MONOEMPRESARIOS Y
PLURIEMPRESARIOS
Una nación es un conjunto de personas que, por las buenas o por las malas,
se han unido para “emprender” el largo camino de la existencia.
Es decir, la sociedad que configura una determinada nación tiene una
empresa en común.
Y es de suponer que el fin de dicha empresa sea el de que sus socios (sus
accionistas, sus habitantes, sus nacionalizados) vivan lo mejor posible.
Tenemos pues que un país,
en nuestro caso España, es una empresa con su Ejecutivo, su consejo de
dirección (congreso), sus empleados (funcionarios públicos), sus servicios
(seguridad social, educación, sanidad, justicia, defensa……) y sus ACCIONISTAS.
Lo que distingue o debe
distinguir (si queremos que haya justicia) a la “Empresa-Nación” del “Empresa
–Corriente”, es que sus acciones son únicas e intransferibles para cada
habitante (en nuestra empresa España, cada español tiene una acción de esa
empresa y sólo una).
Cada una de estas acciones individuales
nacen y mueren con uno mismo.
Esto es importante que lo sepan esos que creen que matando compatriotas piensan
que adquieren “la acción” del muerto y que cuantos más españoles maten más
españoles se sienten.
Naturalmente si cada
ciudadano tiene una acción y cada acción es tenida por un ciudadano, como sabe
cualquier empresario-común, sólo tiene un derecho cada español y además un
derecho IGUAL PARA TODOS.
El precio del derecho es el mismo para todos (el deber es igual para
todos) y el interés de cada acción también (los derechos de cada uno son los
mismos, ni uno más, ni uno menos).
¿Qué ocurriría con una
empresa- de-las-de-siempre, que repartirá beneficios sin dar lo mismo por cada
“acción”? ¿Qué ocurriría con una empresa que repartiera cargas sin dañar lo
mismo a cada acción?
Usted, lo ha dicho, si iría a pique: nadie aguantaría tal tomadura de
pelo.
Perdón, los que si la aguantarían (encantados por cierto) serían los
beneficiarios de tan desigual reparto.
Si el estado-empresa
español no reparte por igual sus beneficios, dando lo mismo a cada acción (a
cada persona) lleva mal camino (la injusticia es un barril de pólvora que estalla
cuando el estafador se entera).
¿Y cuáles son los
beneficios que reparte o debe repartir con equidad el Estado – Empresa?.
Para cada acción (por cada persona) un puesto de trabajo; para cada
español una enseñanza sin más límite que el intelectual o el volitivo; para
cada ciudadano un servicio sanitario, con lo que eso supone de sanidad (no sólo
médico, si no de metros cuadrados con techo por persona). Etc.
Resulta pues que cada ciudadano es un empresario, con igualdad de poder
respecto a la empresa-España
Aparte, hay otros españoles
que además de la acción que poseen del país, poseen otras de otras empresas,
así pues los españoles se dividen en mono -empresarios (que sólo tienen una
empresa, España) y pluri-empresarios (que tienen más de una).
Los primeros suelen celebrar el primer día de mayo, los demás el resto
del año; salvo excepciones, que en todo las hay.
Actualmente la
Empresa-Estado no cumple su obligación de dar por cada acción (a cada español)
un puesto de trabajo, y lo que es peor, tal injusticia va a seguir aumentando
año tras año, salvo que cambiemos al consejo de administración de España-
Empresa,
por uno que impida el que alguien
reciba de la sociedad más de un puesto de trabajo,
por uno que impida que algunos accionistas digan a otros, “o hacéis lo
que yo diga para que me sienta a gusto e invierta, o ni invierto yo, ni
invierte el Estado”,
por uno que impida que el estado se quede pasmado sin saber qué hacer
cuando le dicen que su competencia es desleal (¿Es leal alguna competencia, es leal
que España consienta el hambre de españoles, es leal la guerra y sus gastos?),
por uno que defienda a los que sólo tienen una empresa (España).
Y esto no es ir contra la
mayoría de los pluri empresarios pues es obvio que ellos, entre sus empresas
con minúscula y la Empresa de todos (España), pretenden que la boyante sea
esta. ¿O no?.
Paco
Molina. Zamora. Años 80 del S.XX
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