LA
ISLA DE LAS CONCLUSIONES . O contra la sacralización de la fidelidad.
1.-Si usted suele
ver la Isla de las Tentaciones se le aconseja que lo haga tras leer el libro de
Agustín García Calvo (editorial Lucina) titulado “Contra la pareja”.
2.- Y si no ve dicho
programa con mayor motivo. Porque tal
vez así se entienda algo más de porqué, a pesar de las acertadas medidas
educativas y policiales, sigue la violencia machista causando un dolor de
espanto.
3.- En el programa
de tele citado, y en la vida real, está sobredimensionado el valor de la
fidelidad, y del amor en sí, sobre todo si es “verdadero”.
4.- Dice la cultura
oficial que si A ama a B, y B le corresponde, es decir si A y B se aman que
entonces a ninguna de las 2 personas les
atraerá nadie más (que no habrá tentaciones que valgan).
5.- Pero esto
simplemente es falso como indican los datos.
6.- Además, si eso
fuera cierto sería más cierto aún que si uno de los 2 tiene tentaciones (caiga
en ellas o no) es que ya no estaría disfrutando del amor verdadero. Es decir el
amor verdadero seria como una estrella fugaz.
7.- Dice el
mencionado Agustín García Calvo que la fidelidad es un invento del macho para
hacer suya a la hembra. Cosa que se puede verificar en cómo es ella la que
magnifica tal sacrificio (el de la fidelidad) como lo máximo del amor. No hay
mejor prueba de que te quiero que el que me sacrifico por ti renunciando así al
mundo, sus pompas y vanidades.
8.- Y tienen razón.
No hay mayor prueba de amor que la fidelidad (“fíjate si soy tuya, o yo tuyo,
que renuncio a mi instinto básico de búsqueda del placer sexual”).
9.- Por eso, una
sociedad machista y que procede del Poder machista, ha tenido la osadía (que nadie se
atreve a abordar) de hacer que entre los
vínculos que se le exigen a un matrimonio, esté el de prometerse fidelidad.
10.- Con cosas así
lo que se rezuma en el ambiente es que la infidelidad (los cuernos) es el peor de
los pecados en una pareja.
11.- Incluso el
peyorativo término de “cornudo” no busca otra cosa que la ira del afectado. El
invitarle a que no sea calzonazos. A que exija “respeto” (que palabra tan
bonita….pero inadecuada en estos casos, porque lo primero que hay que respetar
son las leyes de la naturaleza, y en ese sentido el pecado de adulterio debe
estar entre los veniales). A que sea violento.
A que sea un hombre con esos bien puestos.
12.- En ese orden de
cosas el macho ya no comprende que lo que la hembra le ha otorgado, por amor,
cariño, espejismo o lo que sea, es únicamente el usufructo de su cuerpo pero no
la propiedad.
13.- Y el hombre se
cree que ella es suya y de ahí al “la mate porque era mía”, solo hay mil pasos
que unos ejecutan como bestias y otros sólo recorren a medias (“no vistas así,
no rías así, estás todo el día fuera,
pareces una golfa, eres una puta”).
14.- Pero vayamos
ahora a la mente de ella (al lavado de cerebro al que se somete a las mujeres).
Convertida la fidelidad en la brújula del amor, y en el no va mas
(hasta los religiosos de ambos sexos deben prometer castidad para ser fieles a
su dios, en un acto, el de la abstinencia, que supone ser, y lo es, el mayor de
lo sacrificios, la renuncia al placer sexual) ocurre que es la mujer la que más
la va a exigir en sus fantasías (“Como me ama a mi no le va a atraer ninguna
otra o no le debería atraer”).
15.- Entrando en el
periodo de decadencia del amor entre 2, el dueño de la situación (porque
durante siglos lo fue en Occidente y aún lo es en Oriente), el macho se vuelve
insoportable, y entonces, en vez de dar por rota la relación, ella se agarra al
clavo ardiendo, que de nuevo Agustín García Calvo verificó. Y va y se dice la
maltratada: “Si estaré viviendo el verdadero gran amor que a pesar de lo mal que me trata le sigo queriendo”
(cuando en realidad lo que quiere es no empezar de nuevo a buscar otras
relaciones íntimas).
