viernes, 25 de octubre de 2019

EL ALEGRE COMUNISMO (Versión completa)

EL ALEGRE COMUNISMO (Versión completa)






EL ALEGRE COMUNISMO


Autor: FRANCISCO MOLINA MARTÍNEZ  “COMPA”


Libro editado en 1988. Agotado.


Estos escritos acabados en Mayo de 1988, se los dedico a Igor y Paloma, mis hijos.



PRÓLOGO DEL AUTOR

¡Hay que ser agitadores! Cada vez más la sociedad en la que vivimos parece compuesta por personas que están , como sonadas, tras sufrir un exceso de golpes de información, de datos de propaganda..….y por eso, hay que ser agitadores; .

Despertarle es invitarle a que piense por sí mismo y que nunca deje de pensar. Despertarle no es obligarle a que haga, actúe o vote según determinadas ideas, en este caso las comunistas, no. Despertarle es ponerlo en condiciones de actuar para que luego, libre, más libre, tome el camino, los derroteros que desee o considere más convenientes para él.

Tal vez esto resulte, a primera vista, pueril y muy simple, pero lo cierto es que hay una política en acción que trata de ADORMECER a los ciudadanos de todas las sociedades con distintos procedimientos: estudios sobrecargados, televisión insípida, prensa y radio con ideario empresarial, homologación de partidos políticos robotizándolos, encíclicas de intelectuales venidos a más y, en general, electrodomésticos que no dejan ver el bosque.

Por ello, contra ese adormecimiento programado hay que emprender una descomunal tarea: ¡contra adormecimiento, agitación!. Los agitadores son necesarios.

En este pequeño libro o cuadernillo se pretende, entre otras cosas, dar argumentos para agitar la mente del lector, ponerle la cabeza a ventilar y, si es posible, ponerle también las ideas de punta….sin esperar después otra cosa que verle peinarse a s aire y con su peine.

Si el lector además de curioso es comunista, en lo que sigue, se pretende agitarle aún más que al resto. Se pretende presentarle, no unas nuevas ideas, pero si una nueva visión de ellas, que les añada vitalidad, satisfacción y alegría. Y luego….cuando un comunista recobra la brújula de la ideología, emprende camino hacia su meta y lleva la mente despierta, el alegre comunismo ¡ahí está!.

Pero hay que aprovechar este introito también para agitar.

Lo genuino de cada revolución es la valentía de las ideas que defiende. Sin embargo, hoy en día lo que sugiere la palabra revolución es violencia, resultando esto un inconveniente más para conseguir que prospere un proyecto de izquierda revolucionaria.

Por reflejos condicionados la gente, al oír la palabra revolución, encuentra que “se les viene a la mente” la idea de violencia; la revolución les parece algo violento y por ello les asusta.

Los reflejos condicionados son ese mecanismo por el cual al oir determinada canción se recuerda, casi con detalles, aquellos días en los que estaba de moda, y consisten en asociar en el aparato sensorial distintas impresiones que no tengan nada que ver entre sí. Ello se logra por sucesivas repeticiones de dos sensaciones juntas. En los reflejos condicionados se basa en gran medida la publicidad. En esta no se trata sólo de informar sobre que existe una determinada bebida, se busca también que cuando se dude qué pedir  “el primer nombre que venga a la boca” sea la marca que machaconamente entró en la cabeza a través de los sentidos.

Por ese mecanismo muchos creen que una revolución tiene que ser algo violento, que sin violencia no hay revoluciones. Eso es falso y conviene dejarlo claro.

Por el contrario, hay que empaparse de lo siguiente. La esencia de cada revolución es el triunfo de unas nuevas ideas, si es que estas son en si algo transformador, sorprendente, mágico.

Recuérdese como ejemplo la revolución por excelencia, la de 1917 en Rusia. Consistió en una serie de cambios que triunfaron arrastrados por unas ideas de rompe y rasga: PAN, TRABAJO, PAZ ¡y para lograrlo!  TODO EL PODER A LOS SOVIETS, todo el poder para los consejos de ciudadanos. Eso es lo que querían, en aquellos días y en aquellos pueblos, los que lo estaban pasando mal, y como eran mayoría acabaron con la violencia que les oprimía, transformaron el orden social, hicieron una revolución.

Pero no bastan las ideas, no bastan las ofertas. Lo revolucionario también es la determinación firme de cumplir lo prometido, y en la actualidad mucho más, cuando es fácil observar que la mentira se ha convertido en ley. Por ello, entonces, conviene recordarlo, lo que hacía revolucionarias esas ideas - por lo demás, hoy todavía tan vigentes-  era la inalterable voluntad de llevarlas a cabo, hasta el punto de que, siguiendo con el ejemplo, el Partido Bolchevique ofrece la salida más valiente para obtener la paz prometida y así acepta las condiciones que pone el enemigo para firmarla, es decir, no duda en “rendirse”. ¿Hay quien de más en cuanto a ideas revolucionarias?.

NOTA añadida en el año 2013:

En mi libro “LA ESTAFA SEXUAL” profundizo algo más sobre la  PRESUNTA violencia de las revoluciones.

SON LAS CONTRARREVOLUCIONES LAS VIOLENTAS, nunca las revoluciones. Y lo escribí así:

Suele caerse en el error de considerar que quien genera violencia, en una revolución, es la parte social que lucha por los cambios que modificarán el orden establecido a su favor. Es decir, se piensa que aquel a quien beneficia un cambio revolucionario es quien genera la violencia.

Pero no es así. Es justo al revés. El sujeto violento siempre ha sido el sector social que, como consecuencia de esa modificación del orden imperante, ha pensado que perdía privilegios. Todo el mundo puede encontrar entre sus conocimientos ejemplos de cambios revolucionarios en los que al principio no hubo violencia, y que sin embargo, cuándo se pudo reorganizar el sector perjudicado, todo acabó en inusitados derramamientos de sangre.


Capítulo II.

UNA TEORÍA

Tal vez convenga recordar lo que es una teoría. Al fin y al cabo el marxismo no es más que una teoría sobre diversas cuestiones y si se pierde de vista esta idea puede uno perderse también.

Suele ser frecuente que las personas operadas acaben descubriendo que cada vez que les pica la cicatriz, al día siguiente llueve. Ello lo van observando una y otra vez, y mientras se produce esa experiencia, están, sin ser conscientes, claro, ¡experimentando!, están realizando un experimento sin saberlo.

Cuando consideran que el proceso “escozor-lluvia” se repitió un número de veces que estiman suficiente acaban manifestando en público: “Mañana llueve seguro, porque me está escociendo la cicatriz de la hernia”. A partir de ese momento acaba de aparecer en sociedad una teoría.

Hacer pues una teoría es fácil; lo que puede ser más difícil es elaborar una teoría buena, seria, útil.

¿Cómo se puede saber si una teoría está viva, cómo se puede saber si una teoría es acertada?  Responder a esto, por lo demás algo esencial, sólo se puede hacer de una forma: ¡contrastándola con la realidad!, viendo si funciona en la práctica en la praxis.

Si cada vez que nuestro premio nobel “dice que va  a llover porque le molesta la cicatriz”, resulta que luego va y llueve, no cabe duda de que la teoría que ha creado es buena, es correcta. Ahora bien, si cada vez que anuncia lluvia ocurre que unas veces acierta y otras no, resultará algo evidente, que esa teoría no es válida, no es útil.

Utilidad, ese es el fin de toda teoría verdadera, ser útil…porque de lo contrario las teorías no tendrían razón de ser. ¿Y cuál es la utilidad de una teoría? La de permitir, por un lado que quien la use pueda explicarse cosas y por otra el ser profeta, el verlas venir. Así, cuando un electricista ejecuta correctamente los principios teóricos de la Física correspondiente, puede profetizar que va a funcionar el frigorífico, o cuando nota picores en su antigua operación puede garantizar que va a llover.

¿Tiene hoy sentido el marxismo? ¿La ideología que dio pie al comunismo tiene razón de ser en estos tiempos? Estas preguntas y con estos términos las formulan los más benévolos anticomunistas para que luego, los más feroces, rematen a bocajarro diciendo NO. “El marxismo está pasado, el comunismo es anacrónico, etc, etc.” Así analizan los intelectuales venidos a más y lo hacen con esa inocencia que poseen, no los que reciben órdenes, no, lo hacen con la inocencia que da la libertad que permite “anticiparse a los deseos del que manda”. Y no es malo que lo digan, es malo que no argumenten lo que dicen.

Es el momento entonces de repasar la teoría marxista, los principios clave, y ver si al contrastarlos con la realidad, están pasados o no sirven. Hay que ver si esta teoría- la marxista- les permite a los que la usan “explicarse las cosas”  y aún más, si ayuda a “verlas venir”.

En el capítulo siguiente se van a exponer diez principios básicos de los enunciados por Marx y  júzguese si están vivos o no, si son útiles o no, si merecen la pena (la alegría) o no, y si en definitiva no convendrá tenerlos como principios ideológicos de cabecera.


Capítulo III

TEOREMAS MARXISTAS

El marxismo no está muerto y por eso no hay que enterrarlo, y es más, ya que vive, hay que sacarlo a pasear, porque si no ¿para qué sirve?

La teoría que elaboró Marx últimamente está desprestigiada y presuntamente enterrada, por afirmaciones que se repiten vez tras vez (“repetid una mentira mil veces y pasará por verdad”). Todo ello forma parte de un fin concreto, hacer que los que no conocen los principios marxistas no los curioseen, ya qué ¿por qué va a atraer algo que dicen que está trasnochado?

Vamos a pasear por algunos de esos principios y veremos si ya no sirven para nada. Pero para ello recuérdese que el marxismo no es más que una teoría y que la forma de saber si una teoría es buena o mala consiste en preguntárselo a la realidad. ¿Sirve el marxismo para explicar y explicarse muchas cosas? ¿Sirve el  marxismo para ? ¿Sirve el marxismo como brújula que le ayude a quien lo utiliza para orientarse en la vida política?

Como nuestra civilización utiliza el sistema métrico decimal tomemos diez puntos que puedan constituir la savia de los estudios que desarrolló y aportó Carlos Marx, junto con su amigo Federico Engels, a la humanidad.

Estos puntos que a continuación se expondrán en realidad son teoremas, es decir, son leyes o principios obtenidos tras la correspondiente demostración, a partir de otros más sencillos. Quede pues, claro, que no surgieron de la nada, ni de la inspiración, sino del trabajo y el estudio; más, como no es el fin de estos escritos el demostrar lo que inmejorablemente hicieron Marx y Engels, considerémoslos como principios ya demostrados.

Aparecerán en letra negrilla y numerados, diez teoremas esenciales del marxismo y lo que sigue a continuación de cada uno es un comentario que trata de servir de ejemplo sobre la utilidad de ese pensamiento. Naturalmente se pudieron utilizar otros comentarios u otros ejemplos, pero los expuestos en el momento actual parecen los más sugestivos y adecuados. Veámoslo:

                                                           I

NO EXISTE NINGUNA VERDAD ABSOLUTA Y LO DICHO ES TAN CIERTO QUE HASTA PUDIERA SER QUE ESTO NO FUERA VERDAD.

Traducido al castellano, todo es relativo. Es decir “todo depende”. Recordado esto, por fuerza hay que asombrarse de que algunos estudiosos hablen de “principios esclerotizados de la izquierda”, cuando el citado y principal de ellos todo lo relativiza, todo lo somete a discusión.

Como consecuencia de la aceptación de este primer punto surge el “PRINCIPIO DE DEMOCRACIA”.

Si nada es absoluto todo es relativo, incluso lo bueno y lo malo y, por tanto, la democracia se convierte en una necesidad, ya que al no existir garantía sobre lo que es bueno y lo que es malo SÓLO LA MAYORIA debe decidir el camino a seguir.

También de ese arranque marxista se deriva otro importante ingrediente de la vida social, el “PRINCIPIO DE TOLERANCIA” que hunde sus raíces en la no existencia de absolutos, en la no existencia de verdades rotundas, en definitiva, en la no existencia de nada que justifique o dignifique la intolerancia o el terror.

Y también el “PRINCIPIO DE VITALIDAD” está encerrado en lo dicho, y no conviene olvidar que el principio de vitalidad es la mejor garantía para toda teoría ya que el aceptar cuestionarse a si misma está aceptando una verdad histórica; toda teoría puede ser superada, mejorada e incluso desplazada, simplemente cundo aparezca otra que explique mejor los fenómenos que ayudaba a analizar la anterior.

¿Qué otra teoría  -salvo la anarquista-  aguanta un arranque como este- no existe ninguna verdad absoluta-  que todo lo cuestiona y que, por tanto, todo lo deja en libertad?.

Vivir con este convencimiento entre ceja y ceja da alas al alma.


                                                           II

TODO LO MATERIAL Y LO QUE ENTENDEMOS POR ESPIRITUAL ESTÁ EN MOVIMIENTO Y POR TANTO EN CONTINUO CAMBIO. TODO ESTÁ CAMBIANDO CONTINUAMENTE, MANTENIENDOSE SOLAMENTE EL PROCESO, SIN FIN, DEL APARECER Y DESAPARECER.


