MAMÁS EN ZAMORA
Escribo en el Día de la Madre incitado por el título de la película “Todo sobre mi madre” y el Oscar que le dio Hollywood a Pedro Almodóvar por ella.
De ahí la cabeza se me fue al recuerdo del Oscar que la derecha española le ha dado al ya admirado por todos (izquierda más derecha) Antonio Gutiérrez, que fue líder sindical.
Y me acordé de los dos porque siendo los dos rompedores en su día del orden conocido de las cosas (Almodóvar hacia unas películas en las que no dejaba títere con cabeza, y Gutiérrez convocó tres Huelgas Generales contra un Gobierno que se decía de izquierdas), bueno, pues bien, siendo ambos inicialmente rompedores de , han tenido sin embargo reacciones idénticas en cuanto a sus madres, y así, Almodóvar ha acabado homenajeando en serio y seriamente a la suya, y el otro, nada menos que en un Congreso de CCOO, ante mil delegados, mencionó a la suya, siendo mayor el homenaje en cuanto que menos a cuento venia tal mención.
Ambos detalles, dignos de loa, hicieron no obstante resucitar en mi una idea ya barajada y que se comenta por su influencia en el mundillo político-social.
Se trata del síndrome de los que se da en la izquierda como contraposición con el de que se da en la derecha.
Explicar en qué consiste el síndrome HIJOS DE PAPÁ no debería ser necesario, pero por si las moscas, recordemos que es ese por el que los vástagos de familias adineradas crecen apijotándose o pijotas de nacimiento (que eso no se sabe) y son como son, que todo bicho viviente ha aguantado a alguno.
Sin embargo el HIJO DE MAMÁ, suele ser espécimen de la izquierda, a la que llega dispuesto a darlo todo. Pero tarde o pronto empiezan a hacer una verdadera carrera de éxitos sociales en la pasarela de la política, cuando no una descarada búsqueda del triunfo en la vida según el clásico concepto de éxito del sistema.
Tal motivación les viene del deseo de complacer a , a quien se busca conquistar (en afecto) ofreciéndole el regalo perfecto del Día de la Madre, “que vea QUE NO HEMOS PERDIDO EL TIEMPO”, como ellas sabiamente recomiendan siempre.
El carácter del Hijo de Mamá se forja, cómo no, en casa; cuando mamá les dice a todos y cada uno de sus hijos, mientras los tiene en la fila india de sus pechos, (pero cada uno oye sólo su melodía) eso tan bonito de que <son únicos, especiales, distintos, y no es porque ella lo diga, excepcionales>.
Naturalmente ante eso no cabe otra cosas que darle una alegría a mamá ¡triunfando en la vida! (según los cánones establecidos, que esperar a otros es agotador).
Conviene aclarar que esta clasificación de ciertos tipos de persona, no debe hacer olvidar que entre un hijo de papá y un hijo de mamá, hay un abismo, pues mientras el primero sólo es útil como consumidor de prendedores de corbata y chanelitos nº 5; el hijo de mamá tiene lo que las mujeres, respecto al ligue, definen como “arranque de caballo y frenada de burro”, es decir que durante un periodo importante de tiempo, al principio, son de gran utilidad social y luego ya depende de gustos.
Y es que como muy bien dijo Jorge, el de María José (ver Gran Hermano): “Mira mamá, podrá haber miles, millones de mujeres pero tú, para mí, eres la única que eres mi madre”.
Glup
No hay comentarios:
Publicar un comentario