viernes, 14 de agosto de 2020

LA JUSTICIA TORTUGA Y EL LAWFARE.

 


 

LA  JUSTICIA  TORTUGA  Y  EL  LAWFARE.

En lo que sigue vamos a demostrar que en cualquier sociedad es imprescindible un sistema de Justicia Potente, Rápido y Bien Dotado.

Que es todo lo contrario a lo que ocurre en España, con el agravante de que ni siquiera los partidos de izquierdas parecen querer arreglarlo.

A comienzos de esta democracia a la española, dio en Zamora una charla un juez llamado Don Perfecto Andrés. Su tesis era que la Justicia en España está mal dotada, es canija y cuenta con escasos medios, por una sencilla razón: es lo que le interesa a los poderosos (vulgo, a los ladrones de guante blanco).

Para discernir y juzgar si un individuo robó una gallina no hace falta un aparato judicial sofisticado; si le coges con la gallina es que robó la gallina. Sin embargo, para un robo de millones de millones, con sociedades interpuestas, testaferros, fuga de capitales, etc. etc. por no hablar del urbanismo, hacen falta medios a raudales que permitan una investigación en profundidad.

En España únicamente hay unos 3.000 fiscales y unos 6.000 jueces, cifras ridículas en sí, y más si las comparamos con las de otros países (vamos a la cola).

No digamos nada de las instalaciones anti diluvianas de los juzgados y de su menguado número de funcionarios.

Se imaginan que nuestras fuerzas del orden patrullaran aún con el célebre seat seiscientos. Pues así se hace Justicia en España, a paso de burra. Y lo peor es que eso ocurre a propósito para que se libren los ricos si es que son cogidos in fraganti.

Nuestra Justicia es una tortuga y por muchos entuertos que quiera resolver, no puede hacer Justicia porque va a paso de tortuga.

Pero hay más aún, una Justicia lenta, no solo beneficia a los  pudientes sino que  perjudica al pueblo. Veamos un ejemplo.

Analicemos el tema de los okupas. Nuestra ley sobre el tema, que supongo proviene, como casi todas,  del Régimen del 78, dice así (no entramos a juzgar si se elaboró mal o no):

Si en tu vivienda entran unos energúmenos aprovechando que no estás se abren dos expectativas.

Si denuncias la ocupación antes de 48 horas la Ley permite, y ordena, desalojarlos de tu casa con lo que se llama “una patada en el culo” (por eso los ocupas profesionales, o asesorados, procuran no  hacer ruido durante los 2 primeros días en la vivienda ocupada).

Ahora bien, si denuncias la ocupación al tercer día o más tarde, es cuando para poder largarlos de tu propiedad necesitas pasar por un proceso judicial  que demuestre que los ocupas lo son, y que no son inquilinos, familiares u otra figura legal distinta a la de okupas.

Y es aquí donde los acontecimientos se vuelven en contra del propietario del inmueble, por culpa de la lentitud de la justicia (Es decir si la Justicia española fuera eficaz en cuanto a rapidez, al cuarto día los okupas podrían ser desalojados por orden judicial y las fuerzas  policiales).

Demostrado que la Justicia Tortuga beneficia a las clases altas y perjudica a las de abajo, reparemos ahora en la última moda en golpes de estado.

Es lo que en términos internacionales se llama lawfare, “guerra en los juzgados”. Cuyo mejor ejemplo lo tenemos en Brasil contra Lula Da Silva y Vilma Rousself.

Se prepara una acusación falsa, con pruebas inventadas y trucadas; se coge a un juez afín a la causa (de ahí el empeño de la derecha para no renovar los órganos judiciales).

Después se celebra el juicio y el mandatario de turno resulta condenado. Abandona el puesto, y hay (o no hay) nuevas elecciones. Pero ya se han quitado los Capitalistas de postín, del puesto de mando y de en medio, a quien era líder de las masas.

Sobre el lawfare, ya tenemos síntomas en España: Recuerden el juicio contra los independentistas catalanes, sobre si el 8 M contaminó o no, o el actual asunto contra Podemos (en este caso para tratar de sacar a Unidas Podemos del Gobierno de España).

Por lo tanto debe ser prioridad absoluta de las izquierdas el potenciar la Justicia al máximo. Multiplíquese el número de fiscales por 4, el de jueces lo mismo, multiplíquese el número de empleados públicos y técnicos al servicio de la justicia por lo necesario, digitalícese todo con urgencia.

La Justicia Tortuga, incluso queriendo ser justa, no puede aplicar justicia con equidad porque no la puede aplicar en su momento.

Pero hay más, el cierto clasismo o conservadurismo que se atribuye por el saber popular a tan escasos jueces y fiscales, se debe precisamente a su escasez. Si fueran más, serían menos.

Lo suelo contar así. Mi padre era catedrático de su asignatura, cuando únicamente había uno  por provincia. Entonces el título sonaba importante, aunque él era humilde; ahora que yo lo soy, hay tantos, que no se me sube ninguna tontería a la cabeza.

Así que compas de izquierdas que me oís, reivindicar para que una sociedad sea mejor, sanidad, enseñanza,  medidas sociales, y….una Justicia que “pueda ser justa”, por capacidad para investigar y para actuar con rapidez.

Paco Molina: Zamora. 14 de Agosto del 2020.

 

 

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