Entender y recordar esto puede resolver las historias de muchos grupos políticos que olvidan que todo lo que se hace, aunque esté bien hecho (no digamos nada si encima está mal hecho) ¡puede ser mejorable!. Porque nada quedará quieto, nada quedará detenido en la presunta perfección, y, por tanto, el derecho y el respeto a la crítica de los que indican esas posibles mejoras deben ser tenidos en cuenta.

Nunca podrá haber una revolución definitiva. Siempre, por continuo movimiento, por el continuo cambio de la vida y de las cosas, será la sociedad susceptible de ser mejorada. Por ello, no hay que desilusionarse cuando los resultados de una revolución empiezan a ser puestos en cuestión por reformas o por otra revolución. Sólo hay que buscar la satisfacción y la alegría en ayudar, en contribuir a que los cambios sigan el sentido de la flecha, y que la flecha apunte hacia una humanidad más humana, hacia unos países en los que el que peor viva de sus miembros viva dignamente. Sin carencias materiales y sintiéndose libre, ¡¡libre para crear, libre para vivir, libre para no matar!!

El principio del continuo cambio tiene como consecuencia inmediata el dar paso al “PRINCIPIO DE OPTIMISMO”.  Al estar todo en continuo movimiento, como dice la intuición popular: “no hay mal que cien años dure”, lo que unido al hecho real de que es más fácil desplazar y encauzar lo que está en movimiento que lo que está quieto, lleva como consecuencia,  a ver con grandes esperanzas las posibilidades de llegar a este tipo de sociedades donde todo sea mejor. El cauce de un rio es más fácil de cambiar que el lecho de un lago, porque el agua del rio está en movimiento y la del lago está estancada.

                                              

                                                           III

LAS IDEAS NO SON MÁS QUE LO MATERIAL TRADUCIDO Y TRASPUESTO A LA CABEZA DEL HOMBRE. LA CONCIENCIA SOCIAL ES EXPLICABLE PUES, EN CUANTO QUE CADA HOMBRE ES UN SER SOCIAL. SOMOS LO QUE SOMOS EN RELACIÓN A LOS DEMÁS.

 También este teorema marxista, este trozo de la teoría elaborada por Marx, ayuda, al que lo quiera utilizar como brújula, para no perderse en las montañas de acontecimientos que se suceden cada día.

Así por ejemplo, aceptándolo, es más fácil explicarse por qué las cosas se ven de distinta forma desde la oposición que desde el poder, o, dicho, mejor, el por qué en el poder se ven de otra forma. Suele atribuirse este cambio a que en el poder, uno, a la fuerza, se vuelve más sensato (conservador) debido a la responsabilidad del cargo, pero no es por eso por lo que uno parece otro. No, no es porque el poder supone mayor responsabilidad, es porque el poder supone mayor cuenta corriente y claro….surgen las debilidades.

Así que será mejor mantener la vigilancia sobre lo que ganan los políticos para que así sigan viendo las cosas como las ven aquellos a los que representan  ( “Cuando un hombre público gana más que una mujer pública, corre el peligro de prostituirse” )

                                                           IV

EL CONJUNTO DE LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN ES LO QUE FORMA Y DA LUGAR A LA ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LA SOCIEDAD, LA CUAL A SU VEZ ES LA BASE DE LA SUPERESTRUCTURA POLÍTICA Y JURÍDICA. EL MODO DE PRODUCCIÓN DE LA VIDA MATERIAL CONDICIONA EL PROCESO DE LA VIDA SOCIAL, POLÍTICA Y ESPIRITUAL.

Según el filósofo español Ortega y Gasset todo ser humano es él y su circunstancia  (“Yo soy yo y mis circunstancias”). Para Freud, aceptado lo anterior, resultaría que la circunstancia que más condiciona o influye en el hombre seria la sexualidad, y para Marx, la circunstancia clave, la que más impregna la conducta de la perdona sería la situación económica.

Se puede dar la razón a los tres pues parecen tenerla, y además resulta ameno y divertido observar a las personas bajo las tres caras de ese prisma: sus circunstancias, sus vivencias de placer y su condición económica.

Conviene detenerse en este punto porque tal vez uno de los pecados capitales de los comunistas en activo ha sido su especie de miedo reverencial a reconocer políticamente la trascendencia que tiene para la felicidad de las personas la realización sexual, y por tanto la alienación, la esquizofrenia que supone tener que esconder en el desván de sus principios fundamentales el “PRINCIPIO DE PLACER”.

Como teoría para comprender el comportamiento de una persona es muy útil empezar aceptando que cada ser es él y sus circunstancias (es decir, que cambiando estas también de alguna manera cambiaría la persona).

Sobre la trascendencia del sexo como placer, aparte del análisis íntimo de cada persona, está el hecho de que cualquier estudio basado en ciencias de la naturaleza, o en ciencias sociales, demuestra e indica la enorme influencia de la atracción sexual. En el amor es el ingrediente fundamental y, por tanto, determinante para sentir felicidad en ese campo.

Ha ocurrido, sin embargo, que siendo la sexualidad una fuente de placer fácilmente accesible, la historia de la civilización (al menos la occidental) ha seguido extraños derroteros y hoy la búsqueda real de caricias, comunicación y placer ha sido desplazada por la búsqueda de dinero.

Surge así el factor económico que se va a convertir en circunstancia fundamental y trascendente de la conducta humana. Resulta que el dinero que, al comienzo, sólo es un medio de facilitar los intercambios de mercancías, acaba siendo un medio que facilita, si se tiene, la búsqueda de placer.

Pero, a su vez, la importancia del dinero como fuente de poder acaba  haciendo que pase a convertirse, de “medio para conseguir algo”, en un fin en sí mismo.

Así el tener dinero por tenerlo se convierte en meta. El dinero pasa a ser un fetiche, un objeto de amor y deseo, y eso, hasta tal punto que desplaza en el corazón el objetivo natural (de la naturaleza), de desear placer, de facilitar la vida.

Hoy el dinero ha eclipsado todos los demás valores, todos los demás principios naturales de la persona; por eso se vive en continua alteración (se vive fuera del recinto natural del ser humano que es su cuerpo), se vive en plena esquizofrenia, con un ser íntimo que se tiene guardado bajo siete llaves en la cárcel del cerebro, y con otro ser exterior, que, a fuerza de ser real (el que se realiza) acaba siendo definitivo.

La condición económica ha acabado arrastrando y obsesionando al hombre y por ello guerrea, mata y desperdicia la vida desde hace siglos, en busca de dinero.

Mas, si esto lo condiciona todo o condiciona la mayoría de las cuestiones (en gran medida), sólo hay que resolver políticamente este problema para que lo demás cambie por sí mismo.

La sociedad, el pueblo, sólo espera, sólo quiere de los políticos que les resuelvan su “problema económico”, por ello no hay mayor revolución que resolver ese problema, y, además, no hay otra revolución.

El pueblo quiere que le resuelvan sus carencias económicas y que le dejen luego la posibilidad de utilizar se adquirida libertad.

NOTA del año 2013:

 Tal vez esto último lo matizaría. Siendo en esencia la revolución esencial la que resuelva el problema de la economía (reparto de riqueza y no explotación de un humano por otro humano), considero que otras revoluciones como la sexual, la feminista, la ecológica, etc., pueden ir avanzando lo que las circunstancias les permitan, para resolver lo que buenamente puedan o para contribuir, por acumulación, provocando la revolución económica.

                       

                                                           V

LA HISTORIA DE LAS SOCIEDADES ES LA HISTORIA DE LA LUCHA DE CLASES, LA LUCHA DE LAS CLASES SOCIALES, QUÉ, MAS O MENOS ABIERTAMENTE CONSERVA EN SU SENO CADA SOCIEDAD  SEGÚN LAS ÉPOCAS: HOMBRES LIBRES vs ESCLAVOS, PATRICIOS vs PLEBEYOS, SEÑORES vs SIERVOS, EMPRESARIOS vs OBREROS. EN DEFINITIVA OPRESORES vs OPRIMIDOS.

Para certificar la defunción de Marx, aquellos a los que corresponde esta tarea (hay encargados y voluntarios para todo), dicen que en la actualidad la idea de la lucha de clases no tiene sentido pues estamos en una sociedad compleja con distintos e interrelacionados estamentos.

Ocurre, sin embargo, que Marx nunca habló de sociedades con sólo dos clases nítidas. Pero, mira tú por dónde, la sociedad, como la conocemos por aquí, lleva camino de ser una sociedad con sólo dos clases de personas. Obsérvese si no; resulta que para progresar y para salir de la crisis dicen que “hay que incentivar la iniciativa privada”. Es decir, unas personas (las que menos tienen) han de incentivar (animar) mediante el sacrificio (renunciando a un buen sueldo, en el sentido de suficiente), a otras (precisamente las que más tienen) para que se sientan incentivadas y a lo mejor inviertan.

Para que se entienda bien, es como si el pobre Lázaro, que se alimentaba con las sobras  del Rico Epulón, tuviera, con el fin de salir de su situación, que contribuir a hacer aún más rico a Epulón para que así le sobraran más cosas y, tal vez, algunas llegaran a Lázaro.

Se pretende entonces dividir la sociedad en dos; lo que han de incentivar (sacrificarse) y los que han de ser incentivados (que son los que tienen aval de los bancos o sea, los que más tienen).

Hoy, los poderosos lo tienen más claro que muchas personas de otras clases y lo dicen sin tapujos. Su discurso es: “hay que ser competitivos para poder vender en el extranjero. Eso sólo se consigue –añaden-  produciendo más y reduciendo los salarios”. Después (decimos nosotros) ese aumento de las rentas –de ellos-  producirá el milagro de que puedan ganar más aquellos a los que hoy se les pide que ganen menos.

Los que creen en este razonamiento son los mejores defensores de la tesis de que existen clases sociales. Ellos pertenecen, o defienden, a la clase alta (la que vende los productos que fabrican otros, los de las clases inferiores) y les piden un sacrificio (que ganen menos) con un argumento ilusorio y falso, ya que si se acepta lleva al absurdo.

Obsérvese: supongamos que los trabajadores aceptaran el razonamiento sin rechistar, e incluso, encantados; entonces, indudablemente los productos que ahora salieran de las fábricas serían competitivos (más baratos que otros análogos) con lo cual las ventas se dispararían, Como consecuencia de ello el rico propietario de la fábrica se enriquecería aún más y más.

Ha llegado pues momento de que nuestro satisfecho e incentivado empresario aumente el negocio (que cree ¡por fin! puestos de trabajo) y aumente, a su vez, el sueldo de sus comprensivos trabajadores.

Pero claro se olvida (se oculta) que ante un argumento “tan inteligente” lo lógico es que todos los entiendan y apliquen; es decir, que en otros países también habrán decidido ser competitivos (vender barato) y para ello los trabajadores de esos países aceptarán por los mismos motivos, que les reduzcan sus pagas. Con lo que nos encontramos con que el generoso empresario de nuestra historia, al tener ante sus ojos los últimos estudios del mercado, verá con pavor que la competencia vuelve a vender más barato, y que , por tanto, no le va a quedar otro remedio que pedir otra vez a sus asalariados (la clase obrera) un nuevo sacrificio. Y así, tras hacer lo propio (y de nuevo) la clase obrera de otros países el sacrificio, y de repetir (otra vez) el proceso el nuestro, se seguirá un continuo toma y daca que llevaría al absurdo de que los propietarios de las fábricas no pararían de enriquecerse y sus trabajadores de empobrecerse. ¿Hay o no, entonces, clases sociales?.

Nota: Queda visto que la teoría de que la economía de un país debe basarse en que una parte de la sociedad “incentive” a otra, no solo no es válida, como ha demostrado la práctica, lo cual bastaría, sino que tampoco es válida en el terreno teórico y dialéctico, es simplemente un engañabobos.

                                                           VI

LA FUERZA DE TRABAJO DEL HOMBRE ES UNA MERCANCÍA, ALGO QUE SE COMPRA Y SE VENDE EL “VALOR DE USO” DE ESTA MERCANCIA ES EL DE SER FUENTE DE VALOR.

Todo el que trabaja para otro le vende fuerza de trabajo, y el que compra dicha fuerza lo hace porque le produce valor. ¡Quién crea riqueza es el trabajo!

Toda mercancía, todo lo que se vende, tiene dos clases de valor.

Uno es el “valor de cambio” (por ejemplo, en el caso de este libro, el valor de cambio es el precio que el comprador ha pagado por él),

y otro es el “valor de uso” (siguiendo con el ejemplo, a lo más casual el valor que le ve Vd. a este libro y que le movió a adquirirlo, es que le viene muy bien usarlo para calzar una mesa que cojeaba).

Pues bien, la razón por la que el empresario “compra” la fuerza de trabajo del obrero es porque la usa para que le cree una riqueza que él solo no podría crear.

Esto conviene recordarlo para que no se avergüencen todos aquellos a los que los electrodomésticos no les dejan ver el bosque de la clase social a la que pertenecen, si es que viven de vender su fuerza de trabajo.

¡Quién crea riqueza es el trabajo! Y hay que repetirlo porque es necesario.

Y es necesario por varias razones: porque es lo cierto, porque es beneficioso para que los que viven de su trabajo, o que no pueden vender otra cosa que su trabajo, recobren su autoestima, y es necesario repetirlo para contrarrestar ese eslogan del capital que en su actual momento de victoria ideológica se está imponiendo, y que no es otro que el eslogan de que el empresario crea riqueza.

