JUVENAL GIL
ALONSO Y MERCEDES CASTRO MELERO.
Juvinche: Juvenal, a
lo largo de su vida ha tenido tantas parejas que por fuerza ha devenido en
“aparejador”.
Y como tal, buen e
importante aparejador, ha peritado magníficamente los acontecimientos que se cruzaron en su
camino y ha vivido una vida holgada y saludable (digna de admiración).
Aunque esto de la
salud le haya dado algún quebradero de cabeza últimamente.
Pero sigamos. Dentro
de esos deseos de aparejamiento (una constante en la vida de Juvinche), por
alguna extraña razón que se nos escapa siempre se inclinó (y fue preferido)
por las extranjeras.
Hasta tal puto fue
esa su afición que al final se nos casó con la que más le gustó (y la que más
nos gusta). Con Mercedes.
Y es que Mercedes,
sin duda alguna, reúne, entre sus cualidades básicas, amén de la belleza
(evidente), la seducción (constatable), la inteligencia (prudente), la bondad (dulce)
y el encanto (inimitable); reúne, decimos, también, una faceta fundamental para
nuestro querido amigo…. Es extranjera (bueno, de Cataluña).
Juvínche es de pocas
palabras (y por lo tanto reservado).
Una reserva
espiritual que tal vez multiplique (y multiplicó) sus encantos, haciéndole
aparecer ante las féminas como un tipo interesante (y ante nosotros como un
amigo de pocas palabras al que hay que querer y al que queremos).
Esto no quita para
que, como cualquiera de nosotros, no viva con una gran paradoja dentro.
Cuestión que nos
ratifica una anécdota dónde podemos ver
que el amigo prudente y tímido puede transmutarse a la vez en valiente, osado y
casi deshuesado.
Pues corría el año de
mil novecientos (vete tú a saber), y se le ocurrió a dos chavalines (uno él)
colocar un cartón entre dos sillas, y caminar por encima de él como si fuera el
Puente sobre el Rio Kwai.
Naturalmente el
tortazo fue morrocotudo, y entonces, lo mismo que uno de nosotros posiblemente
vio despertar su vocación de Ingeniero de Caminos a raíz de que su padre le
hacía bajar del coche para verificar, con un palo, si los charcos ocultaban un
bache o un socavón, fue sin duda un suceso como éste, el ver que los puentes
cedían si estaban mal hechos, lo que inexorablemente despertó en Juvinche su
interés por el peritaje de siniestros.
Juvenal, sabéis,
tiene mil aficiones, y aunque es perfeccionista y debería dedicarse sólo a una,
para perfeccionarla, es capaz de tener varias y disfrutarlas perfectamente.
Y así vemos, que fue
(y es, según los casos) deportista, patinador, fotógrafo, espeleólogo,
representante de artistas (Ayh! Lucia Gil), artesano del cuero, fabricante de collares
hippys. Etc.
Y sobre todas las
cosas, fue, o es, que quien tuvo retuvo, submarinista.
Debiéndose hacer
aquí una paradiña porque además de ser realmente submarinista, llegó a tener un disfraz de hombre rana.
¿Y por qué esta
fijación? Tal vez ni el mismo se lo haya preguntado, y menos ahora que recién
jubilada Mercedes pueden irse, tantas veces como quieran, a la Ciudad Encantada
de Cuenca (donde se conocieron y quedaron más “encantados” que la propia ciudad
).
Pero nosotros, como
amigos, debemos ayudarnos los unos a los otros, en este caso a conocernos a
nosotros mismo. “Conócete a ti mismo y te salvarás”, dice la máxima.
Y como hoy nos ha
dado por el psicoanálisis desvelamos el misterio de la afición por el submarinismo de Juvinche.
Corrían los felices
años 50 (horror, del Siglo pasado), y con la intrepidez de la ignorancia,
jugaban él y algún otro, a atar y desatar somieres y colchones con eso que se usa para
sujetar las cosas a la vaca del coche.
Con tan mala fortuna
para Juvenal que el maldito “pulpo” (que así se llama el artilugio) se soltó,
brusca, inopinada e incluso salvajemente, y le dio una dentellada en salva sea
la parte.
Acto cruel, por
parte del pulpo, que dejó huella.
Quedando pues claro
por qué Juvinche se trasmutó en submarinista con arpón y todo.
Cuando se ha nacido
en Zamora, y vivido la infancia en la calle de la Amargura, las amarguras no
son amargas, pero si tu casa está encima de una carbonería, las calenturas si
son calientes, ¡eh!. Juve. Pero bueno…..No sigamos por ahí.
En todo caso, que
quede claro Mercedes y Juvenal, que todos vuestros amigos y amigas, no queremos
otra cosa que la de siempre¡¡¡que sigáis siendo felices!!
Y que nos sigamos
viendo para contagiarnos momentos buenos y resumiendo años estupendos.
Así que brindemos
por Mercedes y Juvenal, para que siempre les vaya bien y a ser posible ¡¡¡genial.!!!
Paco
Molina. Lerma. 6 de Julio del 2019, en nuestro tradicional encuentro de Las
Edades del Hombre.
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