María de los Ángeles González Blanco
Conocida como “Mariángeles”.
Una verdadera dama.
De esas piezas de porcelana de lujo capaces de convertir un castillo en un palacio.
Mariángeles nos dejará el recuerdo de lo que es empaque, educación y profesionalidad.
Tuve ocasión de acompañarla en un viaje de estudios de su departamento- Cultura Clásica- a Mérida.
Allí, ¡cómo no!, visitamos el Teatro Romano, El Circo Romano, las Termas Romanas, el Museo Romano, el Puente Romano, los restos romanos, todo lo romano habido y por haber, y cuando por fin, agotados, nos sentamos a comer, ella, impávida y profesional hasta la médula, pidió : “merluza a la romana”.
¿Cabe mayor entrega a la profesión?
Conviene que sepas Mariángeles que en una ocasión en que antiguos y sensatos alumnos (ya ejercían cada cual su profesión) hablaban de momentos imborrables y profesoras inmejorables en lo suyo, te definieron a ti como “la mejor profesora que habían tenido nunca”.
Que nadie se pique por favor, pero no podíamos negarle esta satisfacción. Que nadie se pique; y en todo caso para quien se pique ¡el puesto queda vacante!.
Debemos de agradecerte Mariángeles que siendo de las pocas personas del centro que “sabes latín” tu comportamiento siempre haya sido ejemplar, por tanto te decimos:
AMICUS CERTUS IN RE INCERTA CERNITUR
Que traducido para quienes no sabéis idiomas significa:
“No hay mayor júbilo que la jubilación y el tener amigos a mogollón”
Suerte tuvo este centro con contar contigo amiga…… de todos. Mil besos.
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Un brindis por Mariángeles.