EL FEMINISMO Y SU CONCIENCIA DE CLASE

EL FEMINISMO Y SU CONCIENCIA DE CLASE.

No cabe duda de que la lucha feminista ha conseguido crear Conciencia de Género entre las mujeres.

Cosa que no han conseguido los partidos de izquierda, que incluso en este aspecto han retrocedido hasta el punto de haber desparecido, prácticamente, la Conciencia de Clase, siendo ya un hecho normal y harto frecuente que un obrero vote  a partidos conservadores.

El machismo es la estructura social que garantiza el dominio de los hombres (los machos) sobre las mujeres (las hembras) en cualquier sociedad “civilizada” (o sea, con supersticiones).

El capitalismo es la estructura social que garantiza el dominio de los capitalistas (personas ricas) sobre el resto de los mortales.

El machismo usa como célula social para su dominio lo denominado como “familia”.

El capitalismo usa como célula social para su dominio la empresa privada.

Eso no significa en absoluto que todos los padres de familia y todos los empresarios sean malas personas o actúen mal.

Pero si supone que tienen ventajas. Por centrarnos en el presente, es frecuente que el señor de la casa pueda echar una cana al aire sin que pase nada, mientras que si su santa esposa tuviera igual ocurrencia sería a los ojos de todos una puta en el sentir general .

Así mismo, en cualquier empresa, el dueño y señor de la situación es el empresario, teniendo derecho a enviar al paro o cambiar de destino a quien desee de entre sus trabajadores.

Ambas situaciones han hecho que en la historia de la Humanidad las mujeres hayan vivido peor que los hombres y los trabajadores peor que los patronos.

Con ánimo de resolver esa injusticia que perjudica a las Clases Obreras (compuestas por hombres y mujeres) surgió el marxismo, que proponía la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, con el fin de que ningún ser humano trabaje para enriquecer a otro.

Enarbolando estos principios, en 1917, triunfa la Revolución Soviética en Rusia abriendo paso a lo que sería una sociedad comunista (todo seria de todos) y todos, para entendernos,  aunque existirían empresas claro, serian empleados públicos o funcionarios.

Ante este cambio de paradigma, quienes perdían privilegios (los grandes empresarios y terratenientes) ponen en pie una contrarrevolución mundial.

Su unión (la de los miembros de la Clase Alta) contra  las otras Clases Sociales (media y trabajadora) mas la compra de voluntades (con dinero y mentiras) hace que ganen e impongan el capitalismo en la que fue cuna del anti capitalismo (Rusia) .

De tal manera ha ido todo que en este momento existe un pensamiento único que, dando por hecho que vivimos en el mejor de los mundos posibles, ha borrado de la cabeza del obrero el dejar de serlo, ha borrado de la conciencia del obrero el que es una persona explotada por otra.

Volviendo sobre la otra revolución pendiente, la que propone el feminismo y que    acabaría con el machismo, podemos observar que ha conseguido algo fundamental para sus fines.

Ha creado conciencia entre las mujeres (las afectadas) de que por el hecho de serlo están en desventaja respecto a los hombres.

Esa conciencia de género y su reclamación del derecho a ser libres (no ser  de ningún macho en propiedad) en la vida sexual, laboral y vital, ha puesto en marcha una revolución.

Ocurre que a diferencia de la comunista, que no se produjo fábrica a fábrica, empresa a empresa, sino en una revuelta general política, la revolución feminista se está produciendo por vía de los hechos, familia a familia  (definiendo como familia la mera unión sentimental de un hombre y una mujer).

Y esto está dando como resultado que los machos machistas no se unan para parar el avance feminista, sino que mediante la violencia (de género o contra género) aislada (y dentro de cada hogar) pretenden mantener el orden imperante, llegando incluso al asesinato.

No va a ser fácil por lo tanto el avance feminista (tienen que romper tabúes, mantras y costumbres), a lo que se puede añadir que los machos se unan (por ejemplo en torno  a partidos declarados machistas o antifeministas) para imponer por ley (sometimiento jurídico) que las mujeres no tengan libertad o que si la tienen no la disfruten.

Pero el feminismo vencerá. Así como la otra revolución. Que al fin y al cabo estamos en el mundo para pasárnoslo bien y punto. Que lo demás son bobadas.

Paco Molina. Zamora. 1 de Enero del 2020