miércoles, 16 de abril de 2025

GUARIDO IV. EL INAUGURADOR. Un alcalde imprescindible



GUARIDO IV. EL INAUGURADOR. Un alcalde imprescindible

Habitualmente las inauguraciones van acompañadas de una parafernalia (o botafumeiro del mandamás de turno) que ríete tú de la soberbia como pecado capital.

Se suele poner  una carpa junto a lo inaugurable. Siendo la misión de la misma la de que el “vino español” (de esos que luego no necesitas comer) que se va a ofrecer a las autoridades de diverso tipo (sociales, económicas, religiosas y militares) tenga garantizado el confort que merecen “quienes se desviven por el pueblo”.

Cierto es que antes de pasar  al ambigú se corta una cinta: a una, dos o tres manostijeras, y eso cansa.  No bastando por tanto que cada una de las personas que cortan la cinta se lleve un trocito a casa como recompensa (de ahí lo del vino).

Todo esto tan rimbombante, lógicamente, tiene su coste en euros.

Pero en esto llegó Guarido “y mandó a parar”. Al menos de momento y mientras él esté.  Estamos hablando de  Zamora y de su  Alcalde Guarido (el de IU) que no hace inauguraciones tan faraónicas.

Y menos mal que Guarido es así, humilde y sobrio, pues con la de cintas que tendrá que cortar de aquí al final de mandato, si las acompaña del  clásico  “vino” tendríamos a todos nuestros mandatarios en “alcohólicos anónimos”.

Porque repasemos. En un breve espacio de tiempo ha inaugurado:

Un nuevo pasaje junto a la Puerta de la Lealtad (antes Portillo de la Traición) recuperando así para la ciudad un  rincón de leyenda. Que por cierto  debería llamarse: “Ronda de Bellido Dolfos”, puesto que los zamoranos han rechazado ya el término de “fementidos” (falsos) con que les bautizó un reyezuelo, y han enarbolado  el de “leales”, pues defendieron lo normal (si Urraca heredó Zamora de su padre rey esa era la ley).  

También ha puesto en marcha el Museo Pedagógico. Junto  a la misma Puerta de la Lealtad citada. Un lugar que llenará de melancolía los recuerdos de quienes vivieron “los mejores años de su vida” en aulas de aquellas épocas. Incluido el tema del “nacionalcatolicismo” periodo en que, por subrayar  algo, baste decir que si veías a un cura por la calle debías acercarte a él y besarle la mano (y había muchos).

Por último también ha inaugurado el restaurado Puente de Piedra, que si lo traducimos a términos de “vino español”,  tomando estos como unidad de medida, ha quedado como para celebrar una bacanal que ríete tú de Baco.

Pues bien, en esa inauguración vimos  a Guarido acompañado de un mínimo número de personas, y sin tijeras, sin cinta, sin jaima, sin vino español,  ni digestiones pesadas, dando un paseo sencillo como el que estamos dando todos los que aquí vivimos  llenos de satisfacción, y quienes nos visitan llenos de curiosidad artística.

Y como “Dios escribe  derecho con renglones torcidos” se le van a acumular tantas inauguraciones hasta el 2027 que no habrá “cintas para cortar” ni en “El Redondel”.

De ahí lo de Guarido “El Inaugurador”. Pero y ¿por qué “Guarido IV”, si no hay otros del mismo nombre que fueran anteriores alcaldes?    

Porque a Zamora se le presenta una ocasión de oro de volver a ser el centro de España, de darse a conocer aún más y gratuitamente, de sonar bien alto (algo trascendente para atraer más turismo). Y todo ello por el método más democrático y sencillo posible: volviendo a elegir como su alcalde a Francisco Guarido Viñuela.

Si se vuelve a presentar saldría elegido con seguridad, porque la gente lo considera “no prescindible”. Y ello supondría su 4º mandato consecutivo (de ahí el IV). Un record local, regional y nacional (pues creo que nadie lo ha logrado antes en capitales de provincia liderando un partido con ideología).

¿Puede hacerlo? Sin duda, pues su “natural saturación” se tornaría en satisfacción, alegría, fuerza y relax, al traspasar personalmente la Puerta de la Historia. Al descubrir en su propia piel que para la ciudad de Zamora: “Guarido rima con querido”.

Paco Molina. Zamora. 14 de abril del 2025         

 


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