Y
LUEGO DICEN…..
“Y luego dicen que
no existe la divina providencia” es una frase o latiguillo que nació en las
celebres cenas de COZPROBUHO (la
Cofradía Zamora Progresista del Buen humor).
En ellas se otorgaban los premios Inocente y Herodes Zamorano del año. Y solíamos acompañar tal acontecimiento de
momentos divertidos, siendo uno de ellos el del
“regalo psicológico”.
Consistía éste en
que COZPROBUHO obsequiaba a todos los asistentes con un “presente” (de aquellos
de “todo a cien”) pero con una condición, él o la afortunada debía de meter la
mano en la caja en que se encontraban todos y sacar uno al azar. Y era ese azar
el que según lo obtenido daba el perfil del o la agraciada (de ahí lo de
psicológico).
Con un poco de
imaginación siempre “casaban” regalo y características de la persona, hecho que
subrayaban a voces los asistentes, al corroborar asombrados tal maridaje, con
un “y luego dicen que no existe la divina providencia”.
Y no se lo creerán,
pero a veces la intervención de la divina providencia era sublime. Vean: en una
ocasión estaba propuesto para el premio Inocente un colectivo que había visto
como se inundaban, en el cementerio de San Atilano, las sepulturas de sus seres
queridos, y que tras hacer varias procesiones de protesta con velas, luto
riguroso, etc. ante el Ayuntamiento de Zamora (entonces del PP) y que éste no
les hiciera mucho caso, era evidente que podían ganar.
A pesar de que la
mayoría eran personas de edad avanzada y apariencia triste por su problemática,
se presentaron en la Cena casi todos. Y entre ellos una agradable ancianita, de
una sencilla elegancia y sumamente delgada (atención a este dato).
Ella, cuando le tocó
acercarse a por su regalo, lo hizo con desparpajo y una preciosa sonrisa. Introdujo
la mano en el cajón donde estaban todos, y sin mirar, como exigían las normas, sacó
algo consistente en 2 piezas sueltas que
sospecho que se ponen las mujeres en los pechos cuando quieren ir sin sostén y
muy escotadas (¿sujetador adhesivo o pezoneras?)
El clamor del: “y
luego dicen que no existe la divina providencia” unido a las risas de aquella
elegante, maravillosa y encantadora señora, construyeron un bello e inolvidable
momento.
Pero no he venido a
este mundo a distraerles con anécdotas sin más, así que verán:
Resulta que me gusta
el construir frases o máximas lapidarias, como por ejemplo: “Los zamoranos
deben ser como su bandera, ocho veces rojos y una verde”, o esta otra de “La
masturbación es mano de santo”.
Ante esta afición opté
por usar como seudónimo para firmarlas el de #Confucio_Molina dado que las
frases eran mías pero tenían una estructura tipo Confucio.
Y ahora viene lo
bueno; estos días leyendo un ejemplar de Nuestra Bandera (revista de debate
político) descubro atónito que según estudios el marxismo chino está enraizado
en las enseñanzas de Confucio, que resumidas son:
1.-Ama al pueblo. No
hagas daño. 2. Sirve a la gente, no perjudiques. 3. Sigue a la ciencia, rechaza
la ignorancia. 4. Se diligente, no indolente. 5. Estemos unidos, ayudemos a
otros. No hagas ganancia a costa de los demás. 6. Se honesto y confiable. No
niegues la ética para obtener ganancias.
Y todo esto dicho
500 años antes de Cristo. Me quito el sombrero ante Confucio, resulta que comulgo
con él y no lo sabía. Así que la carambola de escoger la firma #Confucio_Molina es como para gritar una vez más: “Y luego
dicen que no existe la divina providencia”.
Por cierto si todos
siguiéramos esos consejos mejor nos iría.
Paco Molina. Zamora.
28 de Abril del 2025
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