ricos) les enviaran
a ellos también al paro, por muy blanquitos, españolitos y taurinos que sean,
ya que el sistema les expulsara de la zona de confort
también a ellos, pues Dios castiga sin piedra, ni palo.
Con lo fácil que
sería todo repartiendo la riqueza de arriba abajo (y no como hacemos cada día,
repartiéndola de abajo a arriba)
Paco
Molina. Zamora 29 de Julio del 2024
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