LAS FAMOSAS DOS ESPAÑAS.
Los conservadores, capitalistas y presunto-liberales en lo económico (en realidad falsos liberales, pues pretenden que el estado les proteja) desean una España (y lo dicen) con una estructura fuerte en lo que al orden público se refiere (el llamado orden establecido), y a la vez quieren una España débil (o inexistente) en todo lo demás.
Su fundamento es la fuerza bruta y la prohibición. Y su fin último: Que nada cambie.
Es decir la España que defienden bajo el simbólico “Una, Grande y Libre”, tendría (y tuvo durante el franquismo) como pilares básicos, la Monarquía, la Iglesia y “Nuestras Costumbres” (lo dicho, el pasado que no cambie, aunque claro si no cambia el pasado, ustedes dirán).
La España ideal para ellos sería como un Campo de Concentración (que abarcara la piel de Toro extendida) donde los elementos fundamentales sean: El orden público (el estado de derecho es cumplir las leyes de derechas); la extensión (cuanto más grande mejor aunque sea en la imaginación y en lo espiritual: somos los mejores) y dentro del cual los ciudadanos (que deberían estar felices y encantados de vivir en el mejor de los mundos para poder ser así españoles, españoles, españoles) los ciudadanos decimos, sin embargo se las deberían apañar como puedan para sobrevivir, porque todo sería privado, y con pocos o ningún funcionario (salvo las fuerzas armadas, civiles y militares).
En esta España ideal para algunos, las personas raras, o marginales (en el sentido de no responder a los parámetros falsos de la normalidad) serían tratados como marginados. Para qué les voy a contar saben de lo que hablo.
Sin embargo, la otra España es la opuesta por el vértice a la descrita.
Dentro de su territorio (en el que estarían los que democráticamente quieran estar) se buscaría que quien peor viva lo pueda hacer con dignidad y bienestar (aunque sea a base de ayudas estatales.
En esta España se pretende que todos los servicios esenciales para la convivencia y la resolución de los problemas materiales, sean de todos y bien pertrechados.
Con una sanidad pública excelente y gratuita (todos pasaremos por ella), una educación absoluta y bien dotada (todos la necesitamos), una protección social a personas dependientes, pensionistas, mayores, etc. protectora, solvente y más que suficiente: una Justicia que pueda ser rápida y ecuánime, con un mayor número de Jueces, Fiscales y Funcionarios. Etc.
Una España con todo tipo de libertades para que cada español busque la felicidad (eso tan íntimo y extraño) donde le plazca y con quien le plazca.
En esta España moderna y distinta a la del pasado (porque todo pasa) la solidaridad sería un principio fundamental y a nadie se le dejaría en la cuneta (aunque haya sido un vago)
Esto último y todo lo anterior marcan una diferencia esencial para distinguir las dos Españas.
La España Solidaria y Confortable basa su principio fundamental en el Reparto de la Riqueza y por tanto tiene que mantener los impuestos (directos, progresivos y mayores a quienes más ganen).
Mientras que la otra, la anclada en el pasado medieval, como cada español, por mucho que ame a España, va a tener que subsistir por su cuenta y riesgo (enchufados aparte) dependiendo de la suerte y la salud, los ricos (que serían los dueños verdaderos de esa España) no pagarían impuestos, y tú, ciudadano de a pie pagarías menos, con tal de que pagues los suficientes para mantener las fuerzas del orden para que te hagan entrar en razón por si te encabronas.
No tener protección social de la sociedad en que se vive es como no vivir en ella porque prescinde de lo esencial en cualquier colectivo, la igualdad y la solidaridad.
Por tanto es verdad que hay 2 Españas, y estas son.
Usted elija ahora cual le conviene; a vos y a sus hijos y seres queridos.
Y voto a voto trate de moldearla a su gusto. Eso es la democracia si todo se puede votar..
Paco Molina. Zamora. 12 de Febrero del 2019.
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