viernes, 22 de noviembre de 2019

David Muñiz Muriel, en la memoria



DAVID MUÑIZ MURIEL

Un eclipse de Sol Negro trazó una noche de tinieblas, y él se despertó, preocupado por sus niñas, por su niña. Sara, Lucia, Maica.

Un Eclipse de Sol Negro hizo la oscuridad insoportable, y David se levantó, inquieto, queriendo proteger a sus hijas, a su amor.

Un Eclipse de Sol Negro le hizo confundir el camino y murió. Pero no ha caído en el olvido, no va a caer en el olvido.

En su funeral, que fue tristemente bello, me pareció ver, pero no estoy seguro, que sus hijitas entregaban dibujos que habían hecho para papi. Y que su mamá los colocaba con celo, con celo y con mimo, en el ataúd en el que descansaba de su bestial lucha, el humilde David.

Me pareció ver, y si estoy seguro, que David, el compa David, era alguien muy humilde, sencillo y trabajador.

Me pareció ver, pero no estoy seguro, que quien pensó en eso de “los últimos serán los primeros”, sabia de gente, muy poca y exquisita, como él.

Riendo por todo; en el paraíso de su familia y de su Universidad Laboral, fue tan sumamente feliz que se tornó frágil.

Él descansa en paz y nosotros, sus amigos, sus conocidos, su familia, no descansamos en lágrimas.

Lágrimas que engrasan la pérdida de una persona tan sumamente buena  como él.

Lagrimas que engrasan la ausencia de su disposición a ayudarnos.

Lágrimas que engrasan el quedarnos sin alguien que nos quería.

Me buscaba una vez al año, travieso de felicidad y contento como siempre, para decirme que os dijera algo en estas fechas, y ahora, extraña vida, hay que decírselo a él.

Me pareció ver, pero no estoy seguro, que si sus hijitas, tan niñas aún, le daban sus dibujos era porque debía de ser una práctica habitual en su esfera de amor, porque David era como un niño al que hay que querer, porque no hay niño al que no se quiera, porque era tierno, juguetón, con sonrisa de pillaban.

Como un niño cuando juega a un juego que le gusta, no paraba de jugar trabajando sin parar en esa Secretaria que le encomendaron.

Lugar adecuado para servir a la sociedad en el mejor sitio posible (el mejor para él, el mejor para la sociedad) dadas sus virtudes de humildad, de amistad, de servicio, de capacidad, de calidad humana.

Virtudes que no van a hacerle caer en el olvido.

David, tan niño él, será recordado como un gran hombre, porque fue un gran hombre

Que humilde fuiste amigo de todos, que grande el dolor que dejas Gran Hombre Humilde.

David: Va por ti: Un brindis agradecidos por lo que nos diste. Honor a David Muñiz Muriel.

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