ZAMORA.
SU SEMANA DE PASIÓN Y LA PASIÓN DEL BOTELLÓN.
De nuevo la celebración
de un botellón en Zamora durante la sagrada noche del Jueves Santo ha levantado
una controversia que pretende dirigirse “contra” el Ayuntamiento de la ciudad.
Por eso en lo que sigue
vamos a demostrar que tal acontecimiento en el fondo es un gran negocio para la
ciudad.
Todos sabemos ya que
el Dios verdadero, a estas alturas, es el dinero (lo predijo Quevedo con su “¿quién
transforma las piedras en pan sin ser el dios verdadero?”, y lo sentenció Agustín
García Calvo en su libro “De Dios”).
Incluso el más
devoto, al hacer el balance de esta Semana Santa añade un: “Fue esplendida, ha venido
muchísima gente y daba gusto ver los negocios llenos”.
Pues bien. Pasemos al
botellón. Con su transparencia habitual comunicó el Ayuntamiento que se produjeron 25.000
kilos de basura.
Es de suponer que tal
basura, fueron: bolsas de plástico, klinex, latas y botellas de bebidas y algún
que otro condón.
Imagine usted ahora
que allí hubiera llegado una sola bolsa de basura. Sin duda seria porque iba llena de algo que tendría
un precio en el súper.
Supongamos que ese
algo costara únicamente 1 €. En ese caso podemos asimilar cada bolsa y su peso
a 1€. (Es obvio que nadie lleva al botellón
una bolsa vacía).
Pues bien vamos a
suponer que cada kilo de basura fue producido tras un gasto de 10 euros (entre
bolsa, latas y botellas que contuviera).
No es mucho suponer
pues sería imaginar que 100 gramos de ese kilo fueron generados por 1 € (y como
un kilo tiene diez veces 100 gramos, pues cada kilo se podría asociar a 10 €
sin mucho error en el cálculo).
Entonces si lo
recogido en este año 2022 fueron 25.000 kilos de basura, tendremos qué, si para
producir un kilo hicieron falta 10 euros, eso es que en las horas previas las
botelloneros y las botelloneras se dejaron en la ciudad 250.000 €.
Benditos sean pues ellos,
Dios y el botellón.
Y respecto a los
vecinos afectados por las molestias de esa noche más les valdría a los
supermercados regalarles una cesta de Navidad a cada familia por su aportación
callada al enriquecimiento de la ciudad.
Que el Dios Dinero
aprieta pero no ahoga, salvo en las guerras.
Paco
Molina. Zamora . 21 de Abril del 2022
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