FAUSTINO ALVAREZ GUERRA (BENAVENTE)
TINO: HOMBRE DE UNA PIEZA.
El material del que está hecho Tino (Concejal de IU en el Ayuntamiento de Benavente) está compuesto de discreción, solidaridad, generosidad, disposición, entrega, elegancia y saber hacer y estar.
Como consecuencia de esos componentes, el día que tuvieron a bien los compas de Benavente celebrar mi jubilación voluntaria de las instituciones, él, Tino, apareció con una bolsa color oro, como lo que él vale, que contenía una espléndida botella de un vino de Rioja, de solera, llamado Faustino I, y tres libros.
Entre que él, con su discreción y prudencia habitual, no sabía lo que hacer, y yo tampoco, amagó dos veces, y a la tercera, me entregó, casi clandestinamente, su obsequio.
Me quedó grabada la anécdota, y la cuento porque describe bien su valía y sus virtudes: discreción, sencillez, esplendidez, generosidad, afecto y cumplidor.
Y esto de “cumplidor” no es porque tuviera que haberme entregado nada. Que no debió hacerlo, aunque se lo agradezco entrañablemente.
Es porque por algún motivo, entendió que era lo que correspondía hacer, o lo que le apetecía hacer, y lo hizo.
El vino, con su mismo rimbombante nombre, está en la Sede de IU de Zamora a la espera de la primera celebración que surja.
Y los tres libros que, como me dijo, son para que llenen mi tiempo libre y mi mente no suficientemente llena (esto lo digo yo) estaban buscados con una exquisitez que le definen.
Véanse si no sus títulos:
“Un reportero en la Montaña Mágica. Cómo la élite económica de DAVOS hundió el mundo”.
“Código Mariano. Cómo desmontar a Mariano Rajoy”
“Alabardas. La Novela Inacabada de José Saramago”.
Y es que Tino es un tío exquisito; lo que en otros ambientes definirían como “todo un señor”, un caballero.
Generoso, solidario y cariñosón, Tino corre el peligro de pecar de buenazo.
Pero pecar siempre es bueno, y pecar con ese pecado supone ganar el cielo y el afecto de la gente.
Tino es la elegancia espiritual personificada. Chapeau. A descubrirse ante ti amigo.
Post Data: He hablado de él porque con su acción dio pie a ello, pero aprovecho para rematar estos escritos sobre los compas de Benavente y otros que por allí se acercaron (de Toro y Moraleja), para poner de manifiesto que valoro igualmente a quienes se limitaron a estar allí conmigo, a mi lado, dándome ese calor indispensable para la vida, y más en la vida política, tan dura si no eres caradura.
Sé que aunque no dijeron nada de palabra, su compañía era su voz, sus aplausos el regalo más valioso, sus miradas y sonrisas el compañerismo más entrañable.
Que la vida os de suerte, la lucha victorias y la amistad satisfacciones, como las que me habéis dado a mí.
Paco Molina. Zamora-26 de Diciembre del 2014