Escalé yo la cucaña
La escalé yo por levante
La escalé con tanta saña
Que hasta vergüenza sentí
Desde arriba vi tu vida
Y la mía allí colgada.
Vi lo que nunca veré
Aunque ciega me quedé.
Luego he visto que “batallas”
Y las tetas me han saltado
De emoción incontenida
¡¡¡Qué valiente mi guerrero!!!
Que defiende mi puchero.
Qué razón tienen las madres
Como sus hijos ¡¡ninguno!!
¡Qué alegría y qué gran dicha!
Es esto pa las mujeres
Que los hombres sean iguales
Que si pincha nuestro hombre
Hay un millón de repuesto.
Así pues, mi amor amante
Quiéreme que si no muero
Muero de amor sincero
En los brazos de ¡¡un tercero!!
Paco Molina. Zamora. Entre 1992 y 1994
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