A comienzos del Siglo XXI ya no hay distintas civilizaciones, todas son la misma, y todas tienen una misma base, castrar los instintos de supervivencia y placer para, paradójicamente, hacernos a todos animales y además iguales, todos borregos, a las órdenes del pastor y atemorizados por sus perros.
Todas las civilizaciones son ya la misma porque todas se sustentan en los mismos pilares o columnas del orden.
En todas, la célula básica es la familia con ventajas para el macho (familia machista).
En todas, la mujer está en desventaja respecto al hombre, sobre todo a partir del principio sexual de la fidelidad.
En todas, hay ricos y pobres, y eso se ve como lo más normal y lógico del mundo.
En todas, la propiedad privada y la represión sexual son Ley.
En todas, hay monarquías o repúblicas, democracias o dictaduras, que en esencia no suponen diferencias sustanciales respecto a lo principal, salvo que donde hay “libertad política”se lucha mejor contra las injusticias económicas.
En todas, hay un apoyo explícito del poder a favor de alguna forma de religión, y en las más avanzadas el régimen se apoya en todas las religiones a la vez (sin mayor problema porque todas son iguales en lo básico-la represión sexual-).
En todas, los miembros de esas civilizaciones se creen distintos a los de otras y, para pasmarse, ¡superiores!
En todas, hay una regresión a todo lo del pasado con lo que se refuerzan los tabúes, mitos y mentiras que sirvieron para hacerles a todos esclavos, no de pueblos a los que odian, si no esclavos de sus jefes, a los que, como son de los suyos, quieren y obedecen. ¡Genial!.
Y en todas, señores y señoras, el aburrimiento es mortal. Y todo para que unos pocos vivan como dioses.
Hay quien cree que hay distintas civilizaciones o culturas.
Aún más, incluso piensan que la suya, si es la del mundo desarrollado, es la mejor, y todavía más, creen que su mundo es rico porque su cultura es la perfecta.
Craso error. Es exactamente al revés.
La cultura del mundo rico, del más progresista, es más flexible, justo por ser el mundo rico (y no al revés, por ser la mejor civilización) ya que esa transmutación de un “Dios-meapilas” por el “Dios- Dinero” ha hecho que las costumbres, represoras y atrasadas, hayan sido barridas por la búsqueda, sin tregua, sin valores y sin limite, de un dinero que nos de la felicidad que previamente nos hemos robado unos a otros:
“Ellos, los del Poder, prohibiéndonos cosas; nosotros, los esclavos-voluntarios, no confesando lo que nos gusta”.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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