Si así fuera, si fuera el empresario quien crea riqueza, la humanidad no hubiera progresado, por la sencilla razón de que hubo épocas y pueblos donde no había empresarios, mientras que lo que siempre existió fueron hombres y mujeres trabajando.

Ni siquiera es cierto en esencia que el empresario cree puesto de trabajo. El empresario, en su permitido derecho, opta por invertir su capital con el único y exclusivo fin de aumentarlo, y si crea puestos de trabajo es porque no le queda otro remedio (la prueba está en que cuando lo tiene lo aplica y por ello las máquinas sustituyen a los trabajadores).

Por lo tanto no es correcto decir que el empresario crea puestos de trabajo, ya que se induce a creer algo que no es así. Un ejemplo chocante lo puede aclarar: Cuando alguien va a hacer una visita al retrete no se le ocurre decir a nadie que dicha persona “va a crear olor”, se sabe que va a lo que va, y lo otro, es pura carambola.

Esto es importante, porque una cosa es la existencia de iniciativas privadas y otra el que hipnotizados por el supuesto de que “el empresario crea riqueza y puestos de trabajo”, se ponga todo el estado a su servicio, con subvenciones, condonación (perdón) de deudas, permisividad en normas  de seguridad, posibilidad de despidos sin motivo y sin indemnización, grandes ayudas económicas por contrato realizado, etc.

Cada mercancía tiene dos valores, el de uso y el de cambio. Este libro que lee tuvo para Vd. un valor de cambio que no es otro que el precio que pagó por él. Pero además tiene un valor de uso, más indeterminado, más personal, que consiste, simplemente, en el conjunto de razones por las que consideró útil adquirirlo.

Todo el que vive de su trabajo, vive porque vende su fuerza de trabajo, y puede vender esa capacidad porque hay alguien que se la compra.

Aquella persona o entidad que compra esa fuerza de trabajo lo hace porque para él (para el comprador) lo útil de esa fuerza de trabajo es el hecho de que crea riqueza, es decir, el empresario o la empresa o el Estado, compra la capacidad de trabajo de una mujer o un hombre ¡porque el valor de uso de la fuerza de trabajo está en que crea riqueza! (El valor de cambio está en la cantidad bruta en euros que reciba el trabajador).

Actualmente hay como un sentimiento de deshonra en sentirse trabajador. No es que se quiera presumir de ser vago, es que no se quiere ver nadie en el espejo; pero el asunto es simple, si alguien, que hoy trabaja, no pudiera vivir (no nos referimos sólo a subsistir) sin un trabajo, aunque le incomode, es un trabajador o una trabajadora, por mucho que gane.

Obrero no es sólo el trabajador de mono, lo mismo que trabajador no es sólo el que recibe un salario moderado. A esa clase social pertenecen, quieran o no, todos los que para vivir han de vender su fuerza de trabajo. Ocurre que, o no son conscientes de ello, o no quieren aceptar eso, con lo que, tanto en un caso como en el otro, lo que acontece es que no tienen conciencia de clase.

Los parados, aquello que ofrecen su fuerza de trabajo pero nadie se la compra, pertenecen también, obviamente, a la clase trabajadora.


                                                        VII

LA PLUVALÍA ES LA PARTE DEL VALOR CREADO POR EL TRABAJADOR QUE NO ES REMUNERADA POR EL CAPITAL. LA PLUSVALIA SE AUMETA PROLONGANDO LA JORNADA DE TRABAJO O (Y) REDUCIENDO EL TIEMPO DE TRABAJO NECESARIO PARA PRODUCIR LA MERCANCÍA.

Los estudios de Marx le llevan a la conclusión de que lo que paga el patrón al obrero no es todo lo que éste le da, no es todo lo que corresponde al valor que crea.

Le paga menos, es decir, el trabajador entrega en riqueza al jefe más de lo que éste le paga en euros. Esa diferencia es la plusvalía, y la plusvalía es la madre del cordero del sistema capitalista.

Como, cuanto más plusvalía más ganancia, nos encontramos con la siguiente paradoja: Todo el mundo dice estar contra el parao y sin embargo éste aumenta.

Pero claro, como en toda paradoja, en cuanto se hurga un poco en ella, se desvanece y todo “nos lo explicamos mejor”.

¿Por qué si todo el mundo está contra  la guerra sigue habiendo guerras y amenazas de guerras? Porque alguien miente, y así es, no todo el mundo está contra la guerra, y fundamentalmente no están aquellos a los que les produce pingues beneficios.

Pues lo mismo ocurre con el paro ¡no todo el mundo quiere que desaparezca el paro!

Gracias al paro los empresarios fuertes ganan más, ya que, por un lado los obreros con trabajo están más moderados por miedo a perder el empleo, y, por otro, los gobiernos justifican todas las ventajas (subvenciones, exenciones, leyes laborales a gusto del patrón, etc.) que otorgan a los que más tienen, con la coartada ante el pueblo de que así se combate el paro. Y aún hay más, con el paro, la sociedad en general, aumenta su grado de competitividad, exacerbándose el individualismo y la anti solidaridad, con lo cual resulta que la gente va descaradamente a lo suyo y pasa de organizaciones sociales, lo que, como consecuencia, trae una mayor indefensión de los débiles.

No se puede esperar la solución del problema humano del paro a partir de las ideas que aporten aquellos a los que directa o indirectamente les beneficia.

El paro sólo puede ser atacado con contundencia mediante la reducción de las jornadas de trabajo, es decir, repartiendo el cada vez más escaso trabajo necesario.

Pero claro, como reducir la jornada de trabajo va contra la plusvalía que se lleva el capitalista, la resistencia por parte de las organizaciones empresariales a esta medida es total.

Sin embargo la reducción de la jornada de trabajo no tiene por qué suponer un colapso económico ya que la otra forma de conseguir aumentar la plusvalía consiste en producir la unidad de mercancía en menos tiempo, cuestión que no ofrece ningún problema ante la sofistificación y eficacia de las nuevas tecnologías;  lo que ocurre, lo que está pasando es que la “ansiedad bancaria” parece ser consustancial a la clase dominante, que no acepta ganar algo menos para que así todos vivan, en conjunto, mejor.


                                                           VIII

EL CAPITAL, CREADO POR EL TRABAJO DEL OBRERO, OPRIME AL TRABAJADOR, ARRUINA AL PEQUEÑO PATRONO Y CREA UN EJÉRCITO DE PARADOS.

¡Chapeau, Marx, chapeau! Esto es como para descubrirse. Resulta que Marx, al que tachan, los que todo lo saben, de pasado de moda, podría presentarse tranquilamente a un concurso de profetas y ganarlo, con la anterior afirmación, que hizo ¡en el Siglo XIX!.

Pero ocurre que no se trata de una profecía, se trata de una conclusión obtenida del estudio y análisis de una teoría.

Y hoy vemos cómo, en la parte rica y poderosa del globo terráqueo, o sea, donde mejor se vive del planeta, los trabajadores se sienten oprimidos por miedo al despido, por la inestabilidad en el empleo.

Los pequeños patronos caen en la ruina económica, o en la ruina de un combate sin fin y sin tregua, contra la feroz competencia de los grandes, que les obliga ya, entre otras cosas, por ejemplo a abrir los sábados por la tarde.

Y respecto al ejército de parados, ahí está, aumentando con mayor o menor rapidez años tras año.

(Por cierto que sobre el aumento del paro es estremecedor ver a unos o a otros atribuir el aumento o la disminución a hechos coyunturales como puedan ser el fin de de una estación del año o el turismo u otras inclemencias de la economía. No hay que agotarse en esta dialéctica del mes a mes, el paro aumentará si se sigue trabajando a favor de los patronos sin más).


                                               IX

TODAS LAS COSAS Y CUESTIONES, TODO EN TODO, ESTÁ RELACIONADO.

Esta formulación es de una sencillez y de una eficacia para explicar y explicarse cosas, que no puede por menos que asombrar el poco uso que se hace de ella.

Lo psíquico y lo material son un continuo; el cuerpo y el alma la misma cosa; lo sindical y lo político no tienen frontera natural que los separe; la vida personal y la pública podrán ser más o menos esquizofrénicas, pero una repercute en la otra y al revés; la injusticia social y la inseguridad ciudadana son magnitudes directamente proporcionales porque vibran al unísono; nuestro lugar social y nuestra forma de actuar se sugestionan una  a la otra, etc. etc.

Por eso, cuando alguien dice, “no hagamos política”, pretende no sólo hacer política sino que busca además situarse lo mejor posible en la línea de salida, para hacer después proposiciones que a poco que se las hurgue, se verá, que son deshonestamente políticas.

Y como todo en todo está relacionado también los marxistas y los comunistas reciben el maléfico influjo de la sociedad competitiva, y bastante inconscientemente acaban por “competir”, dando así lugar a los personalismos y a las guerras personalistas.

Conviene aclarar que el personalismo no es que una persona destaque por sus capacidades y méritos hasta tener más renombre que el grupo, no, eso es bastante bueno. Personalismo es que alguien considere su propia persona como digna de culto y reverencia porque es el mejor, y cuando está en la cumbre  resulta que ya no sólo es el mejor sino que, también es único, y a partir de ahí hay que seguirle, no contrariarle y ayudarle entre todos a pasar de héroe imaginario (en su cabeza) a héroe real.

Es chocante que entre gentes de  izquierdas, que al optar por apuestas “perdedoras” en una sociedad capitalista (propaganda cultural en contra, prevención hacia ellos para determinados puestos de  trabajo, etc.) dan prueba de una cierta fortaleza de ánimo, resulta que no tengan también fuerza para reprimir esos ramalazos de vanidad y competitividad que, si es lógico tenerlos (todo está relacionado y somos hijos de una sociedad competitiva hasta la ferocidad, recuérdense los celos entre hermanos) más lógico  aún es reprimirlos en aras de la victoria del grupo, de las  ideas del grupo.

Es absurdo jugarse hasta la vida, como en muchos sitios y momentos se la han jugado los comunistas, y no jugarse la vanidad  que a algunos dirigentes les lleva a disputarse el título de Redentor de la Clase Obrera, de forma tan sorprendente que, no sólo pretenden “salvar al proletariado”  sino que quieren ser ellos el Salvador, y si él, Fulanito de Tal, no consigue ser el Sacrificado que Libere a los Oprimidos (o sea el Redentor) prefiere que nadie libere a los oprimidos, porque los liberarían mal, con lo que resulta que estos deben seguir otro montón de años en circunstancias desfavorables hasta que alguien les libere bien.

“Todo en todo está relacionado”, así que también habrá que recordar que pasando de política no se pude evitar estar en política, siendo la única diferencia, entonces, que quien pasa de política se encontrará en desventaja ya que no se le tendrá en cuenta.


                                                                       X

UNIDAD.

ESTE IMPORTANTE PRINCIPÌO UNIVERSAL LO RAZONA MARX DE FORMA APLASTANTE.

DICE ASÍ ESTE PUNTO: LOS EMPRESARIOS TIENEN DERECHO A GANAR MÁS. LOS OBREROS TIENEN DERECHO A GANAR MÁS.

PERO AMBOS DERECHOS SON CONTRAPUESTOS (es esta un contradicción antagónica).

 ¿QUÉ OCURRE ENTONCES CUANDO SE ENCUENTRAN FRENTE A FRENTE DOS DERECHOS LEGÍTIMOS?

¡QUE PREVALECE,  QUE SE IMPONE, EL MÁS FUERTE!.

Para el trabajador  -quien vende su fuerza de trabajo a otro- sólo hay una forma de hacer que su derecho a ganar más prevalezca sobre el del empresario, ¡asociándose con otros trabajadores!

Para quien sólo puede vender su fuerza de trabajo sólo la unión con otros puede darle capacidad para hacerse respetar, es decir, para hacer respetar sus derechos.

Sin comentario porque se comenta sólo, aunque tal vez convenga observar cómo los empresarios, de los cuáles el más tonto hace relojes., parece que entienden a Marx mejor que los obreros pues aquellos están todos en una sola organización mientras que estos, pasando de Marx y del sentido común, tienen organizaciones para todos los disgustos.


LAS REVOLUCIONES SON PACÍFICAS. LAS CONTRARREVOLUCIONES VIOLENTAS

Se han recordado aquí algunos puntos importantes del entramado ideológico que constituye la teoría elaborada por Marx. Tal vez sólo queda, en este aspecto, el hacer un comentario sobre el término .

En la actualidad las palabras “marxista”, “comunista” y “revolucionario”  se presentan ante la mayoría de la gente como sinónimos, como términos que suponen lo mismo. Sin embargo, no producen la misma sensación, ni tienen socialmente el mismo valor.

El concepto revolucionario es, actualmente, mucho más estimado que los otros dos por el conjunto de la sociedad, hasta el punto de que, incluso, la derecha, el poder, dejó de luchar contra la Revolución y decidió prostituirla haciéndola hija adoptiva.

La evolución de la humanidad y de las sociedades es imparable. Mientras que “la revolución es un salto brusco”, surgido por necesidades de las clases sociales oprimidas, dentro de esa evolución, de forma tal que, aquello que por otros caminos podría haber tardado lustros se produce en un breve periodo de tiempo.

