domingo, 7 de julio de 2019

ANGEL GARCÍA PRIETO. Zamora y Oviedo


ANGEL GARCÍA PRIETO.

Compas, “Ecce Amigo”, más conocido por “Ángel Palacios”, es (de todos nosotros) quien tiene, por méritos propios,  más ganado el Cielo.

Bueno, exceptuándoos a vosotras, que por el mero hecho de aguantarnos vais a ir al paraíso, directamente ¡¡¡y a zona VIP!!!.

Pero volviendo con Ángel. Decíamos que va a ir al Cielo seguro.

Aunque, paradojas de la vida; de todos (y todas) va a ser el que una vez que entre en él, exclame (en silencio, que una de sus virtudes es la discreción): “Pues no le veo yo la gracia”.

Porque Ángel, amigos (amigas) es quien, de todos, tiene, en este mundo, más calidad de vida, y con diferencia.

Podríamos dar datos objetivos que lo demuestren, pero las leyes sobre privacidad  nos lo impiden.

Limitémonos por tanto a decir que lleva una vida envidiable.

El buen talante y equilibrio emocional de Ángel es merecido  y trabajado en el tiempo. Que no basta con querer para poder.

Si habéis leído sus libros (o al menos algunos) veréis que reflejan su manera de ser.

Ángel es como Google, una fuente de conocimientos (y además una fuente que no salpica: ni con lágrimas de dolor, ni con gotas de sudor, ni con llantos de alegría). Es como si estuviera a bien con Dios.

Pero sus hechos (como a todos) le delatan.

Y así vemos que esos libros (suyos) que año tras año nos regala en estos encuentros tan fabulosos, no buscan, ni indican que él quiera nuestro afecto y cariño.

Son obsequios que reflejan su gran corazón y su carácter de persona agradecida.

Nos los da, nos los regala, para todo lo contrario de buscar nuestro afecto, nos los obsequia para recordarnos que es él quien nos quiere a nosotros.

Tal vez sea porque nos lo merecemos.

Aunque más me inclinaría yo que es porque le recordamos esa infancia en que inmensamente feliz, vivía en la calle de San Torcuato de nuestra entrañable Zamorita. Años en que, a modo de liturgia, escuchaban todos juntos, en aquella casa, el programa de radio, Matilde, Perico y Periquín

Aquellos tiempos si eran el Cielo. Cuando su familia era(mos), también,  nosotros.

Y sobre todas las cosas, claro. Su padre Antonio (perdido en el peor momento,  con sólo 16 años él). Su madre Ana (con esa inteligencia superior de todas nuestras madres, que luchó con coraje y aplomo para sacar adelante a sus 3 hijos: Antonio, que descanse en paz, Javier y el propio Ángel en el intermedio).

Familia a la que hay que añadir, como costumbre de la época, a Maruchi la fiel sirvienta.

Pero a partir de ahí, y tal vez obligado por una necesidad imperiosa de agarrase al recuerdo de un pasado inmensamente feliz, cogió un microscopio de su padre que le sirviera de reliquia, y con él bajo el brazo, avanzó con decisión, aún faltándole algo, por el que sería su camino: Salamanca,  Pamplona,  Oviedo.

Y como se hace camino al andar, debió pensar nuestro buen amigo, “cuanto más camine más camino”, y ya se ha recorrido el Mundo Entero; empezando hoy, posiblemente, la segunda vuelta.

Porque Ángel que es como si realmente lo fuera, y en consecuencia tuviera alas, se ha recorrido el planeta al completo.

Eso si especializándose en Portugal y sus fados, como bien  sabéis.

Y hablando de esto.

Dado que es psiquiatra, y en el psicoánalisis es principio fundamental el psicoanalizar al psicoanalizador, aunque en psiquiatría eso no se hace, hoy, salvando las distancias y dada nuestra osadía, lo vamos a hacer.

Veamos. Aunque en su niñez y adolescencia no existía el Centro Comercial Valderaduey, lo cierto es que muchos portugueses iban por Zamora; y en el caso que nos ocupa a la consulta de su padre, a la sazón especialista en piel. Curaciones que pagaban en especies, con conejos fundamentalmente.

Pues bien, es ese trajín de portugueses, lo que casi sin duda le marcó con un sentimiento de afecto fuerte por esa tierra hermana. Y tan pródiga en buenos alimentos.

Visto pues para sentencia el por qué le gusta tanto Portugal.

Pero, y ¿Por qué  de su devoción por el fado?

Amigos, amigas, sin duda sabéis, y espero que no por experiencia propia, que un médico especialista en piel es un medico que también cura enfermedades venéreas. Y quién no nos dice que allá, por los años 50, Pocholo, un preadolescente aún, no oía los lamentos del infectado maldiciendo su mala potra, y a la señora del pecador pedir el perdón de Dios entre sollozos, en la sala de espera.

Fado puro.

Como Ángel es reservado. Inteligentemente reservado, tanto que parece que ha hecho voto de silencio, vamos a hablar por él.

Que su apelativo cariñoso fue Pocholo, pues ya está recordado; pero….Mirad.

En Candelario (Sierra de Béjar) Ángel estuvo a punto de ser perdido para la causa (o sea desviado del camino).

Porque unas vacaciones excesivamente largas y silvestres, le acercaron con frecuencia a la sala de bailes de la localidad veraniega.

Y en unas condiciones óptimas para el ligue o pecado, pues en ese mismo verano, le regalaron un perrito llamado el Bola.

 Acontecimiento que le produjo tan gran emoción que, rompiendo su hucha,  invitó a todo el mundo a champán (entonces no escribía libros).

Naturalmente, tal dispendio dio pie a que en el pueblo le apoderaran “Millonetis” (si, a nuestro Ángel), y al chucho, claro, “Millo”.

Recapitulemos: Bien plantado, millonetis y con un perro que producía ternura, si no dio un traspiés en la pista de baile fue….porque Dios no lo quiso.

Nuestro amigo  Ángel es muy activo, cauto, sentimental, servicial y espiritualmente fuerte, con una capacidad de trabajo que amén de otros éxitos profesionales, le valió una felicitación personalizada y escrita del Rey de Portugal (que por lo visto existe).

Pienso ahora, para despedirnos, que una pandilla (por ejemplo la nuestra) es como un rompecabezas o puzle. Rompecabezas que bien rematado representa algo.

Pues bien amigos, nuestro rompecabezas sería incompleto si no hubiera existido éste “buena pieza”, esta pieza, Ángel;  que cierra el círculo de los buenos sentimientos que afloraron y siguen aflorando entre todas y todos nosotros.

Por lo tanto, que todo esto lo difunda a los 4 vientos, Radio Vetusta.

Y por Belcebú, voto a bríos, brindemos y gritemos vivas por nuestro especialísimo  amigo Ángel García Prieto.

Paco Molina. Lerma. 6 de julio del 2019. En nuestro tradicional encuentro de las Edades del Hombre.

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