domingo, 24 de noviembre de 2019

Una mini vida con maxi alma




((El texto que sigue lo escribí por lo siguiente. Estaba haciendo los 3 meses de campamento, de los 15 de mili, en el Ferral del Bernesga-León-. Era 1972 y ofrecieron unos días de permiso a quien ganara un premio literario relativo al Servicio Militar. Hice esto. No recuerdo si creía en Dios, desde luego ahora no. Los tres meses citados eran Octubre, Noviembre y Diciembre. Mi padre murió al comenzar diciembre. Pude estar a su lado pues al ser todo inminente me prolongaron un día el permiso de fin de semana. No gané el premio de buen escritor,  pero merece la pena leer esto ahora para ver la de vueltas que da el mundo.)))  

UNA MINI VIDA CON MAXI ALMA 

Buaaaaahhh!. La vida empieza con un berrido. Ha nacido un chaval, y junto a la madre y el niño siempre hay alguien QUE SABE, alguien que sacude un azote tras el que empezará ese BERRIDO de todos los “recienes” por el cual SE ANUNCIAN a sí mismos.

YA ESTOY EN LA VIDA.

Cuando el joven español va a la caja de reclutas, va despotricando, hablando al galope, vamos, BERREANDO.

No va triste, ni llorando, porque eso es el llanto, y el llanto es el dolor del alma.

Ese joven repite frases y tacos desgastados por el uso, por eso  BERREA.

No llora, pues si así fuera, todo sería distinto en su alma. BERRA como el niño al nacer, porque él va a entrar en una nueva vida.

El servicio militar es una NUEVA VIDA.

Es NUEVA porque se presenta por primera vez ante uno, y es VIDA, porque una cosa que se parece en todo a la vida es que  también es UNA VIDA.

Horas después del berrido con el que anunció que vive, el niño encuentra el primer remanso, la primera paz, en los pechos de su madre.

También el recluta, ya en su C.I.R., va a encontrar su primera gran sensación, descubre que aquellas  caras que él miraba sin ver, durante el viaje de incorporación, son ahora sus amigos.

Siente por ellos AMISTAD y sabe que recibe de ellos amistad.

Ya se apagó su berrido del primer día y ahora, enlazado por la amista va a afrontar la NUEVA VIDA.

 ¿Acaso en la vida no se unen las personas en familias para disponerse a vivir?.

Desde que has ido a la caja de reclutas, estás en 1a nueva vida, pero "1a primera comunión" se hace cuando te dan el material.

En la vida ya eres soldado de Cristo, en la nueva vida, ya eres responsable, tu responsabilidad es defender la justicia.

Pero como en la vida, también en la “mili” se echa uno novia

Ya ha oído uno hablar de ella y como uno es adolescente fogoso, se impacienta por tenerla.

Así es en la vida. Y tan igual es en 1a "mili"; todos los días lo ve uno, y cada uno intuye cual es el suyo y lo mira, no lo puede coger porque está en el armero, pero lo toca.

Por fin llega la boda tan esperada, le dan a uno SU  C.E.T.M.E.

Ese día reina el nerviosismo, tanto que como el cura en las bodas, se leen advertencias.

“Quedáis nombrados marido y CETME hasta que 1a muerte os separe”.

“Has de cuidar y mimar tu CETME y él te servirá.

“No te separes de tu C.E.T.M.E., otro te lo puede coger y estropear”.

 “No cojas el del Prójimo.

Pero oh!, es tan igual la vida en el C.I.R. a la vida en la tierra que, pasada la boda, uno empieza a notar que el cónyuge es un pesado, más de 4 kilos y medio y.... ahora la instrucción con él!.

Para qué me habré casado.

Pasa el tiempo y..... el matrimonio RESURGE. Ya sabemos tirar.

La unión con la media naranja adquiere una dimensión nueva, el "hasta que la muerte os separe" se justifica, a pesar de que en días uno no estará para nada y volverá a encontrar pesado todo.

Pero un nuevo día de tiro y la nueva resurrección.

Como en la vida, en la de nuestro C.I.R. a unos les va mejor que a otros. Se cogerá la gripe (servicio de comedor) y hasta puede que te operen de apendicitis (cocina!).

Se llega a la madurez, aprendemos a desmontar a nuestro compañero el CETME y nos hemos aprendido sus partes, ya no nos une a él sólo el contacto físico o el placer del disparo, ahora existe ese cariño, ese cariño que proporciona el conocimiento de las personas y de las cosas.

Ya la vida del C.I.R., la nueva vida que encontramos en nuestra vida, transcurre placida, e incluso como en la vida real uno buscará evasiones, entretenimientos, en el cine Costerón, el hogar, las canciones en la compañía, los fines de semana.

Todo es serenidad hasta el día clave.

El día de la jura es en la vida del CIR lo que el día de la muerte a la vida de la persona.

A primera vista el paralelismo puede parecer falso, ¿Cómo comparar la alegría de la jura a mi bandera con la tristeza de la muerte?.

El día de la jura de la bandera es el último de nuestra NUEVA VIDA, de nuestra VlDA del CIR, lo mismo que el día de la muerte es a la existencia; pero además ¿acaso con la muerte no pasa nuestra alma a tener más sentido llegando a Dios?, ¿acaso con la jura no pasa la vida que se tiene como recluta a tener mayor valía?.

La diferencia de la tristeza de un caso y la alegría del otro está en que en el uno la familia queda detrás, en la tierra, y en el otro la familia te espera delante, YA SIRVIENDO A LA NACIÓN.

El día de la jura uno ya es soldado, uno ya está presto a servir a quien le dio esa NUEVA VIDA.

Se ve que existen tal cantidad de paralelismos entre la vida en el C.I.R. y la vida común que no podemos pensar que ser reclutas es sólo un paréntesis en la vida.

No, se ve que no sólo es eso, es más, es una NUEVA VIDA, pequeña, por lo corta, pero VIDA, y por tanto con un alma.

Pero no puede haber vida si no hay alma, y entonces ¿cuál es el alma de la vida del C.I.R.?: LA PATRIA.

En el C.I.R. vivimos una pequeña vida con una Gran ALMA: ¡¡¡España!!!

Francisco Molina Martínez
Nº 32
12 CIA
32 BON
C.I.R. 12
El FERRAL del Bernesga (LEON).

Otoño de 1072

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