Históricamente las revoluciones (que son saltos hacia adelante, al contrario que las involuciones, que son saltos hacia atrás) suelen ir acompañadas de una cierta violencia pues al perder el poder, y por tanto dinero y prebendas, una clase social (la dominante en el momento) y sentir esa pérdida como algo no esperado (no les da tiempo) reacciona contra el pueblo y sobre todo contra el grupo político que haya sido dirigente en esa revolución.

Sin embargo, no es la revolución hija de la violencia. La madre de esta peste de la humanidad, de la violencia, hasta ahora no es otra cosa que el deseo del poderoso de mantener su poder sobre los débiles, aunque estos sean mayoría, y esto es tan así que hasta hoy aún no existen pruebas democráticas de que llegando al poder un partido de izquierdas por voluntad popular en las urnas y con un programa de revolución social, la clase dirigente haya respetado, ni el programa, ni al partido que lo presentó y ni tan siquiera que haya respetado la decisión soberna del pueblo.

Cuando las derechas sean civilizadas las revoluciones no tendrán que desembocar en violencia.

Hoy en día proclamarse revolucionario sin haber hecho ninguna revolución sólo puede consistir en comulgar con ese otro principio marxista de que LA REALIDAD NO BASTA CON ANALIZARLA, HAY QUE TRASFORMARLA…..y ponerse a la tarea.

Por último, como no es sano evitar siempre las tentaciones, permítase este guiño para finalizar con estos comentarios sobre los fundamentos del marxismo.

Miren, a los marxistas nos gustaría darles la razón a los múltiples intelectuales que dicen que nuestras ideas están putrefactas y pasadas, de verdad que nos gustaría darles la razón; pero claro, si no la tenemos no se la podemos dar, y si la tenemos ¡no tenemos por qué dársela!..a pesar de lo peligrosos que son los intelectuales sin razón.




CAPÍTULO IV



LA SITUACIÓN DEL COMUNISMO EN LA ACTUALIDAD

(((Nota del año 2013:

Lo que sigue fue escrito en el año 1988. No obstante, como la revisarlo veo que conserva gran parte de su vigencia, si no toda, opto por conservar el capítulo. Eso si añadiendo otra nota al final sobre la caída de los Países del Este que entonces no se había producido))).

Para este análisis conviene considerar el mundo dividido en tres grandes grupos de países. Por  un lado estarían los gobernados por partidos comunistas, por otro, los países desarrollados o ricos, y por último, lo países pobres o resto de países.

Países gobernados por partidos comunistas.

Sobre estos y antes de cualquier otra consideración conviene recordar que no se trata de de sociedades comunistas, ya que éste estadio en un comunidad supondría haber llegado a la meta y además a una meta donde todos se sentirían integrados, pues nadie en sus cabales puede rechazar un estado de cosas donde    sus posibilidades y reciba según sus necesidades>
, donde ningún hombre o mujer sea explotado por ningún hombre o mujer y donde todos se sientan libres y no alienados.
Quede pues aclarado que ese feliz estado de cosas no sólo no existe aún sino que nadie dice que exista. Lo que ocurre es que la derecha, en cuanto puede, y puede mucho, vende (o regala) la idea  de que el comunismo es lo que hay en los países donde gobierna el partido comunista, y lo hace con la intención, no ya de combatir la construcción del proyecto, sino con la más astuta de combatir también la utopía (que no es otra cosa que un fin lleno de dificultades para llegar a él, pero que se puede alcanzar), y lo hace para que de la sensación de que no merece la pena ni siquiera ponerse en camino hacia el comunismo social.

Sobre el tipo de países que se está comentando y el estado actual del comunismo (entendiendo como tal la fuerza del proyecto) es fácil convenir que, a pesar de las dificultades vividas y la falta de ciertas libertades, el hecho de que materialmente esas sociedades, por comparación con ellas mismas, tengan más bienes que en tiempos pasados, unido a que los ciudadanos cuentan con trabajo, educación y sanidad, hace que haya que suponer una cierta conformidad con sus distintas situaciones, que podrá verse reilusionada o ilusionada , según los caos, con los recientes momentos de flexibilidad, apertura y nuevas libertades.

Es necesario, al margen de lo dicho, comentar dos cuestiones de una cierta relevancia dialéctica.

Una. Los pensadores del capital dicen que la prueba de que la derecha es para los pueblos mejor que la izquierda está en que las dictaduras de derecha acaban, mientras  que las de izquierda están ahí año tras año.

¡Inaceptable! No se puede dejar pasar ese razonamiento por ser falso en su conclusión. Si las dictaduras comunistas perduran es por la elemental razón de que nadie se va a las barricadas si tiene el  estómago lleno, trabajo, educación gratuita, sanidad, jubilación garantizada, etc.

Lo dicho no quita para que se reconozca que la situación de dichos países es específica de ellos, no exportable y si muy mejorable en otros aspectos.

El estilo Stalin (que por cierto no se debe olvidar que fue seminarista, y decir esto no es para ofender a nadie pero si para defenderse de otra burda patraña de los ideólogos conservadores que tratan de hacer creer que Stalin no podía ser de otra forma ya que así acaba siendo, según ellos, cualquier comunista). Bueno, pues, según se decía, el estilo Stalin convirtió modelos a imitar en modelos a evitar. Fue un accidente.

Más, por el contrario, las dictaduras de derecha, basadas y gestadas para la explotación pura y simple del pueblo, van haciendo extender (se) la miseria, hasta que esta, como gas inflamable, acaba estallándole en la cara a la burguesía de turno, que, a consecuencia de las heridas tiene que ir con urgencia a EEUU a hacerse la cirugía estética y transformarse en “democracia”.

El otro “razonamiento” contra los países socialistas (el socialismo consiste en la serie de etapas previas al comunismo social) hecho por la intectualidad del capital dice así: “El socialismo ha fracasado en la práctica, y la prueba está en que en los países comunistas han tendido que acabar dando paso a la iniciativa privada”.

¡Qué cara le echan estos tíos al asunto! Sí, porque si en sociedades con planificación estatal, por dar paso a la autorización de negocios particulares hubiera que deducir que las sociedades socialistas no tiene sentido, ¡qué decir de las sociedades capitalistas! donde desde siempre el estado ha intervenido una y otra vez en la economía sino que, si de repente dejara de hacerlo, sería para los poderosos el caos: recuérdense subvenciones, aranceles, exenciones, etc. etc.

¿Se atreverían los defensores de la economía libre de mercado a que de verdad fuese éste libre?. NO, porque en los países capitalistas el Estado, que se alimenta del sudor de todos, tiene como misión trabajar para los que más tienen.

(((Nota del año 2013: Los países del Este o del Socialismo Real, han caído. Y sin un solo muerto. Bastaron manifestaciones gigantescas mostrando su disconformidad con el régimen a causa de lo que estimaban los pueblos como dificultades económicas, y las dictaduras se derrumbaron. Lo que demostró una vez más que la izquierda es democrática y no violenta))).

Países del denominado Tercer Mundo o países pobres. ((En el siglo XXI llamados emergentes algunos))

En lo referente a la situación respecto a las ideas transformadoras y radicales de izquierda en estos países se debe hacer caso de los informes de la CIA, según los cuales las revoluciones (democráticas) o se han producido o se están gestando o pueden surgir en el lugar menos pensado, ya que en amplias zonas las condiciones de vida son infrahumanas y tan injustas que bastaría la toma de conciencia de esos pueblos para sublevarse.

Como decía Lenin, el pueblo es la pólvora y el conocimiento la chispa, acercar el conocimiento al pueblo y explotará.

Países industrializados.

Sin embargo, en las naciones que corresponden a este tipo de países, el comunismo (las ideas, el número de militantes y el de votantes) retrocede, retrocede y retrocede. ¿Por qué?.

Como en todo no hay una única razón que lo explique, pero conviene  ver algunas e indicar su posible influencia en tantos por ciento.

Las causas del retroceso son;

--La imagen que se tiene del comunismo y de los comunistas a través de lo que se “sabe” de los países del “Telón de Acero” (sea verdad o mentira). Esa imagen puede estar influyendo en el retroceso de la idea comunista en el mundo desarrollado con un 30 % de peso específico.

--Los errores propios en cuanto a las conductas de los partidos comunistas en estos estados desarrollados. En el caso español estas “meteduras de pata” pueden haber desprestigiado el mensaje comunista en un 20%.

-- El estar en unas sociedades ricas o desarrolladas o industrializadas, pero en todo caso, con un alto nivel de vida respecto al resto del planeta. Esta circunstancia es, sin duda, la que mayor influencia aporta a la no aceptación de la oferta comunista, hasta el punto de que se puede calibrar en un 50%.



CAPÍTULO V


RETRATO ESPAÑOL

Las consecuencias o conclusiones del anterior análisis sobre la situación del comunismo en el mundo, cuando estamos en la recta final del Siglo XX, serían para España estas:

I)            El actual retroceso no se va a evitar por el mero hecho de la aparición de los afortunados y positivos cambios operados en los estados socialistas. A parte de que siempre la propaganda del capital va a tratar de contrarrestar e, incluso, cambiar la imagen que proyecten dichos países; siempre que sea buena claro, que si es mala se limitarán a hacerse eco de ella.


II)           Tampoco la corrección de los errores propios (purgas, intransigencias entre camaradas y ofertas políticas) logrará transformar el retroceso en avance, al menos de forma visible y contundente. Esto no supone por supuesto que no haya que hacerlo (el proceder de otra forma es necesario). Ya se está haciendo hoy; el reducir los errores al mínimo, el hacer agradable el trabajo político, el ventilar los pulmones del partido comunista con aire puro y limpio.


Hay que aprehenderlo desde ahora, al PCE y a los comunistas les esperan años duros, y, aunque no fuera así, aunque el camino fuera un lecho de pétalos, hay que hacerlo, y por tanto se debe aprender algo elemental: La vida no empieza cuando se llega a la meta. La vida-la vida de los comunistas también- ya se está viviendo, y para llenarla de satisfacción, de ilusión y de afecto, hay que conseguir que el camino que se recorra (la forma de recorrerlo) sea ya la propia meta.

La meta está en el camino. Y puesto que el comunismo está lejos, hay que convertir la lucha por ese final en el propio comunismo, y tratar de dar y actuar como si ya se estuviera en la meta: seamos libres y respetemos la libertad, seamos demócratas y respetemos la democracia, seamos amigos y respetemos la amistad.


III)        La mayor razón del retroceso comunista no depende de los comunistas, y por eso estos están desconcertados, irascibles, desmoralizados.


Pero si la conciencia social surge de las relaciones económicas ¿por qué iba a ser de otra forma respecto a los comunistas? Todos pueden aceptar fácilmente que en una familia adinerada no haya ni un rojo o a lo sumo uno (el miembro concienciado, la oveja negra/roja de la familia), sin embargo, al parecer resulta difícil extender el razonamiento a la macro-familia que es una sociedad entera.


 En España todavía la mayoría vive de una forma aceptable y en una sociedad en que esa mayoría se siente bastante libre; así las cosas ¿por qué iban a votar a un partido que puede poner nerviosos a los que mandan, según suponen?

Pero hay mucho paro y está aumentando…se podría añadir y objetar, ¿por qué estos no votan tampoco la opción comunista?. Pues no lo hacen, precisamente ¡porque hay mucho paro!. Esa es la respuesta. Al haber mucho paro piensan que ese problema -el del paro- no lo puede arreglar nadie y consecuencia de ello es que sólo buscan solucionar el problema de SU PROPIO PARO, confían más en la solución individual que en la colectiva


A causa de ello (de esto último) o en paralelo, crece el miedo. < Como me haga comunista no me contrata nadie, como me fichen por follonero no me contrata nadie>, pueden ser simplificados mecanismos mentales que se producen en ciudadanos que, de otra forma, tendrían que haber hecho estallar ya su rebeldía, al menos votando con decisión y a opciones decididas.


Pero no es así, y si ocurre por el contrario (como confirmación de lo dicho) que en las manifestaciones contra el paro no van los parados, y aún más, las gentes que con un puesto de trabajo, acuden, suelen ser personas con una cierta garantía de estabilidad en el empleo (También existe miedo al despido y también eso retrae la posible participación próxima al PCE).


Además, paro no supone aún automáticamente miseria, y los célebres ocho millones de pobres de Cáritas se ve que se las van apañando. Economía sumergida, prostitución, droga, permanencia en el hogar materno, etc., son formas falsas de ir resolviendo el problema de la carencia de dinero y futuro, pero van frenando el estallido de la crisis social.


Estando así las cosas se acaba votando más fácilmente entre las dos opciones del BIRREPARTIDISMO (estilo occidental de democracia, según el cual dos partidos mayoritarios se reparten el poder político y de influencias, al tiempo que ofrecen dos verborreas distintas pero un mismo y único programa económico).


Las opciones del BIRREPARTIDISMO prometen ambas acabar con el paro sin cabrear a nadie, o sea, sin traumas (venden ilusión) y ello camela al elector; que como se vio, o no le importa mucho el engaño (entiende que forma parte de las reglas del juego democrático) o vive una situación cultural de fatalismo agudo y se desahoga con un “todos los políticos son iguales y esto no lo arregla ni Dios”.


IV)        Ante esta situación (no basta con analizar la realidad hay que transformarla) y con independencia de que s vuelva sobre ello, conviene decir ya que la tarea del PCE debe constar de PACIENCIA y ACCIÓN.


La paciencia supone esperar, al tiempo que se difunde el punto de vista de los comunistas, y acción supone estar continuamente junto a los sectores que ya han sido víctimas de la crisis y junto a los que a continuación van a ser agredidos por ella y la actual política económica, que es la de siempre


V)           Respecto al metalenguaje que se debe emitir para que lo conozca la sociedad en la cual se vive y de la cual se forma parte, bastan estos tres puntos:

i)             Los problemas del pueblo sólo los va a poder arreglar él cuando reaccione.

ii)           El paro sólo se puede suprimir reduciendo la jornada de trabajo, y si no se contribuye a crear una oposición fuerte y real- que rompa el BIRREPARTIDISMO- y que reclame medidas como esta, los problemas económicos de la población (y por ende todos) seguirán aumentando.

iii)          El PCE podrá haberse equivocado, pero siempre junto a los que menos tienen y nunca contra ellos, por tanto con orgullo se sigue ofreciendo, con su capacidad y experiencia, para formar parte de ese amplio frente social que, en principio, frene las continuas agresiones que contra la calidad de vida están sufriendo amplios sectores de la sociedad, y que, a continuación, se convierta en la esperanza real como alternativa contra el paro.


La melodía que tocó el flautista de Hamelin para conseguir que le siguiesen todos los niños del pueblo en el cuento, no se sabe cuál era; la melodía que un partido comunista tiene que tocar en el mundo enriquecido para que le sigan las masas que piden cambios trascendentes si se sabe cuál es, el acabar realmente con el paro.



CAPÍTULO VI


EL BIRREPARTIDISMO


Este es un fenómeno que exige una especial atención y por ello se vuelve sobre él.


Ya se dijo, en esencia, lo que es: La existencia de dos grandes formaciones políticas (en cada democracia) que aunque usan lenguajes y formas distintas ofrecen un solo programa económico verdadero.


Hasta ahora se han oído críticas al bipartidismo de bastante pobreza en el razonamiento. Se ha dicho que es malo el bipartidismo porque no refleja la pluralidad de la sociedad (española) y cosas más insípidas aún, que de serlo tanto escapan de la memoria.


Cuando un partido pequeño dice que el bipartidismo es malo, acompañe lo dicho de lo que lo acompañe, sólo suscita un pensamiento en la mente del que lo oye, .


Y es lógica esa expresión, porque el bipartidismo en absoluto es malo si se dan dos condiciones: Una, que lo quiera el pueblo (surja de las urnas), otra, que en efecto sea bipartidismo, es decir que se trate de verdad de dos ofertas políticas diferentes (en lo económico).


No, el problema para la sociedad no es el bipartidismo (que no existe) el problema profundo es el BIRREPARTIDISMO.


El birrepartidismo es algo perfectamente programado, o al menos después de descubierto, fomentado por el capital, y aceptado por los partidos socialdemócratas y socialismos más descarados.


En España no sólo nos hemos hartado de oír defender dicho modelo y sus excelencias (eso sí con el nombre de bipartidismo) a la derecha, sino que en la práctica se ha podido comprobar el fervor con el que los Gobiernos socialistas tratan de consolidarlo.


El birrepartidismo busca el engaño del pueblo y para ello se aprovecha precisamente de los resortes afectivos de éste.


Sus efectos, que a la vez lo potencian y consolidan son:


Efecto péndulo:

Consistente en que una vez repartidos los papeles entre las dos fuerzas (supuestamente distintas) siempre quedará una como conservadora y la otra como progresista o laborista o socialista. Ello, unido al juego de simpatías y antipatías que se desarrolla en la cabeza de cualquier ciudadano, y a la propia pasión competitiva de éste, que tiende  a querer ganar mediante héroes superpuestos, etc., va  a hacer que “luche” por el triunfo de aquellos por los que simpatiza, para poder decir “hemos ganado” y darle en las narices a aquel conocido que el cae mal.


Así quedan constituidos dos grandes equipos de fútbol y los que luego deciden quién gana cada “encuentro” (electoral) son ese importante número de ciudadanos que con buena fe son los que hacen inclinar la balanza y, entonces, si el gobierno del partido “A” no les ha gustado le entregan el poder al “B”, que por otro lado aplicará la misma política económica (no se olvide esto, pues esa es la madre del cordero).


Perdidas las elecciones ante esta nueva situación, los partidarios del partido “A”, como locos, lucharán -por pundonor, no por otra cosa- para recuperar el poder, y así sucesivamente, el péndulo del ejercicio del Poder (o sea, de Gobernar) estará en un lado u otro, pero el reloj marcará siempre la hora de la economía liberal que, muy cuca, nos dice que sólo hay una manera de progresar, haciendo que los ricos lo sean más.


Efecto vodevil.


Para mantener las apariencias han de repartirse los papeles (lo otro se lo repartirán después) y así se pondrán verdes si lo exige el guion, pero en cuestiones tan poco trascendentes para el conjunto social como dónde celebrara una fiesta autonómica. O sobre la permisividad (de carne) en televisión, o el número de papeles necesarios para divorciarse, etc. E incluso en otros temas más cañi, pero nunca de trascendencia económica, como el aborto, televisión pública vs privada, etc; lo que no les impedirá en aras de la gobernabilidad, alcanzar consensos secretos.


Dos verborreas distintas pero un solo guión económico verdadero, el dinero.


Efecto moqueta.


Permítaseme analizar este efecto a partir de la observación del caso español: La derecha lo repite a todo el que quiera oírlo: < A España- dicen- le vendría bien un sistema democrático de rasgos anglosajones, en que dos grandes partidos se alternaran en le poder> ( o sea, que nos vendrían bien dos partidos de alterne).


¿Por qué vendrían bien? ¿Para quién vendrían bien? Obsérvese esto: En el caso de España el partidor perdedor tendría garantizados siempre cien escaños en el congreso, más cincuenta en el Senado, más las diputaciones y autonomías que la suerte disponga, o sea que, aún los perdedores podrían perpetuar en el “alterne” como mínimo a unos doscientos cincuenta militantes, que serían representantes vitalicios del pueblo, los cuales , unidos a los otros doscientos cincuenta fijos del vencedor, darían en torno a medio millar el número de políticos que estarían por encima del bien y del mal, que nunca perderían, quinientos incombustibles, quinientos archiduques de la política.


Esta masa inalterable de políticos, (que elección tras elección serían ganadores, ganaran o perdieran sus partidos) está muy bien pagada ya que hay que dignificar la política (se dice) y el ejercicio de esta exige gente preparada, que de lo contrario se irían a la empresa privada (se sigue diciendo) .


Para la derecha es muy importante que el político este , ya que además de otras ventajas, va a suponer que esas quinientas personas, archiduques de la política, no vivan ni por asomo como viven aquellos a los que representan, lo cual es trascendente porque ese millar de “voluntades populares” van a ser las que desplacen el centro de gravedad a la hora de hacer leyes, y que ese desplazamiento del centro de gravedad sea marcadamente conservador ya que  van a hacer leyes que resuelvan problemas que los archiduques de la política ni tienen, ni viven, ni conocen.


En definitiva los que hacen las leyes, gracias al birrepartidismo “viven en otro mundo”, tan agradable, que tienden a conservar; se vuelven pues, si no lo son ya, conservadores.


Efecto imán.


Este efecto está basado en el celebérrimo tema de los enchufes. El partido ganador coloca, en los pocos puesto de trabajo que hay, a sus parientes, amigos y CARNETIZANTES, allí donde domina; permitiendo (por respeto a las instituciones) que el perdedor haga lo mismo allí donde haya sido ganador. Luego, en las próximas elecciones, tras el alterne, colocará más gentes de las suyas el que colocó menos, pero permaneciendo todo enchufado y bien enchufado.


Naturalmente, esta perspectiva, constatada por el pueblo (a los poderosos les conviene que se entere) hace que muchas personas permanezcan lo más cerca posible (si hay sitio) de uno de los dos grandes grupos políticos.


Los ciudadanos la elección parece que la hacen en la manera en que sufra menos su conciencia. Pero lo cierto es que este número de personas, entre afiliados y simpatizantes, lubrifica y engrandece el aparato reproductor del partido, por lo que es muy importante. (Lo de reproductor se refiere a reproductor de victorias).


Pero es que además es muy importante que la gente sepa que si no se arrima (efecto imán) a  uno de estos dos grandes grupos lo va a tener difícil (lo de encontrar empleo). Y este mensaje subliminal siega la hierba bajo los pies de las fuerzas transformadoras, máxime en esta sociedad de sálvese el que pueda.


Efecto campana neumática.


Una campana neumática es un habitáculo de cristal que aísla perfectamente del exterior lo que contiene dentro.


Pues bien, el birrepartidismo también produce ese efecto, gracias al propio desprestigio de la clase política. Al birrepartidismo le viene bien el elevados sueldo de los políticos( que aparta socialmente a los representantes populares del propio pueblo que representan) y le bien el descrédito del enchufismo (todos van a los suyo) porque en cuanto el pueblo afirma   él mismo se pone a construir las paredes de cristal que van a impedir que las gentes críticas, inquietas, que las gentes hartas, entren en política ( a nadie le apetece ser identificado con esa clase política que pide sacrificios desde el púlpito de una vida de cinco estrellas y coches importados).


Así, con el pueblo y sus elementos más valiosos y vigorosos fuera de donde se toman las decisiones, la clase política (los archiduques de la política fundamentalmente) podrá seguir girando en el tío vivo y diciéndole a la sociedad que se avanza mucho.


Para el birrepartidismo el descrédito de la política es positivo, basta con que voten unos cuantos y haya un ganador y un perdedor; lo cual siempre está garantizado. Sirva de ejemplo EEUU donde la abstención es enorme pero siempre gana uno, el burro o el elefante, qué más da, si al final gane quien gane, en lo esencial -económicamente- nada va a cambiar.


Epílogo sobre el BIRREPARTIDISMO. (Escrito en 1988)

Puede decirse pues, a la vista de los hechos, que el birrepartidismo corresponde a una organización de la estructura política perfectamente diseñada por el Estado Mayor del Capitalismo.

Repasando el mundo se aprecia mejor, obsérvese si no, el conjunto de países miembros de la OTAN, que son los más representativos pues al estar en la resultan ejemplos más claros de cómo quiere éste que sean las cosas.

Pues bien, en los países de la OTAN el birrepartidismo está servido (En Turquía en vías de instauración, para lo cual no dudan en llamar democracia a una fórmula pluripartidista en el que se prohíbe y proscribe al partido comunista).

Tal vez se pueda objetar en contra el caso de Italia. Pero no, precisamente el caso de Italia corrobora la tesis del birrepartidismo ¡por no darse en ella!.

Tal vez se pueda objetar en contra el caso d  Italia. Pero no, precisamente el caso de Italia corrobora la tesis del birrepartidismo ¡por no darse en ella!

Veamos en Italia había dos grandes formaciones, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano, lo cual debía configurar una política de tipo bipartidista que tanto dice alabar la derecha y que, en consecuencia, se alternarían en el poder.

Sin embargo, el Estado Mayor del Capital no cantaba las excelencias del bipartidismo en Italia porque allí si había dos ofertas realmente distintas (en el aspecto económico) y no lo cantaba porque el Poder Conservador lo que de verdad quiere es el birrepartidismo.

En consecuencia en Italia  de evitar el bipartidismo (que dos opciones DISTINTAS disputen el poder político) y, por eso,, todos los partidos que en otras circunstancias aceptarían el birrepartidismo, paradójicamente han tenido que constituir ese teórico monstruo político del pentapartito (monstruo teórico nada más, ya que en la práctica aunque gobernaran por separado harían la misma política, aunque unos se llamen socialistas y otros democristianos).

No obstante en Italia se trabajaba con ahínco para conseguir que el Partido Socialista sea, junto con la Democracia Cristiana, el otro gran partido, desplazando al PCI para poder dejar instalado también en aquel país, no el bipartidismo, que ya existía, sino lo que de verdad les interesa a los poderosos, el birrepartidismo.

¿Y los partidos bisagra?

Los partidos bisagra son un ingrediente que no viene nada mal para el birrepartidismo, es más, los soporta muy bien porque, incluso le sirven de coartada

¡Ante todo las apariencias! Y así, si el partido “A” gana al “B” pero tiene que formar gobierno con el “C” porque de lo contario no posee de mayoría absoluta, siempre podrá decir a su clientela: “no os doy lo que os ofrecí porque tengo que gobernar con éste (que me queda a la derecha o viceversa) pero de lo contrario ya verías, porque los del Partido “A” somos la hostia”.

Resumiendo, el birrepartidismo se estructura en base a la existencia de distintos perros con el mismo collar, el collar de su amo, el capital, al que consciente o inconscientemente sirven, y éste, generoso, les deja REPARTIRSE el pastel político y el de las influencias (por no hablar del pastel propiamente dicho).


CAPÍTULO VII

EL ALEGRECOMUNISMO

Idea base

El científico Paulov fue uno de los investigadores que más han contribuido con sus estudios y razonamientos a desentrañar la estructura de la vida humana gracias a sus teorías y conclusiones sobre los reflejos condicionados.

Además , curiosamente , era una de las figuras de la Ciencia más apreciadas en la Unión Soviética.

Sus estudios se centraron en lo que llamó los REFLEJOS CONDICIONADOS. En la escuela lo explicaban así: Está demostrado que si a un perro le mostramos comida, por un acto reflejo (espontaneo e incontrolado) se le llena la boca de saliva (las glándulas correspondientes producen saliva).

Pues bien, si a ese perro, al mismo tiempo que le enseñamos comida le hacemos oír una campanilla, y repetimos el experimento un número suficiente de veces llegará un momento en que SIN ENSEÑARLE  comida y haciéndole oír simplemente la campana, veremos que el perro segrega saliva (se le hace la boda agua) como si tuviera ante su hocico algo para comer.

Habremos así cambiado los estímulos del chucho haciendo que ahora, también al oír sonar la campana, sienta sensaciones de apetito. Hemos producido en él un REFLEJO CONDICIONADO.

En nuestra vida diaria tenemos muchos ejemplos de lo dicho. Sirva como muestra “la canción del verano” que cuando la oímos, pongamos que en Noviembre, reproduce en nosotros sensaciones de las vacaciones estivales aunque se esté ya en plena temporada invernal.

Pues bien, por reflejos condicionados, el comunismo hoy, en la sociedad en la que estamos produce sensaciones negativas.

Todavía, demasiada gente al oír decir “comunista” tiene la sensación de que se le habla de seres desalmados, de sociedades tristes y asfixiantes, de burocracia criminal, e incluso, y esta es otra gran muestra de la fuerza de los reflejos condicionados, de países fríos (debido a las temperaturas de Siberia sin duda); hasta el punto de que la impresión del pueblo es la de que si ganaran los comunistas unas elecciones, las temperaturas bajarían hasta los cero grados.

Todo esto es en un 80 % consecuencia de la propaganda contramarxista (no es nada extraño oír en una noticia sobre alguna salvajada, en la que no tien nada que ver los comunistas, el clásico añadido del tipo “las armas eran de fabricación soviética, buscando así que este dato –la campanilla- sustitutya la realidad- la comida- en la mente de los ciudadanos-los perros-).

Aunque también hay que reconocer que el otro 20% de desprestigio está adquirido por méritos propios.

¿Cómo destruir esta maldición infernal? Sólo hay una manera, tratando de crear otros reflejos condicionados, pero estos a favor de los que, a partir de principios de solidaridad  y de las ideas de Marx, tratan de mejorar las condiciones de los que peor viven.

Ahora bien, los reflejos condicionados a favor del comunismo ¿cómo se pueden crear si no existen medios de comunicación propios que repitan un mensaje positivo tantas veces que llegue a calar, que llegue a penetrar en el sistema mental de la persona?.

Ese es el problema, pues hay que recordar que los reflejos condicionados se crean por repetición una y otra vez (la comida y el sonido de la campanilla deben aparecer juntos para el perro un determinado número de veces, número que depende del carácter somático del individuo). Es la repetición la que hace que queden casados, por ejemplo, términos como con sensación de frescor y cuerpos semidesnudos.

Otra de las ideas de Marx, y que está lógicamente entre los principios del marxismo, dice que todo lo que existe proviene o se desarrolla como unidad (unión) de dos contrarios. Pues bien, ese concepto puede ayudar a buscar la salida al problema de no contar con medios de comunicación favorables y suficientes como para poder cambiar la imagen que se tiene del comunismo; se trata de escarbar para ello, para buscar la salida al problema, en la unidad de los contrarios hasta encontrar en la contradicción la parte favorable al caso.

Y lo favorable, hoy día, está en que, precisamente no se cuenta con esos medios de mediatización. Si se contara con ellos alguien podría tener la tentación de razonar así: .

Sería un error, la primera gran batalla comunista, hoy, debe consistir en cambiar el concepto que se tiene de nosotros, basándose, sólo y exclusivamente, en la verdad. Llevará más tiempo, será más duro, si, pero también más hermoso y más revolucionario.

En modo alguno se trata de disfrazar al lobo con piel de cordero para una vez engañado el rebaño, comérselo. Ni hablar, se trata de, puesto que se es cordero - pueblo puro- serlo más que nunca, pero con determinación, para propiciar una unión firme y ya, todos juntos, quitarle  al lobo sus ganas de llenar el buche a costa del rebaño; eso por un lado, y por otro se trata de no dejarse chulear, por cordero que uno sea, por ningún cabrón.

Por eso, el reflejo condicionado que deben tratar de crear los comunistas debe ser un reflejo espontáneo, un reflejo natural; se debe conseguir una asociación automática con las cosas que son buenas para el pueblo, y así:

n  En una sociedad en la que su principal andamio es la hipocresía debe usarse la verdad, que siempre ha sido revolucionaria, como arma de cambio.

n  Mentir sobre el número de militantes, o los asistentes a una manifestación o sobre errores cometidos, es como si en un barco en el que entra agua por un agujero se abriera otro agujero con la vana esperanza de que por él salga el agua que entró por el primero.

n  La mentira no sirve para la revolución, sólo sirve para mantener la “imagen” según el concepto de “éxito” burgués.

n  Además la mentira amarga y mina el carácter de quien la practica

n  Hay que conseguir que la gente diga, me gustan los comunistas porque siempre van con la verdad por delante y le cantan las cuarenta al lucero del alba.

n  En una  sociedad donde cada vez hay más colectivos que son arrojados por la borda (reconversiones, flexibilizaciones de plantilla, reestructuraciones de presupuestos de la Seguridad Social, etc.) los comunistas han de estar a su lado.

n  En una sociedad donde cada vez hay más miedo a la guerra y más valor para repudiarla, hay que ser valientes y plantarle cara al poder fáctico que vive de ordeñar la vaca del armamentismo y los conflictos militares, el poder fáctico que justifica la estúpida carrera de armamentos a base de comerciar con la muerte de los demás.

n  Etc. etc.etc., pero siempre de forma que donde haya que defender al pueblo, ahí estén los comunistas

n  (Por cierto el término “pueblo” se está usando siempre para denominar a aquel sector social que no tiene poder de decisión, ni constituye ningún poder fáctico, ni puede practicar la fuga de capitales en caso de que se aplique una política que no le guste).

n  Pero además, para ganar la batalla por recuperar la buena imagen del 1917 hay que apostar fuerte, por eso hay que casar nuestro nombre a una palabra tranquila. Hay que apostar por el ALEGRECOMUNISMO.

n  Si luchas por lo justo, si te equivocas por haber dicho la verdad, si respetas a tus compañeros de trinchera, si puedes aceptar la sonrisa de alguien que agradece que estés allí junto a ellos, porque además eres uno de ellas, sólo puedes sentir dentro de ti alegría, luego, por qué avergonzarnos de las palabras bellas. ¡Avanti el alegrecomunismo!


CAPÍTULO VIII

LOS PRINCIPIOS DEL ALEGRECOMUNISMO

A los árboles se les poda para revitalizarlos, y sólo la falta de información puede hacer creer que la acción del hacha cortando ramas lo que pretende es cargarse el árbol.

En la actualidad el marxismo es un árbol frondoso, atiborrado de ramas y de corrientes, que apenas lo dejan vivir, pues a partir del tronco, que hay que considerarlo como lo propiamente parido por Marx, aparecen luego distintas ramas y subramas que provienen de otras mentes (siendo sin duda la de Lenin la de más categoría, importancia y fecundidad).

Sin embargo, el momento histórico no permite andarse por las ramas, hay que podar el árbol para que recobre fuerza, ímpetu, savia nueva y fresca.

En este sentido, el alegrecomunismo limita sus principios teóricos base a los enunciados explícitamente al comienzo de este libro, y, además, han de ser siempre explícitos de manera que así, todo aquel que quiera saber lo que se pretende indicar al decir que se es marxista, pueda tener una primera impresión clara.

Además, otra ventaja de expresar claramente los principios marxistas básicos, es que cortocircuita y evita la propaganda en contra (otra vez los reflejos condicionados) que existe sobre el término marxista, cuando por el contrario encierra una teoría viva, pujante, racional y perfectamente válida.

En esencia el alegrecomunismo apuesta por la flexibilidad del junco contra la contundencia del roble, ya que estamos en época de huracanes antimarxistas, y sabido es que ante el huracán, el junco se dobla pero aguanta, mientras que el roble, por majestuoso que sea, es arrancado de cuajo.

El alegrecomunismo sería como una fase de un cohete aéreoespacial. Todos hemos visto que los viajes espaciales se realizan en una cápsula que hay que hacer llegar a su destino. Para conseguir esto se utilizan enormes cohetes que constan de varias partes, y en las pantallas de televisión se ha podido contemplar cómo, cada cierto tiempo, un trozo del cohete se desprende de él. Ello significa que esa parte ya cumplió su función de ayudar al ascenso de la capsula hacia su órbita y que ahora ya le corresponde trabajar a otra parte del cohete.

En las sociedades desarrolladas y aún en otras donde la urgencia de libertades sea tanta como la urgencia de comida, sanidad y educación, el alegrecomunismo constituirá una fase del cohete, la que es necesaria que actúe ahora; sin que ello signifique ningún desprecio por las fases anteriores (simplemente quiere decir que esas fases ya cumplieron su función de poner la cápsula donde está ahora) y mucho menos que signifique el cerrar el paso a nuevas fases que nacerán de las necesidades y circunstancias nuevas que sin duda surgirán.

El caso es contribuir a llevar la cápsula con la humanidad dentro a órbitas donde cada vez haya menos sufrimientos basados en el egoísmo atroz de los explotadores, en la enfermedad insaciable por acumular riquezas y en la falta de libertad para poder buscar trozos de felicidad donde sea voluntad de cada cual.


CAPÍTULO IX

LA ALTERNATIVA ALEGRECOMUNISTA

En el análisis sobre la situación del comunismo “hoy en día” se veía que para que todo marche viento en popa no va a bastar con que mejore la imagen del socialismo real que den los países con gobiernos comunistas.

Ni va a bastar tampoco con el enraizamiento social de los partidos comunistas en los países desarrollados; porque lo verdaderamente determinante para que una mayoría de ciudadanos pidan a los comunistas que gobiernen será que esa mayoría tenga NECESIDAD material y urgente de cambio político.

La necesidad material es la energía de los pueblos.

No obstante se han de considerar dos cosas: una obvia, que no se debe caer en el absurdo de desear el malestar de la gente para que así recurra a exigir la transformación de las cosas, y la otra, y más importante, que para cuando llegue esa nueva gran crisis de la sociedad (hoy el capital [lo que sigue se escribió en 1988] no sólo no está en quiebra, sino que al contrario, jamás ha estado tan desarrollado y fuerte: ha ganado la batalla material, la militar e incluso la ideológica) pues bueno, cuando llegue esa olas de descalabro y miseria social, en el panorama democrático debe existir una oferta, una alternativa que inspire confianza y apunte hacia una nueva era, para que así no ocurra de nuevo que la desesperación de las gentes les haga errar siguiendo a partidos de corte fascista y nazi.

Y (entonces) para que el comunismo sea la alternativa buscada, el partido debe ser algo que resulte atractivo (para los que estén dentro y para los que estén fuera), una organización valiente y con carácter, que con plena sinceridad lleve tiempo apostando por aquello que quiere la gente, por aquello que anhela el corazón del pueblo.

Por eso, la alternativa que debe ofrecer el alegrecomunismo, el programa de transformación, debe estructurarse en torno a estos ejes:

*Reducción de la jornada de trabajo. Como única forma (de impacto) para combatir el paro.

*No a la energía nuclear. Como centro de una política económica.

*Pacifismo y desarme. Cuanta menos armas mejor, cuantos menos ejércitos mejor, bloques militares ninguno.

*Sociedad de libertades: La gente sólo desea de la política que ésta le resuelva su problema económico, para luego poder ser libres. Por ello, salvo en lo económico, libertad, y en cuanto a lo económico lo que sea necesario para el bien estar del conjunto social.

*Educación, Sanidad y Seguridad Social, públicas, eficaces y universales (para todos).

*Solidaridad internacional.

*Democracia más y más participativa.

*Justicia con mayores medios materiales y de personal. Sólo una justicia rápida y con capacidad de investigación, puede ser justicia.

Analicemos punto a punto:


El Paro

Que una formación política diga que está contra el paro y que va a poner en práctica una dinámica de pleno empleo es una de las cuestiones más vacias que existen para el ciudadano común. Nadie se lo cree, y no se lo creen porque no se les dice cómo.

Por ello es importante indicar inmediatamente el cómo luchar contra la falta de trabajo. Es necesario citar el modo de efectuar ese combate: La reducción de la jornada de trabajo ¡sin reducir los salarios!

La otra oferta de lucha contra el desempleo es la que procede de la ideología y los intereses liberales y conservadores.

Se trata según ellos de aceptar que quienes crean riqueza son los empresarios y que, en consecuencia, a estos hay que ponérselas como a Fernando VII (flexibilidad de plantillas, disminución de impuestos, subvenciones a go-go, condonación o perdón de deudas para con el Estado y la Seguridad Social, congelación de salarios por debajo del aumento del coste de la vida, etc.etc.). Así, con todo a favor e incentivados hasta el catre, se produciría una creación de puestos de trabajo en cascada. Hasta ahí la teoría capitalista.

