LAS TETAS
ESTÁN POLITIZADAS.
Recientemente el
Ayuntamiento de Barcelona ha autorizado (o prohibido prohibir) el top less
(mostrar los pechos femeninos) en las piscinas.
Su razonamiento es
que de mantenerse la prohibición, en la medida en que los hombres pueden ir con
los pezones al aire, las mujeres estarían discriminadas por no poder hacer lo
mismo.
A mí la consecuencia
de la medida (que haya más libertad) me parece espléndida, pero el argumento
para permitirla, NO (porque no es valiente, ni coherente).
Lo que
habitualmente “enseña” el hombre, en
lenguaje coloquial, se denominan
“tetillas”, con gran gracejo del saber popular.
Ese diminutivo busca
sin duda diferenciar esa zona de la de las mujeres.
¿Por qué? Porque sus
efectos son distintos.
A partir de aquí
podríamos caer en el error de hacer una escala desde “tetillas a tetazas”, en
la que tetillas (y tamaños próximos) serian sinónimos de nada provocador, y
tetazas, en el extremo opuesto, significaría algo tan capaz de provocar que
podría ir contra el orden público (y que por eso estaría prohibido).
Pero esto sería de
una simpleza absoluta. Vamos a fijarnos en otras cosas.
Quien prohíbe el
desnudo es el Poder, usando como excusa lo que dicen las religiones (todas).
¿Y qué dicen las
religiones? Que el sexo es malo y en consecuencia el desnudo (que lo propicia)
también es malo (aunque no haya coito, ni orgasmos).
A eso hay que añadir
que todas las religiones son, por encima de todas las cosas, machistas, y por lo
tanto a quien hay que atar en corto es a la mujer.
Según ese mandato
vemos que el resultado es que las religiones menos evolucionadas (las
islámicas) ordenan tapar a la mujer de los pies a la cabeza. Mientras que las religiones
más occidentales (a punto de ser desplazadas por el Dios Dinero) ya sólo les
exigen a las féminas que tapen el sexo y los pezones.
Tenemos pues una
nueva “escala de papanatismo” en la que a un lado estarían las religiones más
evolucionadas, que permiten a las mujeres ir bastante ligeritas de ropa y en el
otro las religiones chapadas a la antigua, que las obliga a ir
tapadas hasta el pelo, incluida la cara. (Y ojo, que estas pueden ser las religiones
verdaderas si a uno le entra la Fe de que así sea).
¿A qué se debe todo esto? Al machismo.
Por cierto, estando
muy bien que se luche contra los micro machismos, estaría aún mejor que se
empiece a luchar contra los macro machismos, cuyo exponente fundamental son
todas las religiones como servidoras del Poder.
¿Por qué debe ir
tapada la mujer? Una explicación sería que la hembra de la especie tendría un “telepoder”
(poder a distancia) por el cual, quiera o no, puede desatar el deseo en el
macho que la vea.
En ese sentido resultaría
que las religiones que obligan a tapar entera a la mujer son las mejores (para
eso de salvar el alma y luego ir al
cielo).
Máxime cuando lo más
excitante de una mujer es la cara.
Pero no nacieron por
eso las prohibiciones. La razón de la prohibición de “ver” a la mujer está en que habiendo el machismo declarado a la
mujer como propiedad del hombre (cada una seria de cada uno y la que fuera de
todos sería puta), es decir habiéndola convertido en objeto, el que los demás
hombres no sepan cómo es el objeto que el macho de turno tiene en casa es fundamental (lo mismo que ahora recomiendan
llevar joyas falsas en vez de las verdaderas, para que no te las roben).
Ocurre que en
Occidente, habiendo tenido que salir las mujeres de sus casas a las fábricas durante la 1ª y la 2ª Guerras
Mundiales (es decir habiendo irrumpido en la vida social), más habiéndose obtenido
grandes avances en la lucha feminista, en la vida hay más permisividad, y en
las leyes también.
Y es dentro de esa libertad,
por lo que en el ámbito de cada persona debe quedar la decisión de ir o no
desnuda (o desnudo).
Resumiendo. La razón
para no prohibir el top less es muy sencilla, Porque de prohibirse se le quita
libertad a la persona que quiera hacerlo.
¿Y si se excita
algún bañista varón? Ese es su problema con tal de no dar la lata, en cuyo caso el tendría que ser
el que tuviera prohibida la piscina .
¿Y los niños? Pues
resulta que está demostrado y comprobado que los que crecen en un ambiente de permisividad
no le dan mayor importancia al desnudo,
lo mismo que no se la dan al cuento de caperucita roja (se adaptan a lo que les
echen).
Pero hay más, ese
presunto varón que se pondría morado con la cerveza en la mano, si los pechos
femeninos fueran el pan nuestro de cada día no les harían ni caso.
Aunque tal vez se trata de eso, de seguir programando a los
humanos para que le den más importancia
al sexo de la que tiene.
¿Ven pues, cómo las tetas
están politizadas?
Paco
Molina. Zamora. 28 de Agosto del 2019
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