LA PLAZA DEL FRESCO
LIBERADOS DE CLAUSURA
La primera vez que oímos hablar de que un cura no es más que el nombre que se le pone a los liberados de las diferentes religiones nos pareció una idea brillante pero falta de rigor.
Porque no explicaba qué eran las monjas, ya que estas sin duda alguna son todo menos agitadoras o sindicalistas de la Fé.
Sin embargo, ahora, vista la postura de los sindicatos ante la crisis económica debemos reconocer que ya todo encaja.
Lo mismo que hay monjas de clausura, que no hacen otra cosa que rezar para que todo se arregle desde el más allá, acaban de aparecer en escena lo que podríamos llamar sindicalistas tipo “liberados de clausura”.
El nombre les va que ni que al pelo. No se mueven de la sede, desde donde dicen “amen” a lo que dice el jefe , y el Jefe no hace más que orar para que salgamos de la crisis por inspiración divina, es decir por un milagro.
Zamora ha pagado su pasividad crónica quedando en último lugar cuando hay que hacer autovías o vías de tren, es decir, aquí hemos aprendido sobre nuestras propias costillas el célebre refrán de que “quien no llora no mama”.
Puede pues Zamora ser la tierra que les recuerde a los sindicatos que si se van a convertir en liberados de clausura con la que está cayendo, les pude caer encima la de Dios .
Si no se vende nada, y los empresarios no tienen para pagar, este es el momento ideal para una Huelga General, pues nadie perdería, muchos ganarían ahorrando salarios y los obreros empezarían a “llorar para mamar” que tienen derecho a teta.
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