domingo, 7 de julio de 2013
EXCELENTÍSIMOS KAMIKAZES
Sabido es que, originariamente. un kamikaze es un piloto japonés que una vez que se queda sin bombas que arrojar, si la situación lo requiere, lanza su avión contra el enemigo.
Por extensión, también se está llamando actualmente kamikaze al conductor que se mete en dirección contraria por una autovía, no importándole su vida, no sabemos si por ir bebido o buscar un suicido asesino.
Dicho esto quiero compartir lo siguiente. La preocupación que me parece debe producir la última hornada de kamikazes.
No es que se suiciden literalmente pero podemos asimilar su conducta a un suicido, en este caso político.
La moda o histeria la estrenó el ex Presidente de España Sr. Zapatero, aunque no creo tenga la exclusiva en el tiempo, y la está siguiendo el actual Presidente Sr. Rajoy.
Si ustedes recuerdan, en determinado momento de su mandato, ZP dijo que lo que mandaba hacer era por nuestro bien, y el bien de España, etc. Y que lo tenía tan claro que lo iba a hacer aunque le costara prestigio y votos (“le pasara a él lo que le pasara” esa era la expresión).
Naturalmente ese suicido político ( o el de su partido) se hacía no por locura, si no por un extraordinario sentido del deber patrio, ya que él sabía lo que necesitaba el pueblo español, (y dando por hecho que el pueblo no sabe lo que es bueno para sí mismo).
Ahora el Sr, Rajoy ha empezado con la misma cantinela, diciendo que aplicará las medidas y las reformas que haya que ejecutar, caiga quien caiga aunque caiga él, ya que su deber, patriotismo, y el conocimiento excelso de algo oculto que los demás no vemos, se lo exige.
Estas conductas son falsas puesto que ellos no se juegan nada ya que si haces lo que quieren los ricos, los ricos siempre te van querer y no son romanos, es decir si pagan traidores.
Pero lo peor no es que esas proclamas de mesías (“me dejo crucificar por vosotros”) sean un engaña bobos. Lo peor es lo que supone que una persona, la que sea, llegue a un punto en que “iluminada”, pasa del sentir de los que le eligieron para algo, y haga lo que le da la gana, obnubilado “por una verdad revelada” que al parecer sólo él percibe: que el bien de la gente pasa por el sacrificio de la gente.
Esa conducta es salirse de la realidad, porque lo normal y lo sano, es que los políticos y más si son gobernantes, sientan la proximidad del pueblo, y se vean afectados y preocupados por las manifestaciones de este cuando sean negativas, lo mismo que se alegran cuando les aplauden.
Lo contrario, ver al pueblo como un ignorante que no sabe lo que es bueno para él, y aplicarle la medicina a tras colocarle una camisa de fuerza, sin importarte lo que a ti te pase, es un punto de locura que debe incapacitar para el ejercicio del cargo .
Hitler, Napoleón, etc, también sabían lo que era bueno para su pueblo y estaban dispuestos a ejecutar su programa de iluminados por el bien del pueblo. Y desataron guerras sin fin que no aportaron otra cosa que sufrimiento a la gente de su pueblo y otros.
Cuando un dirigente decide actuar al margen de lo que a él le ocurra, es como un globo descolgado porque se ha partido la cuerda del niño, se ha convertido en un kamikaze, y ha traspasado un punto de no retorno de una cierta chaladura.
Ojo con los excelentísimos kamikazes.
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