CONDENA : LIBRO DE CONCHA PELAYO. Mi pequeña contribución
Concha Pelayo se ha
convertido en la Sheherezade de Zamora.
Ya saben, Sheherezade,
la esclava árabe que condenada a muerte llegó
a un acuerdo con el Sultán por el que éste no mandaría ejecutar la sentencia
mientras la bella mora fuera capaz de contarle un cuento cada noche, de manera
tal que el último oído dejara abierta la curiosidad, la intriga y las ganas por
conocer el siguiente.
Dicho trato duró, ya
saben, lo que se conoce como “Las Mil y Una Noches”.
Pues bien, casi seguro
que Concha Pelayo, nuestra también bella e inquietante escritora, va por cerca
de los mil y un relatos; aunque ello no con el afán de salvar su vida (que
afortunadamente está en muy buen estado) si no para salvar la nuestra……del
aburrimiento.
De pequeños nos
encantaba oír la palabra “excursión”. Cuando se oía en casa, en el colegio o en
cualquier otro lugar que íbamos a “ir de excursión” se nos aceleraba la
alegría, la emoción, la vida.
Íbamos a ir de
excursión.
Más tarde, cuando en
el instituto cambiaron el término “ir de excursión” por el de hacer actividades
extraescolares o viajes culturales, nos desvelaron de paso qué significaba “ir
de excursión”.
Y entonces lo
comprendimos todo de golpe: el tobogán de sensaciones que provocaban las
excursiones, los descubrimientos que sabíamos que habría en esos viajes, la
vida elevada a la enésima potencia que viviríamos. Todo era porque resulta que
“EXcursión”, nos dijeron, significaba “salirse del curso”, del curso de la vida,
Salir de excursión
es salirse de la monotonía de la vida, y por tanto y curiosamente, darle una
transfusión de vida a la vida.
De ahí el éxito de
los libros. Los libros nos llevan de excursión.
Como cuando tu madre
te preparaba un bocadillo y una humilde cantimplora (“come, no dejes de comer”)
y tu padre aportaba un consejo y
algunas pesetas, así, cuando tú te acomodas para leer, en tu rincón favorito,
con tu bebida preferida, y empiezas la lectura, así renacen tus excursiones.
Aquellas con la
familia, aquellas con el colegio, aquellas con las amistades, aquellas con el
pecado, todas las que viviste y ahora leyendo quieres seguir viviendo: para
“salirte del curso de la vida y sentirte, otra vez, más viva aún, más vivo”.
Y esa es la gran
vocación de Concha Pelayo, convertirse en escritora, serlo y escribir sin
tregua para llevarnos, continuamente, de excursión.
Por esa vocación, y
esa capacidad suya de escribir muy bien, es por lo que ha sido prolífica,
abarcando todo tipo de literatura: poesía, teatro, narrativa, viajes (¡viajes!)….y
ahora periodística.
En esta ocasión y en
esta excursión, en este sacarnos de la vida cotidiana y monótona, nos propone
nada menos que visitar una cárcel, nos sugiere ir de excursión ¡a ver el
infierno desde dentro!.
¿Qué ocurre entre la
escoria de la sociedad, cómo se convive entre los malos, entre lo peor de lo
peor?
No me digan que la
excursión no es emocionante. Pues no se la pierdan porque disfrutarán como en aquellas
excursiones del colegio.
Y por último 2
advertencias.
Una para usted feliz
excursionista. Tenga en cuenta que dado que todo lo que leerá está basado en
hechos reales, no debe creer todo lo que oye porque precisamente si hay algo
falso en el mundo es la realidad contada por los protagonistas de la realidad.
Y la otra para mi
amiga Concha Pelayo, a quien agradezco infinitamente la confianza que a veces
deposita en mí, como ahora con el encargo de este prólogo.
Te cuento. Deslizándome
feliz por la Montaña Rusa de este texto tuyo, vi que te llevaste la misma
sorpresa que tuve yo hace años.
¿Cómo es posible que las cárceles, que por
definición parece que deberían ser lugares abyectos al que nadie quisiera ir,
resulten ahora tan confortables y acogedoras como un hotel de 5 celdas?.
Pues bien he aquí la
respuesta. Me encontré con ella recién reinstaurada la democracia en España. En
una entrevista, un preboste que no recuerdo quien era, dijo muy serio: “en una
dictadura lo lógico es que la sociedad no gaste nada en las cárceles, pero, en una democracia, considerando que en ellas podemos
acabar también los poderosos, cuanto mejor estén, mejor”.
Salud con suerte y buen
humor, amables lectoras y lectores, y que disfruten de ésta apasionante
excursión.
Francisco
Molina Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario