GABRIEL, ALMA DE COMPA
Gabriel Guijosa, compa del alma, tenía alma de “compa”.
Estaba hecho para ser enamorado, padre, hermano, amigo, compañero, ciudadano, vecino y “compa” de todos.
Así era su alma, así era él. Lo están diciendo y contando todos.
Por eso, que sigan esas voces cantándolo, que se lo merece ese infinito amigo.
Mientras paso a contar algo frío y objetivo, por lo que considero debe pasar a ser parte de la Historia de Zamora.
Cuando el estudioso de la palanca dijo: "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, dejó sentado un principio que se puede traspasar a la política.
Eso debió intuir Gabriel cuando llegó a la habitual reunión semanal de Izquierda Unida allá por 1989 o 1990. Llevaba un montón de folios manuscritos y difíciles de leer.
Se trataba de fotocopias del Registro de la Propiedad de Zamora. Sus pícaros ojos anunciaban una sonrisa, más que contenida, reprimida, para que la sorpresa fuera aún más sorprendente.
"He ido al Registro de la Propiedad y, resulta que el Cuartel Viriato es propiedad del Ayuntamiento de Zamora", nos dijo.
Aquello era pura dinamita. Resultaba que el Ministerio de Defensa quería venderle a los zamoranos lo que era de ellos.
A Gabriel nadie en IU le encargó dar tal paso. Fue su intuición, su genialidad y su fenomenal inteligencia las que le llevaron a encontrar "ese punto de apoyo que permitiría mover el mundo, ese punto de apoyo que permitió movilizar a todo el mundo".
Por esas fechas lo que ya estaba haciendo IU era no dejar pudrirse el tema.
En el Ayuntamiento gobernaba el PP y en lo de vender el cuartel para hacer viviendas coincidía con el Gobierno de la Nación del PSOE.
Se decidió convocar a "toda la ciudadanía" para hacer una Coordinadora. El Cuartel debía ser un Campus Universitario.
En esa reunión el compa Gabriel vuelve a tener otro gesto de inteligencia especial.
Entre quienes han acudido a título personal está Ángel Bariego.
Como IU jamás ha estado en una movilización con ánimo de manejarla, Guijosa no está obligado a consultar a nadie y propone a Bariego como portavoz.
Nacía así un movimiento cívico con un punto de apoyo basado en la indignación que producía "que nos quisieran vender lo nuestro" y una imagen de "Lucha por la dignidad".
Mas, de nuevo Gabriel idea una cuestión que por su fuerza emocional seguro que dio pie al famoso “salto de la verja”.
La propuesta consiste en que la manifestación se plasme en que los asistentes rodeen el Cuartel cogidos de la mano.
Una semana antes del día "D", Antolín Martín (el Alcalde que se hizo famoso) estaba en contra de la movilización. De hecho el concejal Sr. Carro, del CDS, le pidió una ayuda económica para la Coordinadora y en una reunión nos contó que el alcalde le respondió que no la daba porque esa era una movida de "los cuatro gatos de IU".
Por cierto, en ese sentido los historiadores deberían desempolvar una noticia aparecida durante la ocupación del Cuartel, en LA OPINION de Zamora de la época y que en esencia decía que según el Servicio de Inteligencia Militar la ocupación del cuartel se sustentaba y mantenía impulsada por Izquierda Unida.
Pero volvamos al hilo de los acontecimientos.
La frase, "nos quieren vender lo nuestro", hace subir la tensión ciudadana hasta tal punto que colectivos reticentes se suman a la convocatoria, entre ellos el Ayuntamiento. (Alguien informó bien a Antolín, había que estar con el pueblo, y cambió de opinión).
Llegado el día, la cantidad de gente desborda las previsiones y la alegría de los convocantes. El cerco de zamoranos y zamoranas cogidos de la mano, rodeando el cuartel llega casi a dar dos vueltas al inmenso recinto.
La emotividad del momento sin duda alguna disipó las dudas del alcalde, y saltó la verja delante del fotógrafo de "El Correo de Zamora".
Todos, asombrados, (ese salto fotográfico era el secreto de unos cuantos) entramos también.
Se toma el cuartel. Un Alcalde del PP, gente de orden, se convierte en noticia.
Sólo en eso, en noticia y en pararrayos protector, pues su presencia hace que nadie ose entrar a reprimir a los encerrados que representan a un pueblo harto.
Durante todo el mes de la ocupación la Asamblea libre y abierta de la Coordinadora toma todas las decisiones, pero todas las mañanas Angel Bariego, a la hora de maitines, llama a Gabriel Guijosa y pasean juntos por los jardines o el patio.
Juntos y solos, analizando los datos de cada jornada, los pormenores, los pros y los contras de cada nueva situación.
Gabriel no se llevó ni un laurel, porque en pos de la victoria prefirió ser uno más, y así siguió en todas las demás Coordinadoras, que hasta tres o cuatro hubo sobre el tema.
Por tanto a Gabriel Guijosa Alloza le cabe el honor de ser recordado como “el Viriato del Campus Viriato”.
Sépalo Zamora entera.
FRANCISCO MOLINA . publicado en El Correo de Zamora
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