16.- Es decir la
prisionera número 1 (en realidad los dos lo son, pero con distinta intensidad)
pasa a confundir lo malo con lo bueno. “Me trata mal, pero como aún quiero
seguir con él, eso es que le amo locamente”
17.- Llegados aquí y
para acabar, hay que reconocer que como el amor correspondido no hay nada, es
el nova más. Pero como suele acabarse, y no en los 2 miembros a la vez, surge
ahí el conflicto.
18.- Conflicto que
en mi opinión tiene mucho que ver con la energía consumida en la conquista del
otro.
19.- No cabe duda
que durante los momentos de aproximación, seducción, consolidación,
afianzamiento, planes de vida, hijos si los hay, etc. los 2 componentes han
invertido una energía que si no hubieran seguido ese camino no habrían gastado.
20.-Todo eso ha tenido
una recompensa, la felicidad, paquete que lleva dentro una ración garantizada
de sexo (sea bueno o mediocre) amén de otras cosas. Todo ha valido el esfuerzo
realizado.
21.- Pero cuando hay
una ruptura, y ambos tienen que “rehacer” su vida, como muy bien indica el término
(rehacer) hay que volver a empezar: pero ahora unos años después, con más edad,
lo que supone mayores esfuerzos, muchos miedos y muchas desconfianzas.
22.- Y llegados ahí,
el macho, máxime si ha sido duro, antipático, cancerbero y cruel, saca todo su
egoísmo y se niega a perder a la que considera suya por “derechos de conquista”
(“Con lo que yo te di e hice por ti”).
23.- Sólo la
preparación educacional y social (lo que se respira en el ambiente), para llegar a lo actualmente llamado estatus
de “parejas abiertas”, podrá hacer que la violencia latente se esfume, porque entonces:
a) compartir pareja no aparecerá tan dañino y b) porque el final de una relación
no supondrá que rehacer las cosas sea algo que
asusta y agota sólo de pensarlo.
En definitiva:
Mientras la sociedad haga creerse, a quien descubre que su pareja goza de las mieles
del orgasmo con otra persona, que es un cornudo, que le han faltado al respeto,
que prefiere a otro, que ha sido
engañado, que ese comportamiento es denigrante, que es cosa de putas, que algo
le falta a él, que ella goza lo que no goza con él, etc. etc. mientras todo
siga así, entonces la mecha de cualquier estallido violento (de mayor o menor
intensidad) estará puesta y encendida.
Por ello debe
aceptarse que nadie es infiel con ánimo
de hacer daño a nadie, que nadie es culpable de buscar la satisfacción de uno de
los 2 instintos vitales del ser humano (uno el de supervivencia, el otro el de
la búsqueda del goce sexual) el sexo variado y variando, que nada se hace con
mala intención, de la misma manera que quien cae al río y es arrastrado por la
corriente no está buscando alejarse de nadie. Ocurre lo que ocurre porque lo
pide el cuerpo. (En la Isla de las Tentaciones usan mucho la frase “Me dejé
llevar, voy a dejarme llevar”, anunciando con ello que van a buscar lo que les
apetece, conocer otro cuerpo y otras sensaciones impuras).
Toda evolución en el
sentido que apuntamos, no solo resolvería el problema de perder a la media naranja,
sino que encima reduciría el consumo de energía social para buscar nuevas compañías,
es decir rehacer la vida sería más sencillo y menos traumático.
Me comentaban unos amigos
que eso sería aceptar que las personas somos animales y no seres racionales. A lo
que hay que contraponer que es precisamente el hecho de tener cabeza
(inteligencia) lo que nos obliga a concebir unas relaciones sociales y unas estructuras
familiares dignas de seres inteligentes: leyes que pongan las cosas al servicio
de los 2 instintos básicos: seguridad en lo material para todo el mundo y
libertad en lo sexual para todos.
PD: Además del libro
recomendado se sugiere el titulado “LA ESTAFA SEXUAL”, de Francisco Molina
Martínez, ya agotado (con lo que no se está haciendo publicidad comercial) pero
disponible en todas las bibliotecas importantes.
Paco
Molina. Zamora. 2 de Enero del 2023
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