Pero la práctica habla de que el paro sigue en aumento, lo cual, traducido al castellano, significa lisa y llanamente que esa teoría es falsa. Incluso se puede observar bastante bien el fenómeno en el caso de la banca española. Se la sacó de la crisis en la que ella sola se había metido, con cientos de miles de millones de todos los ciudadanos y ciudadanas. Hoy ya son empresas boyantes y en expansión. Y bien ¿han creado puestos de trabajo? Ninguno, es más, a pesar de haber aumentado el número de sucursales, en los últimos años y simultáneamente, han prescindido de varios miles de trabajadores, con lo que queda demostrado, en la práctica, que del crecimiento de las empresas no va a venir la solución al problema del paro, y menos si tenemos en cuenta que a ellas les viene bien e, incluso a las más cínicas, les interesa que el número de parados aumente: Porque notan que desde que empezó el paro estructural sus negocios producen mayores beneficios. (NOTA: este párrafo se escribió en el año 1.988, pero la actualidad corrobora todo lo dicho; aunque ahora los bancos cierran ya hasta sucursales arruinados todos tras arruinarnos).

El paro surge de la aparición de la maquinaria, que en menos tiempo y con mayor producción, sustituye cada vez más a los trabajadores. Y este es un proceso continuo, el desplazamiento del hombre por la máquina, que se viene produciendo desde siempre. En el siglo pasado no sólo las jornadas superaban la docena de horas diarias sino que, incluso, trabajaban mujeres y niños.

Las máquinas permitieron reducir la jornada de trabajo y (además) prescindir de los niños.

Aún así, a pesar de la reducción del tiempo diario de trabajo, el fantasma del paro ya habría sido un problema crucial en el desarrollo del progreso de no haber surgido las dos últimas guerras mundiales, guerras burguesas, guerras entre capitales monetarios para dominar mercados de trabajo, que con su sello de sangre, destrucción, sufrimiento y muerte ocultaron o postergaron el problema de la sociedad capitalista: la producción de paro.

Hoy a que apostar con decisión, firmeza  y rigor democrático por la reducción del tiempo de trabajo de cada persona, pero manteniendo el salario (ojo a la última idea de las mentes liberales que para  mantener el paro en torno a cifras de  tumor benigno ya van hablando de reducir la jornada pero reduciendo a la vez el sueldo, es decir , pidiendo a los trabajadores solidaridad para con los trabajadores al tiempo que ellos siguen siendo insolidarios mientras viajan en la carroza de oro de la explotación).


Recuérdese que el empresario obtiene plusvalía (dinero de regalo) de dos formas: aumentando la jornada de trabajo y/o aumentando la productividad, según los análisis científicos de Marx.

Análisis de cuya certeza dan fe los propios capitalistas, razón por la cual no quieren oír hablar de la reducción de jornada. (Hoy se da la paradoja de que hay más marxistas entre los empresarios que entre los obreros, y esto no es una astracanada. El marxismo es como una brújula que sirve para guiarse por la selva de la política, toda brújula tiene además una aguja que apunta al norte, pero, precisamente, por eso sirve también para ir al sur si se quiere. Los trabajadores deben usar a Marx para ir al Norte, no lo hacen y están perdidos en su infortunio, pero la derecha, lista y astuta, usa a Marx e incluso a Lenin, para caminar según los intereses de ellos).

La teoría de que los productos españoles deben ser competitivos en el extranjero es compatible con la reducción de la jornada de trabajo pues lo que por ahí pierde de plusvalía el patrón lo gana gracias a la extraordinaria productividad de las nuevas técnicas.

Amén de que si hay que sacrificar a una sociedad que se sacrifiquen también ellos y acepten ganar algunos millones menos al año.

Esta política, la de reducción de la jornada de trabajo para combatir con coraje el paro, puede crear un rechazo del poder fáctico agrupado en torno al capital, pero entonces y ahí, debe intervenir los que se denomina , que no es otra cosa que la determinación, firme, valiente y revolucionaria de llevar a cabo el programa que pidió la mayoría.

La constitución ampara cualquier medida en defensa de la democracia y de la lucha contra el paro (curiosamente si la Constitución Española de 1978 se aplicara sería una revolución), por lo que el poder fáctico militar estaría obligado a defender dichas medidas. Del poder fáctico eclesiástico nunca se sabría por dónde iba a salir, pero en fin, si se enfrenta al bienestar de los humildes haya él (se condenará).


No a la Energía Nuclear

La ecología, el respeto a la Naturaleza como fuente de vida, de riqueza y como escenario de lo que debe ser nuestra felicidad, está pasando, a marchas forzadas, de ser una postura ética y científica, a ser una necesidad de subsistencia.

En este sentido, si se quiere ser vanguardia de algo, hay que estar en este campo y además luchando a brazo partido.

Y la energía nuclear va a ser, precisamente, la que convenza a los de mente más tardía de su sin razón, salvo como fuente de riqueza rápida para determinados poderes, y salvo como fábrica indirecta de materia prima para armas nucleares.

Los accidentes nucleares ya ocurridos, los eternamente peligrosos residuos radiactivos y las nuevas sorpresas que nos dará este infernal laberinto, que produce desastres, muertes y herencias de pesadilla, hasta ahora no generadas por ninguna otra creación humana de uso pacífico (¿), van a dejar el campo de la política bien marcado y diferenciado, entre los que son revolucionarios, a favor de la vida y de los pueblos, y los que, en realidad hablan de revolución en determinados círculos pero por lo mismo que se habla del tiempo en los ascensores, por decir algo.

La oposición a las centrales nucleares no puede surgir tras oír a un técnico, pues los hay que hablan a favor unos y en contra otros; debe surgir del derecho al análisis de los datos que posee cada ciudadano e, incluso, de su intuición.

Por ejemplo, hoy, hasta el más lerdo se muestra extrañado ante una industria que decía tener todo controlado y sin embargo no sabe qué hacer con la basura radioactiva, mortal y contaminante que produce.

Por lo demás, aceptar que la energía nuclear no debe ser tan mala ya que muchos países la tienen, es como aceptar como buenas las guerras porque en muchos países las hay o se preparan para ella.


Pacifismo y desarme

Con lo que valen diez aviones de guerra de determinada categoría se podrían salvar tres millones y medio de niños. El razonamiento pues es muy simple: ¿por qué no se hace (el ) dirigir ese dinero de un fin al otro?.

Primero porque la venta y compra de aviones  es un negocio para unos pocos y segundo porque si esos millones de seres no mueren podrían mañana rebelarse ante el desigual reparto de riquezas que se produce en el mundo y encima a Occidente desarmado.

Esto tal vez suene salvaje y simple, pero es que la mente del navajero que puede matar de una cuchillada por una cantidad indeterminada de dinero (nunca excesivamente grande) con tal de poder drogarse y pasar así a su paraíso artificial, no la tiene sólo el navajero; también entre la hay mentes enfermizas que sólo viven para amasar y amasar dinero (el dinero es una droga dura que cuánto más se tiene más mono produce).

En la actualidad hay dos mercados basados en la muerte.

La heroína, que acaba matando al que la consume y la carrera de armamentos. Que necesita crear guerras y por tanto muertes, para que no decaiga la demanda.

Vender paraguas en el desierto es una actividad ruinosa salvo que se consiga hacer que allí llueva con frecuencia.

Pues bien, el imperio de la industria militar y los poderes fácticos militaristas necesitan que haya guerras -muertes- para poder justificar así su fabuloso negocio sin fin; y para ello no dudan en crear, directa o indirectamente conflictos que mantengan la demanda de armas y la necesidad de ejércitos que, como son defensores de la paz necesitan atiborrase de armas, según ellos.

Además el negocio es inmejorable pues una vez que han vendido el arma X-321, dicen que el enemigo ha fabricado la X-322 pero que no te preocupes que ellos acaban de perfeccionar la X-323 y te la venden. Y así sucesivamente.

Resulta difícil de creer por lo evidente, pero recuérdese que, desde que consta históricamente, el hombre mata por dinero, ya que así piensa obtener amor, poder y paz…pero al final sigue matando por dinero ¡todo el oro del mundo le parece poco!

Mientras, y cuando el ser humano y la Tierra ya producen lo suficiente para poder llevar todos una vida sana y digna [y luego que cada uno use de la libertad como le venga en gana] sin embargo niños, mujeres y hombres, mueren o en guerras de sangre y egoísmo, o de hambre sin sentido o de miseria acumulada o de simple maldad.

Por eso hoy el canto por la paz y el desarme debe ir en los programas de gobierno alternativo: hay que reducir el número de armas y el número de militares; hay que suprimir los bloques armados.

Sólo así las probabilidades de paz aumentaran y sólo así, importantes cantidades de dinero se podrán destinar a dar al pueblo una base material suficiente para que luego cada uno pueda buscar el cariño de lo que le rodean, la sonrisa de un niño y eso que llaman amor.

En la actualidad eso no es posible para todos porque, lo mismo que incluso los que vivimos en un mundo desarrollado, cuando nos duele una muela no estamos ni para sonrisas, ni niños, ni amores, hay en el mundo y [hay] en nuestra sociedad personas que están privadas de toda posibilidad de disfrutar de las cosas porque viven problemas materiales graves creados por la indignidad social.

La lucha por el desarme y la paz puede ser la más difícil por la oposición firme que adoptarán los poderes fácticos armados e industriales, que uniéndose a los trabajadores de los centros de producción de armas, pueden buscar tensiones de amedrentamiento.

Sin embargo, si ya no existe o si simultáneamente se está combatiendo y venciendo, a la estructura generadora del paro, la batalla se puede ganar democráticamente pues la ética del pacifismo está impulsando cada vez más a la sociedad y entre las nuevas generaciones ha surgido una nueva valentía, la de reconocer que se tiene miedo a morir y a matar por orden y a beneficio de unos pocos que , además, al final nunca pierden ninguna guerra.

< La violencia es la partera de la historia>, pero no toda violencia significa parto y además, ya se ha inventado el parto sin dolor, debe pregonar el alegrecomunismo.


Libertades

En modo alguno puede faltar como eje de una alternativa alegrecomunista la existencia y la oferta del mayor número posible de libertades,

Aunque alguno estará pensando, “¿Y por qué algunas? ¡Todas!”. Pues si, todas, lo que ocurre es que no conviene olvidar que hay muchas libertades de las que el hombre se priva no por prohibición del Estado sino simplemente por presión social que se traduce en autorrepresión.

Es necesaria una especial mención a la cuestión de las libertades por varias razones:

Una, porque precisamente la razón de ser del comunismo y su estructuración en organización política nace del deseo de liberar al ser humano de las ataduras de un sistema que lo tiene amarrado a comportamientos antinaturales (alienación).

Otra razón para tener que poner ya en escena la posibilidad de disfrutar de libertad (como resumen de las distintas libertades) está en la necesidad de (amén de luchar por lo que el pueblo necesita para sentirse a gusto) contrarrestar la imagen, precisamente más negativa, que presentan los y por extensión todos los partidos comunistas, ya que en general para la gente, “comunismo”, les sugiere falta de libertad, lamentablemente.

Lenin preveía que cuanto más audaz sea una revolución, o sea, cuanto más poder se le quite a los que controlan y explotan a las otras capas sociales, más virulenta iba a ser la reacción, y por ello, en consecuencia, anunciaba y teorizaba sobre la necesidad de la dictadura temporal del proletariado como modo de defensa contra los coletazos de los reaccionarios.

No se equivocaba, nada más triunfar la Revolución de Octubre (1917) todos los estados poderosos e imperialistas de la época, enviaron a suelo soviético expediciones regulares (parte de sus ejércitos) para aplastar aquel mal ejemplo  (los estratos sociales oprimidos y sin posesiones se había visto que podían conseguir las riendas de un estado y abolir las leyes de todo tipo que favorecían la dictadura de los que todo lo tienen sobre los demás).

Aquel acto que conviene recordar, hace evidente una cuestión: Para el capital y los capitalistas y los que les sirven a ojos cerrados (el que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija -dicen los demás poderes fácticos-) el comunismo es malo porque es malo para ellos, y no porque supuestamente sea malo para el pueblo, pues como  se ha visto, ya antes de que gobernara se le atacaba militarmente.

Sin embargo, hostigados por ese crimen de política internacional  (injerencia armada en los asuntos internos de otro país), más la guerra civil, más el bloqueo económico, todo ello junto, hizo que el comunismo en la URSS tuviera que transitar por caminos espinosos, lo que unido a errores no disculpables (los errores no se deben disculpar, se deben, a la vez siguiente evitar) hizo que lo que preocupaba a ricos y alegraba a pobres, al final preocupe a todos, aunque lógicamente por distinto motivo.

Para recuperar la confianza del pueblo (conjunto social sin poder en los órganos de decisión) hay que unir a todo lo que la gente aprecia de los regímenes socialistas (trabajo para todos, educación para todos, sanidad para todos, etc.) la garantía de que se podrá vivir ya en un régimen de libertad, sin necesidad de pasar por un purgatorio intermedio antes de poder utilizar las ventajas materiales ya adquiridas para lograr la felicidad o su espejismo.

Estamos en una sociedad democrática y tanto ha jugado el poder económico a la democracia que difícilmente podría poner a su lado a la población ante un revolución de hecho que acabara con el paro y resucitar la letra muerta de nuestra Constitución en cuanto a lo que se refiere a los derechos sociales de los españoles.

