“ZAMORA 10” CONTRA la ZAMORA AGONIZANTE.
De los dos últimos años que se tienen datos (2014 y 2015) sabemos que la capital de la provincia perdió, en un año 500 empadronados, y en el siguiente 600.
Por lo que es fácil deducir que en la próxima estadística anual, nos informen de que se perdieron 700, dado que lo que crea puestos de trabajo son las desgracias (carencias) de la gente, y por lo tanto, a menos gente menos oportunidades para la gente.
No hace ni un mes, la copropietaria de un establecimiento que en apariencia no le va mal, me comenta (sobre la situación de Zamora capital, y su condición de empresaria autónoma):
“Tengo la misma sensación que tuve cuando decidí irme del pueblo, hace 20 años”.
Basten estos dos datos para que se vea el caldo de cultivo que ha originado el nacimiento de la “Plataforma Zamora 10”.
“La función crea el órgano”, nos decían en Ciencias Naturales, y aquí la función (salvar Zamora, salvarnos nosotros), ha creado el órgano, el Séptimo de Caballería Empresarial.
Ha aparecido en escena pues un nuevo actor político (quien interviene, con un plan, en la economía de un territorio, está haciendo política; aunque no busque culpables, como han dicho en su declaración de intenciones estos 200 emprendedores) lo que puede espolear a las instituciones para que pasen del trote al galope.
Sus diez mandamientos, como los de la Santa Madre Iglesia, se resumen en dos:
Hay que conseguir incrementar el número de visitantes, y si de paso surge alguna industria, bendito sea Dios.
Proponen un plazo para certificar (evaluar) objetivos de 60 meses (que si dividimos por 12 de cada año) dan 5.
Es pues un plan sensato, y demasiado prudente respecto a los tiempos que propone (en 5 años la capital ha podido bajar a 60.000 habitantes, y la provincia ni te digo).
Su punto décimo (que siguiendo la comparación con los Diez Mandamientos, correspondería con el No Desearás la Mujer de tu Prójimo) es también el más raro, y folletinesco; el de crear una oficina que hiciera seguimiento e impulso del Zamora10.
¿Cobrarían los oficinistas de esta oficina? En esa colaboración púbico-privada (que quiere decir con dinero de unos y otros) ¿pasaría como con la defenestrada oficina de turismo, en la que unos ponían la pasta-las instituciones- y otros la cara (para salir en la foto)? ¿O IFEZA? ¿O SODEZA?.
Que haya un órgano coordinador o directivo que evite la inanición de los proyectos, pues vale, pero lo otro es un peligro.
Ya cobran los políticos para eso.
Además, si sale todo mal, por haber sueldos por en medio, si habría que buscar culpables. ¿Y qué hacemos con ellos si no son cargos públicos?
Bastaría con que esa ejecutiva o junta directiva, seleccionara ideas y se las llevaran a las instituciones, al tiempo que impidiera que quedaran en el olvido.
Y ello de una forma altruista. O que sus empresas les dejara, en tiempo laboral, distraer un tiempo a esta tarea.
Atraigamos visitantes como hacen en otras partes: conciertos de postín y tronio, subvenciones directas o indirectas (bolsas de productos de la tierra) a congresistas, apuestas como el ZAMORA DA. Etc.
Y al tiempo reforcemos la marca ZAMORA con ideas.
Todo lo cual es imprescindible, y además nunca arruina, porque si por algún motivo falta el dinero, con parar, basta.
Por cierto, en Galicia, la Xunta organiza u organizaba, con su dinero, súper conciertos que recorren sus provincias, porque eso da nombre y renombre, y atraen gentes.
¿No habría que exigirle eso, también, a la Junta de nuestros amores?
Paco Molina. Zamora. 23 de Abril del 2017
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