El
Honor hay que controlarlo.
No voy a hablar
contra el Honor (ni contra la Honra) porque tendría que dar mucho rodeo,
pero... .
Ocurrió hoy en día.
Iba por la calle cuando una familia que me precedía tuvo esta conversación.
Eran la Señora Abuela, la Señora Madre y 2 niños. Uno varón de unos 8 años y
una niña de menos de 4.
En esto la niña
rompió a llorar exigiendo la presencia
de su padre (“Quiero ir con papá”). Ante eso la Madre trató de reconducir la
situación. Pero la niña insistía. Entonces la Abuela, tal vez para echar un
cable, preguntó sin mirar “Qué por qué quería la niña la presencia de su padre”.
A lo cual ésta
respondió: “Porque papá no me riñe”.
La razón pues de la
niña era poderosa, pero… Tuvo sus respuestas. Tanto de la madre, como de la
abuela (que sin duda seria la madre de la madre, aunque vete tú a saber).
“No te riñe porque
sólo está en casa un minuto”. “No te riñe porque sólo está contigo minuto y
medio” .
Fueron los
comentarios que tuvo que escuchar la niña
en lo que yo tardé en adelantar al grupo y perderme en mis pensamientos.
Pensamientos que
encajaban perfectamente con lo ocurrido, porque…
Recordemos para ello
lo que ocurría tiempos atrás.
En los años
cuarenta, cincuenta y sesenta del Siglo pasado (el XX). A lo mejor, ese padre que tanto quiere a su niñita que
no la riñe, si se hubiera encontrado con la noticia de que su hija estaba
embarazada, sin estar casada, no hubiera dudado en echarla de casa para
salvar el honor o la honra, de la
familia (y sobre todo el apellido de la suya).
Sí, porque tal vez
lo hemos olvidado de la vergüenza que da recordarlo, pero en la España del
General Franco en algunos casos el machismo llegaba a tal nivel que por salvar
el honor de la familia no se dudaba en
expulsar a las hijas “pecadoras” de casa.
Tenemos pues, con lo
visto, un buen ejemplo de cómo el tema del honor (o la honra) puede ser usado contra el pueblo. Porque estos
padres (¿qué sentirían las madres?) no eran necesariamente de alta alcurnia.
No eran como esos
estúpidos que se retaban en duelo, jugándose la vida, también por cuestiones de honor. Pero eran
peores por culpa de un código moral impuesto por el poderoso contra el pueblo.
Pues bien. Seamos
prácticos y apliquémosno la moraleja.
El grupo político
que llamamos Unidas Podemos tiene un problema, ya que quiere forzar al PSOE a
conformar un Gobierno de Coalición para España, pero no puede meterle el miedo
en el cuerpo con nada.
Y ello por la
sencilla razón de que si el PSOE no quiere, la única manera que tiene UP de castigarle es no apoyar su
investidura y forzar unas elecciones anticipadas.
Pero esas elecciones
que para el PSOE prometen buen so resultados, para UP pudieran ser suicidas.
Por lo tanto soy
amigo de rendirnos y exponer abiertamente: “Mire Don Pedro Sánchez, Don PSOE,
creemos que lo mejor para España es un Gobierno de Coalición, pero tranquilo,
usted elija libremente, porque nosotros en todo caso le vamos a votar que SÍ a
la investidura, y esperaremos a ver hasta qué
punto traiciona usted a sus propios votantes o cumple sus vagas promesas”.
Ante un
planteamiento tan ramplón (pero es que no hay otro) algunos compas se han
indignado e incluso más de uno ha dicho eso tan bonito de. “Vale más honra sin barcos que barcos sin
honra”.
Perfecto, pero ojo,
no vayamos a echar a nuestra hija de casa por estar embarazad, y prefiramos
salvar nuestro honor (u honra) en vez de apostar por esos bellos sentimientos de protección y cariño (en
este caso de seguir dando la batalla por la clase obrera), que sirven de mucho
y son la vida, mientras que en política el honor (y no te digo sin barcos) no
sirve de nada (o de muy poco).
No caigamos en las trampas de los poderosos. No confundamos
honra con honradez. Seamos prácticos, salvemos el ejército y esperemos mejores
momentos para la lucha.
Paco
Molina. Zamora. 7 de Agosto del 2019
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