No obstante, si tras unas elecciones democráticas con un programa como el aquí indicado, la derecha no respetara la voluntad popular, al menos ya se sabría una cosa, que no son demócratas, salvo cuando el pueblo es un soberano a su servicio (al de la derecha).

Para Lenin sólo existía Estado en aquellas sociedades en que una clase social domina (dicta las normas) a las otras.

Las democracias, con serlo, también son o están en un Estado, y están en estados fundamentalmente capitalistas, es decir, en países donde los poderosos siguen siendo los que tienen el capital, lo que les da poderes de todo tipo.

Luego el concepto de   -en cuanto premisa teórica- es compatible con la democracia, en cuanto que sólo se referiría a estados donde la clase que dictara (dictadura) las reglas del juego definitivas (no las de los juegos florales) fuera la del conjunto de personas que para vivir necesitan vender su fuerza de trabajo.

Dicho más claramente, lo mismo que ahora vivimos una democracia donde somos libres mientras miramos de reojo a los poderes fácticos (la frase “consolidar la democracia” traducida al castellano significa “no despertemos a la fiera”) (Por cierto que hoy la democracia ya está consolidada y nos consta, porque consta que se está haciendo todo lo que le gusta a la fiera o a las fieras, a las que no habría que despertar con impertinencias). Bueno pues como íbamos diciendo, lo mismo que ahora se vive en una democracia en que los poderes fácticos sirven a la derecha, la dictadura del proletariado no significaría necesariamente la supresión de libertades, ni la supresión de la democracia, pero si significaría que los poderes fácticos serían de izquierdas.

Aunque lo mejor es que no haya poderes fácticos, (aquellos que son poderes reales, frente a los institucionales, que son de cartón- piedra), y por tanto el alegrecomunismo ha de luchar por ello, porque el poder político sea el popular y el único, y en lo demás libertad, salvo en lo económico donde toda la economía (mixta) estaría supeditada al bien general.


Educación, Sanidad y Seguridad Social

Una nueva sociedad es aquella en la que todos se sientan sus hijos y ello no sólo cuando hay que ir voluntario (de lo contrario consejo de guerra) a morir por ella, por eso la Madre Patria, para ser  Madre y no sólo Patria, debe amamantar a todos sus hijos, de forma que por el hecho de ser ciudadano se tenga derecho a recibir gratuitamente dichos servicios: Educación, que eleva la riqueza mental de los pueblos; Sanidad, que eleva la calidad de vida de sus ciudadanos, y Seguridad Social, que evita la miseria material de todos los miembros de la sociedad.

Todo esto es obvio y no es necesario insistir en ello.

NOTA: Aunque conviene agregar, en el año 2014, que la Justicia debe estar garantizada con importantes inversiones en ella, para que sea rápida y eficazmente inspectora, pues de lo contrario no lo es.

Además, si se aumenta lo materialmente necesario para una mejor Justicia junto con el incremento de personal, veremos cómo la Judicatura (jueces y fiscales) al ser cuerpos más numerosos se desclasarían o no se verían así mismos como cuerpos especiales.


Solidaridad Internacional

Hay que estar con los pueblos que luchan por su liberación. Hay que ponerse en sintonía con los pueblos que han conseguido conquistar cuotas de poder. Hay que apoyar a los oprimidos de todo el mundo.

Propiciar el desarme nuclear y el convencional, el respeto a las decisiones y soluciones que soberanamente determinen los pueblos sin ningún tipo de injerencia, y ser solidarios debe ser la letanía de un pueblo noble, y esa conducta ha de tenerse como nación libre e independiente, nunca como colonia de un imperio capitalista o ideológico, o ambas cosas  a la vez, que nos dicte lo que se debe hacer según ellos.


Participación.

La nueva sociedad ha de enseñar una lección, lo que necesita un pueblo lo ha de conseguir él: en una dictadura, luchando por la democracia, y en una democracia, participando.

Pero sobre todo, la nueva sociedad también tiene que potenciar, facilitar y hacer evidentes las ventajas de la participación.

Actualmente se vive una especie de tal que sólo cada cuatro años el pueblo (como en aquel programa de “Reina Por Un Día”) se siente soberano; para luego pasar a ser un espectador perplejo de una representación teatral en que los protagonistas, tras repartirse los papeles (birrepartidismo) interpretan una obra que ni siquiera pasa de sainete.

Esa no puede ser la vida política de una sociedad.

Hay que decirlo bien claro, los puntos citados de este programa político alternativo no serán realizables si, afiliado o no, cada ciudadano no participa día a día en política, vigilando y controlando a los que votó, haciendo propuestas nuevas, denunciando a los corruptos.

Si no es así que nadie sueñe que va a llegar un partido bienaventurado que le va a sacar todas las castañas del fuego y, encima, se las va a llevar a casa acompañadas de una botella de champán.

Sólo hay una posibilidad de vencer las resistencias que el poder opondrá a los cambios que beneficien a “los que para vivir tiene que vender su fuerza de trabajo”, la participación popular del mayor número de ciudadanos posible, y si es de todos, mejor que mejor.


Justicia solvente (añadido en el año 2014)

Por alguna extraña razón la izquierda tradicional no ha exigido o puesto al nivel de otros derechos el de una Justicia eficaz y rápida.

Craso error, pues son casi infinitos los conflictos que han de dirimir los ciudadanos ante los tribunales.

Y sin entrar en más pormenores, es evidente que si no hay rapidez y conocimiento profundo de lo que se substancia o se valora, no hay Justicia justa.

Y para conseguir esas dos metas (rapidez y conocimiento de datos o inspección exhaustiva) hacen falta muchos medios materiales y humanos, de administración e investigación, de jueces y de fiscales así como de otro personal adscrito a este Ministerio, también imprescindible.

Dar este paso, justo, permite además de resolver lo dicho, que al contar con un gran número de jueces y fiscales, este grupo de ciudadanos, por extensión del número, dejaran de ser una elite o de provenir de una élite social.


                                                 CAPÍTULO X


LOS SÍMBOLOS DE ALEGRECOMUNISMO


Al ser los comunistas materialistas (todo es materia) debemos, no sólo no olvidar los sentimientos (que son materialismo puro respecto a los razonamientos) sino que debemos revitalizarlos, como vibraciones positivas y hermosas de cada persona, por eso, tan importante como la teoría son los símbolos.

La bandera del alegrecomunismo debe ser la roja con la hoz y el martillo.

Y ello, no para volver a los orígenes del comunismo o para no perder nuestras señas de identidad, como piensan algunos, no. La razón es más trivial y pueril, es por puro mensaje sentimental, es simplemente porque esa es la bandera más bonita de todas. Así, sencilla, sin más, con el rojo que es un color bello y que invita al combate (se lucha contra titanes) y la hoz y el martillo que son símbolos sencillos y de trabajos sencillos, como sencilla es la pretensión comunista: Destruir el dinero, los lazos de opresión y la falta de libertad para buscar la felicidad en ese ocio y en esas personas que tenemos cerca.

Las demás banderas tienen águilas o estrellas u otros símbolos que no tienen nada que ver con la sencillez verdadera de la naturaleza humana, que ha sido artificialmente complicada para abocarla a la producción y el consumo irracional. Situación que nos mantiene en un continuo viaje en “tiovivo” (siempre en movimiento pero siempre en el mismo sitio). A un paso de nuestras internas necesidades y deseos, pero sin valor, tiempo y serenidad, para buscarlos.

Hoz, martillo y trapo rojo, nuestra bandera.

Nuestro icono debe ser el puño cerrado con el brazo alzado, que resume: carácter, para mantenerse en lucha en defensa de los que menos tienen; determinación, para cumplir las promesas, y valentía en cuanto que el gesto puede parecer, y lo es, un desafío al fuerte (al capital y alrededores)

No significa el alegrecomunismo que haya que ser alegre para ser comunista, significa lo contrario, que no se puede ser honradamente comunista sin tener que reconocer que eso te hace sentir bien contigo mismo. Pues así se siente uno cuando pone su corazón en hora con el corazón de un saharaui, y con el corazón de un sandinista, y con el corazón de un negro en Sudáfrica, y con el de un palestino en todo el mundo, y con el de un obrero reconvertido en parado.

Por eso el himno tiene que ser la Internacional, la canción que hace vibrar al mismo ritmo los corazones que están rompiendo el miedo en todo el mundo.


                                            CAPÍTULO XI

LOS VICIOS


No se trata de exponer los vicios del alegrecomunismo sino de recordar aquellos en los que no hay que caer o los que, al menos, hay que evitar.

Para disculpar un error suele utilizarse eso tan socorrido de . Como si los errores se cometieran por ser humanos, cuando si fuéramos inhumanos (o divinos) cometeríamos muchos más y peores. No, los errores no hay que disculparlos, hay que no repertirlos y estar alerta contra el error ya cometido.

Los comunistas, a lo largo de la historia, hemos acumulado unos errores que más que errores son vicios, por la repetición con que caemos en ellos sin que nos reporte ventaja alguna y si lo contrario.

Veamos algunos vicios a evitar.

El Síndrome del Mesías.

Tal vez es el más frecuente (al menos por estos pagos).

Analicémoslo.

Para muchos comunistas el serlo les supone un sacrificio. Este sacrificio se hace para a la clase obrera (hasta aquí más o menos correcto, pero lo malo empieza cuando el “sacrificado” quiere ser él y a lo sumo sus discípulos (no los camaradas) y nadie más, el que ejerza de salvador.

Es decir. Se quiere redimir al proletariado siempre que sea YO el redentor (el mesías) y no los demás.

Antes que la victoria de los sectores explotados y oprimidos de la sociedad, algunos lo que quieren es ; de lo contrario, ¡que esperen los que viven mal!

Ese afán por ser cada uno el Mesías de la clase elegida resulta tan grotesco para aquellos que requieren esa ayuda, como lo puede ser para alguien que se está ahogando, el ver en la orilla a tres, cuatro o hasta cinco personas, que discuten y se pelean entre si porque unos consideran que hay que salvarle nadando a braza, otros a crowlll y aún otros a mariposa.

Patético pero así es, dándose el caso de que partidos con el apellido comunista hay más que distintos estilos de natación.

Y encima todos se miran estupefactos sin explicarse por qué el ahogado pasa de ellos que tanto y tan bien discuten sobre cuál será lo adecuado para salvarle ¡lo mejor posible!.

Para el alegrecomunismo, entre las cosas que hay que sacrificar en esta lucha (como en todas algo se deja a cambio de lo que se toma) es la vanidad, el prurito de tener razón por narices, el reconocer que es preferible hacer algo por alguien sin razón que no hacer nada con toda la razón (teórica) del mundo.


El Síndrome del Burgués

Al estar en una sociedad consumista y competitiva, aunque la repudiemos, algo de ella se nos impregna y pega; como si hubiéramos pisado mierda aunque no queramos, un desagradable tufo nos acompaña (el que esté libre de culpa que tire la primer piedra).

Pues bien se trata de compensarlo con colonias y perfumes de humildad, y no querer figurar por encima de todo (y de todos), no querer protagonizarlo todo, no querer saberlo todo, no necesitar estar en un partido político sólo cuando sube y gana porque eso da sensación de éxito; no dejar el grupo porque tras un fracaso consideras que no se hizo lo que tú decías (que según tú, claro, era lo bueno).

No se puede pretender estar con los débiles y creer que la batalla va a ser sencilla, fácil y agradable.

Cuando se apuesta por el bando de los humildes hay que olvidar el éxito como concepto burgués de triunfo social, hay que olvidar el aplauso en los salones de alfombra, hay que olvidar también que no valoren (sin duda por descuido) todo lo que has hecho en tus largos años de entrega, y el que no te estén pagando lo que mereces. (Concepto burgués donde los haya, pues siempre ellos han creído que tienen más dinero porque lo merecieron).

Casar merecimientos con reconocimiento de estos es producto de la cultura del éxito/burguesa.


El Síndrome del Profesional

En otros tiempos el término “profesional” significaba que alguien vivía de lleno para aquello de lo que se decía profesional.

Hoy ser profesional de algo significa que se cobra por eso.

En una sociedad con tanto paro los profesionales de cualquier partido (los liberados) puede ocurrir que acaben “viendo” su dedicación política como su medio de vida.

De hecho ocurre, y así los aparatos de los partidos, en vez de ser aparatos locomotores se convierten en aparatos ortopédicos, porque cualquier cambio, incluso teórico, temen que les prive de su forma de ganarse la vida y la de su familia.

Por eso el alegrecomunismo debe propugnar que los liberados en el partido, pero incluso en las instituciones públicas, ganen cantidades acordes con las que ganarían de no estar en ese puesto político. Así como que no deban perpetuarse en el puesto remunerado.

Esa oferta, hecha también a la sociedad y para ser aplicada a todos los políticos, ayudaría a despertar credibilidad y confianza en el grupo que la defienda, y más si la pone en práctica.

Contra esto suele argumentarse que sin un buen sueldo para los políticos los obreros no podrían ocupar puestos de representatividad popular.

No es la intención de este libro entrar en todos los temas y por tanto, no se van a utilizar contra la anterior afirmación todos los argumentos que existen; pero baste uno: desde que esta brillante idea ha prosperado en los partidos de izquierda, jamás hubo tan pocos obreros, campesinos y parados, ocupando cargos políticos.

Y cuando la práctica no confirma la teoría es que esta no vale (Lenin dixit)


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