viernes, 16 de mayo de 2025

QUE EL APAGÓN NOS ILUMINE



QUE  EL  APAGÓN  NOS  ILUMINE

Del apagón eléctrico tan inesperado que tuvimos en España es necesario aprender algo  para que el  futuro sea lo mejor posible y se aleje de un lamentable holocausto.

Sorprendentemente  un fenómeno tan traicionero y desagradable se tradujo en una reacción solidaria, amable, colaborativa, desinteresada y positiva de las gentes.

Eso debe recordarnos que el “egoísmo inteligente” (o sea la solidaridad) aún perdura dentro de cada uno de nosotros, y que es el mejor mecanismo para afrontar las catástrofes, sobrevivir a las tragedias y convivir en paz.

La solidaridad es infinitamente mejor que el “sálvese quien pueda”, pues el ayudarnos unos a otros debe ser la base de la convivencia. La solidaridad es preferible que el matarse unos a otros con la vana esperanza (fruto de la mentira) de que si acabas con quienes tus jefes dicen que son tus enemigos todo será Jauja (“Tras las guerras no está el paraíso y cada guerra es un infierno en sí misma”).

En consecuencia la primera lección a aprender es que debemos buscar la unión (mediante la solidaridad) que nos salvará en épocas de crisis y nos dará alegría en el día a día de cada una de nuestras vidas (en vez de estar amargados a perpetuidad).

La segunda lección o aprendizaje es que lo fundamental de una sociedad no debe estar en manos privadas o de particulares, pues estas manos, movidas por lo que se llama “legítimo ánimo de lucro”, pueden caer en la tentación de querer imponer su “egoísmo tonto” al egoísmo  inteligente, a la solidaridad.

Sanidad, enseñanza, justicia, etc deben ser servicios de todos y estar bien dotados para ofrecer una cobertura  de suma calidad.

También es necesaria una banca pública. Ya que por fuerza hay que  cobrar una nómina o una pensión a través de una entidad bancaria debe existir un Banco de Todos que por defecto atienda a todo el mundo, y sólo si algún ciudadano prefiere pasarse a una entidad financiera privada porque le da más, que se pase. Pero no como ahora en que “el legítimo ánimo de lucro” hace que el egoísmo ansioso de los Banqueros exprima el bienestar de los clientes   forzosos que tiene.

Y llegamos a la 4ª lección del antipático pero pedagógico apagón. Todo el mundo tiene in mente que lo  que fue un mal soportable y en casos una anécdota simpática, se debió a la solidaridad y a la poca duración del susto.

Pero, que nadie se engañe, en una guerra los apagones van a ser el pan nuestro de cada día. Por zonas y totales. Y eso por no hablar de los bombardeos que destrozarán nuestras viviendas y nuestra “zona de confort”, amén de los miles de muertos y lisiados (que aunque es verdad que dejarán muchos puestos de trabajo) es algo que  no compensa,  pues es preferible  el bienestar del vivir sin guerras, del vivir en paz. (“La solidaridad es la ternura de los pueblos” como afirma la sabiduría popular).

Por eso debemos de ser un pueblo pacifista. Por eso demos pedir que nuestro país, nuestra patria, nuestro hogar, España,   encabece una ola de pacifismo pidiendo a todos los pueblos del mundo emprender un camino hacia el desarme, empezando por  la disolución de los bloques militares.

Si, ya sé que usted también prefiere la paz y que por eso quiere que nos armemos hasta los dientes por aquello de: “si quieres la paz prepara la guerra”. Pero observe, el país más armado del mundo,  EEUU, no trae la paz; es más está metido en todas las guerras y las fomenta. Luego no hay paz preparando la guerra

Y otro dato: tras la 2ª Guerra Mundial  hubo  2 países que crecieron económicamente lo indecible. Fueron Alemania y Japón ¿Por  qué?  Porque como perdieron aquella guerra se les obligó a no tener ejércitos. Y es que el gasto militar es la forma más tonta que existe de tirar el dinero de todos.

Paco Molina. Zamora . 12 de Mayo del 2025  


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