Como "a buen entendedor con pocas palabras basta", sería suficiente el prólogo anterior para que las lectoras y los lectores fuesen por ahí "contando lo que han visto y reído".
Pero... "sí hay peros que valgan", así que ahí van "por si es de menester''.
De la pre-adolescencia es fácil recordar a aquellos ciegos, que en la plaza Mercado, canturreaban emocionantes historias, en no menos emocionantes ripios
"Oigan la historia completa, de Camueso Tripa Larga, el bandido más feroz que vieron gentes humanas; al nacer supieron todos, que era de malas entrañas, pues traía los ojos bizcos, seis dedos en cada pata...".
Así empezaba una de ellas, que exige una fuerte represión para no seguir cantando que el tal la Tripa Larga "no había cumplido un mes, y le pegó a la criada, un mordisco en el cogote, que la dejó turulata".
Como no se es historiador se es CIEGO para lo que pudo pasar realmente.
Pero como somos libres y todo es OSCURO Y DUDOSO, nada impedía Hablar de Amor escondiéndose en un episodio vital de Zamora, y nada impedía tampoco darle un aire de romance de ciegos, o sea de romance de plaza de pueblo para el pueblo.
Mas "El Terco de Zamora" necesitaba vida.
Ahí está entonces un dibujante capaz de crear espíritu y armonía con el lápiz, y sobre todo capaz, a través de amistad que compartimos, de llegar a esa compenetración que le da RESONANCIA al conjunto de la obra.
Véase el magnífico dibujo de Urraca, mujer y guerrera, cargada de responsabilidad (coraza) y cargada de humanidad (liga), agotándose, como cualquier persona, entre la continua lucha de lo “sublime” (el deber) y lo “intimo” (la pasión).
EL TERCO DE ZAMORA tiene alas, gracias a los atrayentes dibujos de Paco Guando.
Y tiene música “por obra y magia” de las dotes de compositor de Pablo Tobal Sarto. Otro amigo.
(Cuando en los equipos de creación no hay amistad, no hay vida).
Con letra, imagen y sonido, EL TERCO DE ZAMORA sale al encuentro de esta tierra con todas las de ganar, simpatía, popularidad, leyenda.
ZAMORA VIRIATUDA es como esas bromas entrañables que se gastan en familia.
Resulta que la ciudad está llena de RINCONES CHOCANTES.
No se podía pues evitar la tentación de unir humor, pasado y arte.
Y así, ahí están, vertidas en "bellas anécdotas" y en "estampas para el recuerdo" cosas y visiones que nos ocupan parte del alma a los que aquí vivimos.
Viriato, la estación, la desnudez de cuerpo y campo (CoAAAAAGG)... ¡la vida de rebote!
ZAMORA VIRIATUDA no tiene música para que se oigan las carcajadas.
Aunque no se trata de que te "mueras de risa", se trata, sencillamente, de que vivas de sonrisas".
Paco Molina. Prólogo del libro editado en 1990 por José López Villa y Pascual Rodrigo
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