Dame la razón, corazón

DAME LA RAZÓN CORAZÓN.

Mujer, si te van a violar, relájate y goza.

Así rezaba una pintada pseudo-anarquista de aquellas que inundaban Madrid en los comienzos de la democracia.

La frase es brutal pero la causa por la que se trae a colación ésta pintada es para que distingamos entre y razón y corazón, razonamiento y sentimiento.

Don Felipe González (siendo Pte. de España) ha dicho que sabe que la mayoría de los españoles están contra la permanencia en la OTAN por “sentimiento”, y que él está a favor por “razonamiento”, porque el tema es serio y hay que enfocarlo razonablemente. 

La práctica totalidad de las mujeres se resisten a ser violadas (salvo que el salvaje vaya armado) y a pesar de que pueden llevarse un buen golpe, gritan, arañan, pelean.

Pero eso es por “sentimiento” porque lo “razonable” sería lo del eslogan, ya que:

Primero, evitas posibles golpes traumáticos; segundo, a  lo mejor no se pasa tan mal, y tercero, la agredida hasta puede estar ante el hombre de sus sueños.

Hay gente que ante un accidente se juega la vida por salvar a otros. Eso es por “sentimiento”, claro, porque lo “razonable” es hacerse el sueco.

Hay gente que arriesga su bienestar físico por un ideal, por un quítame de ahí ese “sentimiento”, cuando por “razonamientos” se quedaría en su casa, acompañando a los que tiene problemas “en el sentimiento”.

Indudablemente, si hay gente que da la vida por la patria es por “sentimiento”, porque en plan de razonar, pues ¿qué quieres?”

Que no Felipe, que eso de que los españoles “sentimentales” son los que NO quieren morir por la OTAN, mientras que los que “razonan” saben que eso es bueno para España, es como demasiado.

El “sentimiento” y la “razón” no son separables, y tú lo sabes; así que no te empeñes en desligar ambas cosas, y si las separas déjanos ser “sentimentales”, aunque sólo sea para que podamos encontrarte “razonable”.