QUE EL
APAGÓN NOS ILUMINE
Del apagón eléctrico
tan inesperado que tuvimos en España es necesario aprender algo para que el futuro sea lo mejor posible y se aleje de un
lamentable holocausto.
Sorprendentemente un fenómeno tan traicionero y desagradable se
tradujo en una reacción solidaria, amable, colaborativa, desinteresada y
positiva de las gentes.
Eso debe recordarnos
que el “egoísmo inteligente” (o sea la solidaridad) aún perdura dentro de cada
uno de nosotros, y que es el mejor mecanismo para afrontar las catástrofes,
sobrevivir a las tragedias y convivir en paz.
La solidaridad es
infinitamente mejor que el “sálvese quien pueda”, pues el ayudarnos unos a
otros debe ser la base de la convivencia. La solidaridad es preferible que el matarse
unos a otros con la vana esperanza (fruto de la mentira) de que si acabas con
quienes tus jefes dicen que son tus enemigos todo será Jauja (“Tras las guerras
no está el paraíso y cada guerra es un infierno en sí misma”).
En consecuencia la
primera lección a aprender es que debemos buscar la unión (mediante la
solidaridad) que nos salvará en épocas de crisis y nos dará alegría en el día a
día de cada una de nuestras vidas (en vez de estar amargados a perpetuidad).
La segunda lección o
aprendizaje es que lo fundamental de una sociedad no debe estar en manos
privadas o de particulares, pues estas manos, movidas por lo que se llama “legítimo
ánimo de lucro”, pueden caer en la tentación de querer imponer su “egoísmo
tonto” al egoísmo inteligente, a la solidaridad.
Sanidad, enseñanza,
justicia, etc deben ser servicios de todos y estar bien dotados para ofrecer una
cobertura de suma calidad.
También es necesaria
una banca pública. Ya que por fuerza hay que cobrar una nómina o una pensión a través de
una entidad bancaria debe existir un Banco de Todos que por defecto atienda a
todo el mundo, y sólo si algún ciudadano prefiere pasarse a una entidad
financiera privada porque le da más, que se pase. Pero no como ahora en que “el
legítimo ánimo de lucro” hace que el egoísmo ansioso de los Banqueros exprima el
bienestar de los clientes forzosos que
tiene.
Y llegamos a la 4ª
lección del antipático pero pedagógico apagón. Todo el mundo tiene in mente que
lo que fue un mal soportable y en casos
una anécdota simpática, se debió a la solidaridad y a la poca duración del
susto.
Pero, que nadie se
engañe, en una guerra los apagones van a ser el pan nuestro de cada día. Por
zonas y totales. Y eso por no hablar de los bombardeos que destrozarán nuestras
viviendas y nuestra “zona de confort”, amén de los miles de muertos y lisiados
(que aunque es verdad que dejarán muchos puestos de trabajo) es algo que no compensa, pues es preferible el bienestar del vivir sin guerras, del vivir
en paz. (“La solidaridad es la ternura de los pueblos” como afirma la sabiduría
popular).
Por eso debemos de
ser un pueblo pacifista. Por eso demos pedir que nuestro país, nuestra patria,
nuestro hogar, España, encabece una ola
de pacifismo pidiendo a todos los pueblos del mundo emprender un camino hacia
el desarme, empezando por la disolución
de los bloques militares.
Si, ya sé que usted
también prefiere la paz y que por eso quiere que nos armemos hasta los dientes
por aquello de: “si quieres la paz prepara la guerra”. Pero observe, el país más
armado del mundo, EEUU, no trae la paz;
es más está metido en todas las guerras y las fomenta. Luego no hay paz preparando
la guerra
Y otro dato: tras la
2ª Guerra Mundial hubo 2 países que crecieron económicamente lo
indecible. Fueron Alemania y Japón ¿Por qué?
Porque como perdieron aquella guerra se les obligó a no tener ejércitos.
Y es que el gasto militar es la forma más tonta que existe de tirar el dinero
de todos.
Paco
Molina. Zamora . 12 de Mayo del 2025
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