Hacienda y el juego de las Siete y Media
Uno de los últimos partidos gobernantes se inventó una norma que el otro ha aplicado con entusiasmo.
Pero llegó la Justicia y "mando a parar".
Parece que uno de los problemas que tiene el Gobierno de turno es el cómo recaudar los impuestos que no se pagan cuando se paga algo con dinero negro.
Además, este problema se acrecienta cuando se trata de compra-venta de bienes inmuebles, sobre todo de pisos. Ya conocen el asunto. Un piso por el que se pagan x—millones, luego se escritura (ante notario) por menos, y en consecuencia Hacienda se queda sin recaudar toda la pasta que le correspondería de hacerse todo bien.
Es algo así como cuando te dan a elegir, con IVA o sin IVA, pero a lo bestia.
Ante este panorama, un Gobierno de los años 80, en vez de declarar el asunto como delito, y obrar en consecuencia, se asustó ante tanto delincuente, se acható ante la notoriedad de algunos de esos delincuentes y se apesadumbró ante tan venenoso asunto (¿no estamos en una economía libre de mercado en que vendedor y comprador pueden vetar los precios?)
Entonces, ante este problema, optó por inventar el famoso juego de "Las siete y media", aplicado a la venta y compra de pisos, locales y similares. El juego de las "siete y media" se practica, como saben, con la baraja española. En él, cada carta vale lo que vale salvo las figuras que sólo valen medio punto. Se empieza dando a cada jugador una carta y a partir de ahí, éste tiene que intentar obtener más puntación que los demás, pero sin pasarse de la puntuación sagrada. Siete y media. Además, si sacas esa cantidad ganas más, y si te pasas pierdes.
Pues bien, este jueguecito se implantó en el mercado de los pisos. Cada vendedor y comprador eran los jugadores (sobre todo el comprador) y Hacienda la Banca. Y el juego consistía en lo siguiente. Tú comprabas un piso y lo escriturabas ante notario. Entonces, Hacienda, que tiene de cada piso un informe pericial (un perito lo perita) sabe lo que de verdad vale el piso. Y comprueba si por ese piso has pagado más, igual o menos de lo que Hacienda sabe que vale el piso. Si en el notario has puesto una cifra igual a la que dice Hacienda que vale el piso ¡Premio! has hecho "siete y media", y no pierdes. Que con Hacienda no perder es ganar.
Sin embargo, si has pagado más de lo que vale el piso, allá tú por bobo, no sólo le has pagado más al vendedor, sino que también le vas a pagar de más a Hacienda.
Y ahora viene lo sublime. Si pagas menos (porque haces trampa con dinero negro, o porque el vendedor no es un avaro o porque ha bajado el precio de la vivienda), bueno, pues si pagas menos de lo que Hacienda dice que vale tu piso, has de pagar, en impuestos, lo que Hacienda dice que vale lo que tú has comprado.
Como se ve, éste es el juego de las "siete media" pasado por la Agencia Tributaria (de triturar), porque siempre se pierde, y sobre todo porque impide que se dé lo que por otro lado nunca se da, el que bajen los pisos.
El sistema indudablemente es eficaz para penalizar picardías, pero es tan juguetón que la Justicia lo ha prohibido, porque triza a los malos pero también a los buenos, a los de mala fe, pero también a los de buena.
Ahora bien, abolido el juego de las "siete media", Hacienda se ha inventado el del chinchón, y aunque no va a poder cobrar a los que habían perdido en el anterior y no le habían pagado, sin embargo a los que ya habían pagado no les va a devolver un duro.
Eso sí que es saber jugar al chinchón en la cabeza del ciudadano.
Paco Molina. Zamora. Década de los 90 publicado en la Opinión